Capitanea la oficina valenciana de la mayor entidad de asesoramiento financiero independiente del país como es Tressis, con casi 4.000 millones de euros gestionados
VALÈNCIA.- A Juan Miguel Damià (Corbera, 1981) le picó el gusanillo de la bolsa cuando sus padres canalizaban el ahorro familiar a través de la renta variable. «Recuerdo que primero me compraban de vez en cuando acciones y más tarde me fui encargando yo cuando empecé a estudiar Económicas. Fue ahí cuando comencé a plantearme seriamente mi futuro para trabajar en el ‘mundillo’ financiero». Así lo reconoce este licenciado en Economía por la Universitat de València, que reforzó sus estudios con el Máster Bursátil y Financiero de la FEBF y el Programa de Banca Privada y Asesoramiento Financiero del IEB.
Apasionado de la montaña, la bicicleta y el running —«y de la lectura pero tener una niña pequeña me ha llevado a dejar amontonados un buen números de libros pendientes de leer»— tiene claro que la formación en este sector tan competitivo es fundamental. «Hace años se hablaba de las acreditaciones sobre conocimientos financieros cuando uno ya estaba trabajando; ahora hay muchos recién graduados que ya las tienen sin ni siquiera tener un empleo, lo que significa que se están poniendo las pilas. La formación posgrado es importantísima».
Damià es consciente de que ser disciplinado y aplicar el sentido común son dos aspectos fundamentales a la hora de invertir en bolsa. «Uno tiene que saber qué riesgos está dispuesto a asumir, qué plazo tiene para conseguir sus objetivos y qué parte de su patrimonio puede destinar a ello. Todo eso marcará el nivel de ansiedad que puede llegar a soportar si las cosas no salen bien desde el principio». Y no le falta razón al responsable de la oficina valenciana de la sociedad de valores Tressis, la mayor entidad de asesoramiento financiero independiente del país con casi 4.000 millones de euros gestionados.
La misma que llamó a su puerta hace ocho años mientras estudiaba el Máster Bursátil y Financiero de la FEBF —precisamente donde hoy es uno de los profesores— tras haber trabajado en Banco de Valencia, Fidenzis (la banca personal de Bancaja) y Banesto. «Tardé muy poco en darme cuenta de que Tressis SV era el sitio en el que quería estar por el modelo de negocio que tiene y me alegré mucho de que confiaran en mí para seguir con ellos tras el periodo de prácticas».
La independencia entendida desde el punto de vista de ausencia total de conflictos de interés —por no tener producto propio y al mismo tiempo contar con acceso a prácticamente cualquier producto del mercado— es el valor diferencial de Tressis SV a juicio de Damià. «Desde luego no puedo garantizar que no me vaya a equivocar nunca, pero sí que mis errores no estarán condicionados porque prime más lo que me conviene a mí como entidad que a mi cliente».
«En bolsa hay que saber qué riesgos asumir, qué plazo hay, y qué parte de su patrimonio se puede destinar»
Tressis SV, que cuenta con una base accionarial estable permitiéndole estudiar sin urgencias aquellas operaciones corporativas que se le han presentado —y se le presentarán a buen seguro en un futuro—, se enfrenta como el resto del sector financiero a la directiva europea MiFID II. «Se trata de ir un paso más allá en la protección del inversor y en la transparencia de las entidades, donde la intermediación no se verá afectada y la gestión únicamente en la forma de cobro al desaparecer los incentivos», advierte este financiero valenciano.
En cambio, «el servicio de asesoramiento, donde se emiten recomendaciones personalizadas para un cliente en las que este tiene la última palabra, es el que más se verá modificado, ya que las entidades tendrán que elegir entre ofrecer asesoramiento independiente o no independiente. Para los propios profesionales implica también una certificación de conocimientos; aquel que no la tenga no podrá seguir prestando servicios de asesoramiento», añade.
A lo largo de sus más de diez años trabajando en la city valenciana, Damià percibe que la cultura financiera local ha evolucionado y ha mejorado. De hecho, cada vez se encuentra a más personas que le sorprenden por su nivel de conocimiento sobre productos y mercados aunque también se lamenta de que «hay mucha gente aún con un nivel demasiado bajo y es trabajo de todos hacer que la brecha entre profesionales y particulares se estreche». Para ello es partidario de introducir las finanzas desde la misma escuela, con el fin de que los ciudadanos desde pequeños se familiaricen con el funcionamiento de los tipos de interés, formas de ahorro y financiación...
VALÈNCIA.- «Me cuesta creer que seamos capaces de atraer empresas del sector financiero porque hay otras plazas más representativas, tanto a nivel nacional como europeo. Fuera de este sector tenemos, por ejemplo, nuevos polos de atracción de talento e innovación que pueden colocarnos perfectamente por delante en una carrera por deslocalizar sedes o filiales de multinacionales», señala Juan Miguel Damià.
* Este artículo se publicó originalmente en el número 31 de la revista Plaza