VALÈNCIA (EFE). La pandemia de coronavirus ha tenido ya un coste de cerca de 10 billones y medio de euros para la economía mundial, pero el mordisco no ha alcanzado a los supermillonarios, que "valían" casi 250.000 millones de euros más que a mediados de marzo, según datos de la lista Forbes hasta mayo, que sitúa a Juan Roig, presidente de Mercadona, como la quinta fortuna en España con 2.300 millones.
Entre el 23 de marzo y el 22 de mayo, ni una sola de las 25 mayores fortunas del mundo ha menguado, y el que más beneficio ha obtenido en los meses más duros de la pandemia ha sido el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, que ha pasado de la séptima a la cuarta posición, adelantando entre otros al "oráculo de Omaha", el inversor Warren Buffet, con sus casi 75.000 millones de euros.
La lista la encabeza el propietario de Amazon, Jeff Bezos, con un patrimonio estimado en 126.500 millones de euros, más del doble que el único español de la lista, el fundador de Inditex, Amancio Ortega, que con 55.000 millones ocupa la décima posición y es el hombre más rico de España.
Cuando Bill Gates -el segundo más rico del planeta, con 92.000 millones- aseguró que la filantropía debe ser voluntaria seguramente no imaginó que 83 millonarios de Estados Unidos, Alemania, Francia, Dinamarca, Reino Unido, Holanda, Suecia y Nueva Zelanda llegarían al extremo de pedir subidas de impuestos a los más ricos.
Quizás movidos por un impulso filantrópico o por la mala conciencia ante lo bien que les va todo mientras la Covid-19 arrasa, 83 millonarios -ningún español entre ellos- han dirigido una carta abierta a los gobiernos de todo el mundo para que les suban los impuestos.
"Tenemos dinero, mucho, dinero que se necesita desesperadamente ahora y seguirá siendo necesario en los próximos años, a medida que nuestro mundo se recupere de esta crisis", reza la misiva.
"Hoy, nosotros, los millonarios abajo firmantes, pedimos a nuestros gobiernos que aumenten los impuestos a personas como nosotros. Inmediatamente. Sustancialmente. Permanentemente", concluye.
Pero ninguno de estos 83 ricos es lo suficientemente rico como para figurar en la lista Forbes, lo mismo que le ha ocurrido a la pequeña del clan Kardashian, Kylie Jenner, a la que la publicación le ha quitado el título de billonaria, que le otorgó por primera vez en 2019, por su "entramado de mentiras" con la que ha exagerado el valor de la compañía que fundó, "Kylie Cosmetics".
En su obsesión por figurar, aún sin serlo, entre las grandes fortunas del mundo, Jenner habría hinchado incluso sus declaraciones de la renta.
En España el debate sobre la subida de impuestos a las grandes fortunas ha estado sobre la mesa política, pero sin mucha convicción; a comienzos de junio la comisión de Reconstrucción tras el coronavirus rechazó las iniciativas en este sentido, pese a contar con el apoyo de Unidas Podemos, socio de gobierno, aunque sigue abierta la posibilidad de subir los impuestos de sociedades, patrimonio o sucesiones.
En las redes sociales son frecuentes las demandas para que el dueño de Zara pague más impuestos en vez de hacer caridad; durante la pandemia, el empresario ha donado más de 60 millones de euros de material sanitario.
Ortega es desde hace décadas el hombre más rico de España, a una distancia sideral de los siguientes clasificados.
La fortuna de Ortega se gestiona fundamentalmente a través de Pontegadea, que reúne todas sus sociedades de cartera, sus filiales inmobiliarias y participaciones empresariales.
Este vehículo de inversión tiene el 59,29 % en Inditex, el 9,99 % en la compañía de infraestructuras de telecomunicaciones Telxius y el 5 % de la empresa de instalaciones de gas Enagás; en 2019 amplió su cartera inmobiliaria un 15 %.
Inmediatamente por detrás figura su hija Sandra, con una fortuna estimada de más de 5.000 millones de euros; le siguen el dueño de Ferrovial, Rafael Del Pino y Calvo-Sotelo (4.000 millones); el propietario de Iberostar, Miguel Fluxà Roselló (2.600 millones); el fundador de Mercadona, Juan Roig (2.300 millones); el empresario e inversor Juan Abelló (1.900 millones); el promotor inmobiliario Tomás Olivo (1.800 millones), o la empresaria Alicia Koplowitz (1.700 millones).