ALICANTE. La empresa ilicitana Krystaline Technology, que produce y distribuye un innovador aditivo impermeabilizante del hormigón que lo protege de los estragos de la humedad, da un paso más y ultima las primeras pruebas de una nueva innovación: un sistema de monitorización para comprobar en tiempo real y de forma indefinida en el tiempo el estado del material. Un sistema que permitirá actuar antes de que sea demasiado tarde y ahorraría así miles de millones de euros en mantenimiento de obras civiles y también privadas.
El fundador y director general de Krystaline, Jorge Company, explica que "decidimos hacer algo que no existe, que es monitorizar las estructuras con todas las variables que existen, de manera que entre el aditivo cristalino que impermeabiliza el hormigón y este sistema, podemos conseguir un ahorro muy importante en infraestructuras". El nuevo sistema, que todavía no tiene nombre y se enfrentará a sus primeras pruebas en septiembre (en una obra en Torrevieja), surgió tras un estudio de la Cátedra Ktystaline-UMH 'Eficiencia en la construcción', creada en 2021.
El estudio pone de relieve los elevados gastos de mantenimiento que suponen las infraestructuras españolas, porque "la mayoría de veces, cuando el problema se hace visible ya es tarde, como en el reciente derrumbe de un edificio en Aragón o cuando se vino abajo un puente de la A-6 en Galicia el año pasado", explican desde la empresa. El sistema monitoriza "en continuo, de forma permanente, desde que la empresa empieza la obra hasta el fin de su uso". Los datos recogidos por esta tecnología "se tratan con Inteligencia Artificial, con un algoritmo diseñado en la UMH". El equipo toma datos de distintas variables, temperatura, corrosión interna... "Se trata de avanzarnos para dar solución al problema en los momentos iniciales".
Juanjo Bolufer y José Antonio Trigueros, la parte de la UMH en la Cátedra, destacan que el nuevo código de las estructuras exige realizar este tipo de seguimientos, que en su caso sería remoto sin necesidad de visitar la obra. "Puede suponer un ahorro considerable a la Administración y los propietarios, lo que supone una mejora económica, social y también ambiental". En este sentido, los Presupuestos Generales del Estado de 2022 destinaban a la Comunitat Valenciana 1.146 millones de euros a mantenimiento y 1.054 millones a invertir en nuevas infraestructuras, señalan. Es decir, "gastamos más para mantener lo que ya tenemos que para hacer obras nuevas".
España, de hecho, entró en una fase de inversión neta negativa hace diez años, pues desde entonces el importe de las depreciaciones de infraestructuras terminadas supera el destinado a nuevas inversiones. Concretamente, las amortizaciones del último año ascendieron a 8.910 millones de euros. "La vida útil media de las obras es de 34 años y medio", explica Trigueros, "el ritmo de amortización es del 2,9%; si mejorásemos un punto conseguiríamos un ahorro de casi 6.000 millones al año".
El sistema de monitorización de Krystaline no tiene aún nombre, pero sí los primeros clientes. En septiembre lo probará en las obras de un residencial en Torrevieja el conocido empresario Enrique Riquelme, famoso por haber adquirido la multinacional Abengoa. Y también ha mostrado interés en utilizarlo en sus proyectos la multinacional Acciona, que conoce a Krystaline por su producto principal, el aditivo impermeabilizante. La empresa quiere lanzarse al mercado a finales de 2024. "Nuestros clientes serían grandes constructoras y administraciones públicas", explica Company. "Se paga la instalación y un fee anual por el control".
Krystaline no tiene aún calculado el impacto de esta nueva línea en su facturación, pero considera que puede aportar un crecimiento importante. La firma, que ha destinado medio millón de euros al desarrollo de un producto 'made in Spain', se está apuntando crecimientos exponenciales de la facturación en los últimos años, hasta superar los 3 millones de euros actuales. Hace cuatro años su plantilla la formaban seis personas y hoy son 35. "Este sistema puede tener un impacto de medio billón de euros solo en España", calcula Company, "y hay que tener en cuenta que no existe nada similar en el mercado mundial de las infraestructuras".