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La Albufera arrastra el reto de mejorar sus aguas, agravado tras el desastre de la dana

5/01/2025 - 

VALÈNCIA (EFE). La Albufera de València mantiene para 2025 los mismos retos que lleva arrastrando desde hace años: lograr la mejora de la calidad de sus aguas y revertir el proceso de eutrofización (exceso de fitoplancton) del lago, aunque todo ello agravado por el paso destructor de la dana del pasado 29 de octubre.

Así lo plantean a EFE diferentes expertos, como biólogos, ingenieros o geógrafos, todos ellos vinculados a la Albufera, que señalan que el principal reto en estos momentos es evaluar las consecuencias que las riadas ocurridas hace ya más de dos meses han dejado en el parque natural y, después, recuperar la calidad del agua y devolverla a su estado claro anterior a la eutrofia que sufre desde el siglo pasado, que le da al lago su color verdoso y oscuro.

La perturbación de la dana

Según el geógrafo Carles Sanchis, presidente de la Junta Rectora del Parque Natural, la Albufera sufrió aquel 29 de octubre "una perturbación que ha hecho que se den temporalmente unos pasos atrás" pero que no ha provocado, por el momento, un cambio de sus condiciones estructurales.

Cree que si se actúa "con rapidez" en la limpieza y retirada de todos aquellos elementos contaminantes que la riada arrastró, tanto naturales como artificiales, se podrá volver a la situación que había el 28 de octubre "lo más pronto posible".

Sanchis es optimista y confía poder "tener una primavera normal" donde se pueda retomar la campaña del arroz, y destaca que se pondrá en marcha "un sistema de diagnóstico y de monitoreo" para, durante 2025, "poder detectar si se produce cualquier afección o alteración fuera de lo normal".

De un modo similar piensa el doctor en Ingeniería geodésica Luis Blanch, quien forma parte de la comisión científica de la Albufera y señala que lo primero en este momento es evaluar la situación para poder tomar las medidas necesarias, pues la situación del humedal ya era complicada y ahora se ha agravado todavía más.

Destaca que el lago recibió 120 hectómetros cúbicos de agua ese 29 de octubre, que podrían haber ayudado al lago debido al poder de dilución que tiene, si no fuera porque llegaron acompañados de elementos contaminantes como plásticos, envases de medicamentos o hidrocarburos.

Además, muchas depuradoras de la zona han dejado de funcionar como consecuencia de la riada, lo que ha provocado la llegada directa de aguas residuales a la Albufera.

Más pesimista se muestra el biólogo Javier Jiménez Romo, quien lleva años trabajando en el entorno de la Albufera y cree que la dana ha provocado un gran daño a este espacio, pues aunque los humedales son "sistemas naturales muy resilientes", a este le quedaba "muy poquita resiliencia" antes de esta catástrofe natural.

"No somos capaces de entender que nos ha caído encima una catástrofe climática y ambiental de primer grado", afirma, y lamenta que se trate de minimizar el efecto que esto tendrá en el parque natural y en aquellas personas que dependen de él o que se actúe sin tener un diagnóstico ni medidas consensuadas.

Los mismos retos

Los retos que afronta la Albufera, según los expertos consultados, son los mismos que ya arrastraba: recuperar la calidad del agua del humedal y devolverlo a su estado oligotrófico (de aguas claras) anterior a la situación de eutrofia que padece desde hace más de 50 años y que confiere al lago ese tono oscuro y verdoso.

Para Luis Blanch, lo principal es "evitar la llegada de aguas contaminadas a la Albufera"; no dragar el lago de forma general, pero sí puntualmente en aquellas zonas donde haya mucho depósito de sedimentos acumulado, y limpiar los canales de comunicación.

Carles Sanchis apunta que en los años 60 y 70 se rompieron "todos los equilibrios que había en el ecosistema", debido a la cantidad de contaminantes y de aguas residuales que llegaban directamente desde toda el área metropolitana, "y eso -advierte- todavía no lo hemos conseguido revertir por completo".

"Ahí está el desafío", afirma este investigador de la Universitat Politècnica de València (UPV), quien añade que antes de que llegara la dana estaban tratando de organizar una reunión "para reflexionar y pensar" cómo dar un paso más en la recuperación de la Albufera y qué medidas habría que tomar ahora para mejorar el sistema.

Confía en que, cuando se solucione la emergencia generada por esta catástrofe, se retome esa agenda para ver cómo avanzar para reducir la eutrofia del lago y hacer frente al proceso del cambio climático, "que está dificultando más esa tarea y además va a imponer otros desafíos".

Javier Jiménez, por su parte, coincide en algunos de los desafíos que tiene esta laguna de 21.000 hectáreas, situada a 10 kilómetros al sur de València y que representa uno de los humedales más importantes del Mediterráneo.

No obstante, cree que los problemas que presenta este espacio natural protegido no podrán solucionarse mientras no haya coordinación entre las administraciones que gestionan el parque natural (el Estado, la Generalitat y trece ayuntamientos, entre ellos el de València, propietario del parque).

"En 40 años de parque natural las aguas siguen verdes y cualquier avance que ha habido son espejismos, porque todavía no ha habido un programa decidido por el cual se aporte a la Albufera el agua que necesita y se gestione de forma coordinada y con los recursos humanos y materiales que toca", critica.

Candidatura a Reserva de la Biosfera

Tanto Sanchis como Blanch creen que los efectos de la dana no afectarán a la candidatura de Albufera a ser declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco, mientras que Jiménez pide reflexionar sobre la necesidad de optar a una nueva figura de protección, cuando, a su juicio, no se cumple con lo que ya se tiene.

Este biólogo recuerda que la Albufera es Parque Natural desde 1986, forma parte de la Red Natura 2000 europea y está en la Lista Ramsar de humedales, y considera que "una medallita más no va a implicar una mejora en el ecosistema"; a su juicio, el problema de la Albufera no es de figuras de protección, sino de "decisión política y, sobre todo, de dotación de recursos".

"La Albufera se merecería el Óscar a los parques naturales del universo, pero si hablamos de la gestión, no creo que en estos momentos podamos enorgullecernos de la gestión y reclamar un reconocimiento", manifiesta.

Blanch, por su parte, cree que lograr este reconocimiento será bueno pero advierte de que lo importante es que exista una coordinación y compatibilidad entre los diferentes usos de este espacio, donde conviven el medio ambiente, el turismo, la agricultura, la caza, la pesca o la hostelería.

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