VALÈNCIA. La dramaturga Josi Alvarado se ha alzado con el I Premio SGAE de Teatro Ana Diosdado 2019 con su obra La Tarara, una pieza cuyo título alude al de la famosa canción tradicional infantil y que nació con vocación de thriller y sacudida por el temblor de la poesía. Con estos mimbres, la autora alicantina se impuso sobre las otras 178 obras presentadas al certamen, dotado con 4.000 euros, además de la publicación del texto en la colección TeatroAutor de la Fundación SGAE y su inclusión en la próxima edición del Ciclo SGAE de Lecturas Dramatizadas. Alvarado recibió el galardón, de manos del presidente de la Fundación SGAE, Juan Ramón Arnáiz, el pasado 12 de noviembre, en el marco de la XXVII Muestra de Teatro Español de Autores Contemporáneos de Alicante.
"Ganar un premio de estas características supone un hito en mi carrera teatral, el lanzamiento de mi obra. Para mí, además, es una enorme satisfacción que mi texto haya sido valorado y escogido por un jurado formado por extraordinarias dramaturgas”, apunta Josi Alvarado, en relación al comité de selección del certamen presidido por Paloma Pedrero e integrado por Mafalda Bellido, Marta Buchaca, Agutzane Intxaurraga, Ana López Segovia, Vanesa Martínez Sotelo, Vanesa Montfort y María Prado.
También relevante es el hecho de que el Premio de Teatro Ana Diosdado, convocado por la Fundación SGAE, vaya dirigido a textos escritos por mujeres, para, de este modo, reconocer, impulsar y visibilizar la creación teatral contemporánea femenina. “Aún hoy siguen publicándose y representándose más obras de hombres que de mujeres. Llevamos siglos de desventaja y, por eso, sigue siendo necesario apoyar a las mujeres dramaturgas”, señala Alvarado. “No obstante, ese apoyo al teatro femenino ha de ser honesto, no meramente decorativo o guiado por lo políticamente correcto y la necesidad de cumplir ciertas cuotas. Hay que ir más allá e interesarse realmente por las voces femeninas”, matiza.
Aún cuando pretende ponerse solemne, Josi Alvarado reconoce que siempre asoma en sus obras un humor a veces negro y otras absurdo y sarcástico. También una querencia por rescatar la memoria histórica de las mujeres y, así, poder “dar voz a quienes no la pudieron tener y se les silenció”. Por ese camino, surcado por un tono de suspense y cierto aliento poético, transita La Tarara, una “historia de mujeres -la de una mujer que nació hombre, una hija sin madre y una madre sin hija-, ambientada en el casco antiguo del Alicante de los años 60, donde vivían y trabajaban las prostitutas desde mucho antes de que Henri Cartier-Bresson las retratara en aquellas fotografías inolvidables que tanto han nutrido el imaginario de mi obra”, comenta la dramaturga.
Y añade para completar la sinopsis de la obra: “En un ambiente opresivo y patriarcal en que el deseo se mezcla con el dolor crece Rosa, una niña violinista que cree ver a Liszt y a otros compositores difuntos que guían su arco y le ayudan a tocar el violín. La Tarara, una prostituta transexual, acompaña a la niña en la lucha contra sus fantasmas. La Rosa adulta y la Rosa niña se entrelazan en un ir y venir de recuerdos que revolotean sobre un secreto apenas presentido: un incendio, cenizas y el olvido, que se extiende como un manto protector. Por otro lado, la madre de la Rosa adulta, enferma de Alzheimer, va dando luz a los lugares más oscuros de la memoria hasta que se llega a la revelación final”.
La inspiración para La Tarara llegó a Josi Alvarado a través de dos historias reales. En primer lugar, la de Rosemary Brown, compositora inglesa que aseguraba contactar con compositores difuntos como Liszt o Debussy, quienes le dictaban sus partituras desde el más allá. Por otro lado, la de la protagonista de la famosa canción de corro La Tarara, que, según indica, pudo ser una mujer transexual. “En Romances inciertos, un espectáculo presentado en el pasado Festival de Aviñón, los coreógrafos Nino Laisné y Françoise Chaignaud fueron los primeros que reinterpretaron a La Tarara como un personaje más allá del binarismo sexual hombre-mujer. Yo, por mi parte, he buceado en las Tararas que se cantan en el sur de España y he comprobado que en numerosas versiones de la canción se alude a lo grotesco, lo incierto y lo andrógino de su naturaleza”, explica la autora alicantina.
Licenciada en Traducción y Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, Josi (Josefa) Alvarado Valero se doctoró después en Filología Inglesa por la Universitat d’Alacant. Trabajó durante seis años como periodista en los diarios La Verdad y El Mundo, para pasar después a la docencia como profesora de inglés en Educación Secundaria y asociada en la Universitat d’Alacant. Compagina esta tarea con la de lingüista.
Al teatro llegó en los años 90 de la mano del autor y director Rafel Duran. Con Juan Luis Mira, Maxi Rodríguez y Pascual Carbonell firmó Colgados, que estrenó la compañía Jácara en 2012. En 2014 fundó la compañía Teatre La Clandestina y un año después firmó y estrenó su primera obra larga, Fulanas, con la que participó en la XXIII Muestra de Teatro Español de Autores Contemporáneos. Una versión breve de Fulanas, titulada Anda Jaleo, que recupera la memoria de las mujeres durante la Guerra Civil española, se representó dentro de los refugios subterráneos antiaéreos de Alicante durante seis meses. En 2018 fue seleccionada para participar en el III Torneo de Dramaturgia Valenciana con Maldita Rita Hayworth, obra de humor sobre la tragedia del Alzheimer. Sus últimos textos son Fum, resultado del I Laboratorio de Escritura Dramática, Memoria de Cigarreras y Manual de la señora de la limpieza, con el que ganó el 25º Premio de Teatro Ciudad de Castellón en 2019.