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La alimentación de los mayores en verano debe ser rica en fibra, agua y baja en calorías

1/08/2019 - 

MADRID (EP). El consumo de pescado azul, frutos secos, cereales y la abundancia de frutas y verdura fresca en la dieta de los mayores es clave para cuidar de la salud en los meses de calor.

Las personas mayores tienen un riesgo mayor de deshidratación ante las altas temperaturas y mayor propensión a sufrir caídas y desmayos por el calor. Esta circunstancia se acentúa si el mayor está bajo algún tratamiento médico y toma medicinas que interfieren en su organismo y temperatura corporal.

Para combatir los efectos del calor los mayores deben poner especial atención en su dieta durante los meses de calor ya que, como ha explicado David Curto, jefe de Gestión de Asistencial de Sanitas Mayores, cuidar la alimentación de los mayores en verano es vital para evitar problemas posteriores en su salud.

Los expertos recuerdan que la alimentación de las personas mayores durante el verano debe contener alimentos ricos en vitaminas, sales minerales, agua y fibra, para compensar la transpiración corporal y asegurar una diuresis normal. Los tipos de alimentos indicados para este fin son las verduras gracias a su poder diurético y alto contenido en agua. El pepino, las alcachofas y el pimiento son algunas de las más recomendadas en los menús fríos de verano. También se aconseja mantener el consumo de cereales como la cebada o el maíz, ya que no aportan grasas.

Las proteínas también deben estar presentes en la dieta de los mayores, para garantizar el mantenimiento de la musculatura y la fuerza. "El invierno suele ser la época preferida de los mayores para consumir proteínas en forma de guisos y estofados, pero con el calor, no apetecen; se pueden cambiar por otras recetas más frescas como ensaladas con pollo frío, pasteles tibios, huevos rellenos de carne o cualquier filete sencillo en la sartén", ha explicado Yolanda Masa, nutricionista de Blua de Sanitas.

Por otro lado, los doctores recomiendan evitar todos los productos excesivamente calóricos como embutidos, quesos curados o la leche entera. Y a cambio fomentar el consumo de frutos secos y pescado azul, que aportan ácidos oleicos y Omega3, tan necesarios para combatir la somnolencia típica de las horas de más calor del día.

Para mantener los niveles de hidratación se puede convalidar el agua con zumos y batidos, evitando en la medida de lo posible el consumo de alcohol fuera de las comidas. Todo esto, acompañado de fruta de temporada como postre o como tentempié entre horas, supone una adecuada alimentación para las personas mayores que se preocupan por su salud durante los meses de calor.

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