VALÈNCIA. Todas las fuerzas políticas, a excepción del PP, proclamaron en campaña electoral o desde la oposición la bajada del listón electoral del 5% al 3%. El propio presidente de la Generalitat y líder del PSPV, Ximo Puig, mencionó esta medida en su discurso de investidura, justificándola en la necesidad de "facilitar todavía más la pluralidad". "No estamos todos", sentenció el jefe del Consell en su día de estreno.
Apenas dos semanas antes, se había acordado en el Pacto del Botánico firmado por PSPV, Compromís y Podemos, incluir -aunque no de forma tan específica- una declaración intenciones sobre esta cuestión. "Reforma de la ley electoral valenciana para hacerla más representativa y proporcional", señalaba el punto 2d del apartado Regeneración Democrática.
No eran los únicos que mostraron estas intenciones. Ciudadanos, al margen de las propias manifestaciones públicas de su entonces candidata a la Generalitat, Carolina Punset, plasmaba en su programa electoral un descenso del listón electoral de la siguiente manera: "Proponemos rebajar la barrera del 5% necesario para obtener representación, así como listas abiertas y primarias en los partidos".
Un compromiso político que se tradujo al principio de esta legislatura en la puesta en marcha de una comisión para elaborar una propuesta de modificación de la Ley Electoral Valenciana. No obstante, la iniciativa, a pesar del hipotético consenso inicial, presenta un cierto estancamiento fruto de la falta de acuerdo cuando el calendario aprieta para que en 2019 esté en vigor.
Y eso que el recorrido de la reforma no está siendo corto. Tras paralizarse hasta el pasado mes de noviembre por la elaboración de la ley de la nueva RTVV y de la falta de letrados para las comisiones, se reanudaron las sesiones que contaron con la comparecencia de politólogos como Pablo Simón, Óscar Barberá o Jordi Muñoz, además de miembros del Consell Jurídic Consultiu (CJC) como Vicente Garrido. Después de seis meses, cada grupo elaboró sus conclusiones siendo Compromís el encargado de recogerlas y plasmar una propuesta para presentar al resto de grupos a la búsqueda de consenso.
El pasado mes de mayo la comisión aprobó el dictamen por unanimidad en el que se contemplaba la rebaja del listón electoral a un 3% provincial. Es decir, cualquier formación que consiguiera ese porcentaje en una sola de las tres circunscripciones tendría representación en Les Corts. Es decir, se iría un paso más allá de un descenso de la barrera autonómica, que implica la media obtenida de las tres provincias.
Una propuesta que, a falta de los distintos trámites parlamentarios requeridos, permanece en el aire ante las discrepancias que vienen surgiendo en las distintas formaciones conforme se acerca la cita electoral de 2019. Compromís preferiría una circunscripción única (autonómica) pero eso exigiría una reforma del artículo 24 del Estatut -algo imposible ya en esta legislatura- con lo que se decanta por rebajar el 3% provincial, una posición en la que encuentra sintonía con Podemos. En cambio, el PSPV aceptaría una rebaja al 3% provincial "siempre y cuando en el conjunto de la Comunitat -autonómica- se obtenga ese mismo porcentaje". Es decir, apuestan por la doble barrera. Y Ciudadanos no quiere que se baje la barrera por provincias.
El PP, por su parte, siempre rechazó durante sus años de gobierno la posibilidad de rebajar el listón, más aún en el caso de acometerlo también por circunscripciones: sus motivos, preservar la "necesaria estabilidad imprescindible para garantizar la gobernabilidad" e, históricamente, evitar la aparición del 'alicantonismo' -irrupción de fuerzas políticas solo con presencia en esa provincia-. Un argumento con el que los socialistas también coinciden.
Así pues, las fuerzas que en sus días de oposición y en la campaña abogaban por un descenso del listón ahora se enfrentan a distintas realidades e intereses. El descenso provincial a un 3% provincial podría beneficiar a una formación como Esquerra Unida, que se quedó con un 4,38% autonómico en 2015 y cuenta con una base más sólida en Alicante. Aunque esta entrada podría tener alguna repercusión numérica positiva para el frente de izquierdas, no son pocos en el PSPV los que consideran que el objetivo es mantener el Consell sin tener que contar con una fuerza política más en las negociaciones.
Por otro lado, a Ciudadanos tampoco le conviene estratégicamente un descenso provincial. La irrupción de formaciones como Contigo, impulsada por exdirigentes de la formación naranja, podría pescar en aguas revueltas y tener alguna opción de alcanzar el 3% en alguna de las tres provincias. Aunque esta posibilidad se antoja complicada, en Cs tampoco quieren riesgos.
Con este escenario, y recordando la necesidad de contar con dos tercios (66 diputados) para ser aprobada la reforma, fuentes parlamentarias apuntaron a este diario que las previsiones se dirigían a continuar las negociaciones la próxima semana. Sin a priori el respaldo del PP, las formaciones del Pacto del Botánico, Ciudadanos y también los diputados del Grupo de No Adscritos que salieron de la formación naranja deberían apoyar la reforma para que saliera adelante.