VALÈNCIA. ¿Por qué esperar a un golpe de suerte para hacerse ver? Hartos de las frases motivacionales de los libros de autoayuda hay una que sí que puede tener parte de razón: “Si no llega el momento perfecto créalo tú”, y de esta filosofía nace el colectivo La Breva, una red de fotógrafas emergentes del panorama valenciano que se han hartado de esperar y han decidido tomar las riendas de su futuro.
Con motivo de crear un espacio para la reflexión, como herramienta de difusión y para crear una red de apoyo los doce integrantes de este grupo buscan hacerse hueco en una ciudad que vive de lo inmediato, los encargados de saborear el fruto dulce son: Natàlia Navarro, Maria Varo, Alex Willoughby, Pau Poveda, Fran Nicolas, Jorge Berenguer, María Pérez, Mar Soldado, Irene Alfonsina, Clara Blasco, Lorena Gómez y Carles Ballester.
Tal y como lo explican Varo y Navarro el colectivo nace de la incertidumbre del último curso, tras la presentación del TFG del grado de fotografía de la EASD, momento en el que varios integrantes del grupo se plantearon el interrogante más temido: “¿Y ahora qué hacemos?”, en respuesta a esto Varo explica que huyeron de la frustración a través del debate: “Al final reflexionamos sobre la importancia de juntarnos con nuevos perfiles, con personas con las que hemos coincidido poco y que no habíamos tenido oportunidad de juntarnos, queríamos crear un colectivo para no sentirnos solos”, explica.
Todo esto se trabaja desde el arte como de la fotografía, que muchas veces se comprende desde la individualidad: “Queríamos generar una red de apoyo, algo para contarnos nuestras ideas y para generar un aliciente de mover las cosas. La fotografía es por lo generar un arte bastante individual y a veces los proyectos se estacan por este mismo motivo, porque lo llevas todo para ti mismo”, explica la integrante del colectivo.
Navarro, explica también que el proyecto les sirve como herramienta de difusión como emergentes, tanto de cara a futuras oportunidades laborales como para la participación en ferias y festivales: “Para un emergente que tiene solo un par de proyectos fuera puede ser complicado entrar en estos espacios, pero si lo hacemos desde la colectividad podemos tener más posibilidades. Además podemos trabajar en nuestros proyectos individuales con una metodología más de juego, más colectiva y con ganas de experimentar”, explica, argumentando que en el momento del fin de curso esa posibilidad de juntarse con otros alumnos a comentar los proyectos individuales desaparece.
De las ganas de arrancar nace su primer fanzine: Cae la breva, un proyecto autoeditado que definen como “un grito al vacío por hacernos ver en el panorama” y que busca remover la fotografía desde sus distintos vértices. Dentro de esta publicación se debaten sobre la incertidumbre y bucean en sus propios proyectos para encontrar una mirada colectiva. Varo explica que este fanzine se enfrentan a resignificar sus propios proyectos para encontrar una mirada común, como si de un "Frankestein" se tratara hacen una selección que hace que sus imágenes se comuniquen entre ellas.
“Es un trabajo individual para crear una narrativa común, queríamos que no se pueda diferenciar de quien es cada foto para que quien lo vea tenga que adivinar a quién pertenece”, explica la fotógrafa. En esta obra común participan ocho de los componentes del grupo, sus Instagrams están dentro del libro pero sin señalar a quién pertenece la obra, generando este juego en el que “hay que perseguir al fotógrafo” para desvelar su mirada. Esto les sirve también para presentarse, para crear su marca propia y saber cómo de reconocible puede ser su obra, siempre desde el abrazo de la colectividad que supone el grupo.
Con este arranque - ya palpable- ahora se encuentran con la motivación perfecta para plantearse el futuro, Navarro espera que La Breva se convierta en un lugar de reflexión abierto para quien quiera acercarse, un espacio para las mentes inquietas: “El único requisito es que quien quiera entrar tenga al menos un proyecto autoeditado, pero si eres fotógrafo y estás en València estás más que invitado a formar parte. También decir que estar en los proyectos o no no deja fuera del colectivo, estarás al tanto igual de todo lo que suceda”, explica sobre los planes de acoger a más fotógrafos emergentes bajo de su higuera.
¿Y el sueño? Varo explica que de aquí a unos meses les encantaría empezar a moverse por festivales -ya se han apuntado a Tenderete- e ir reuniéndose para visionar los proyectos individuales. También les gustaría crear una pequeña “feria de fotolibro” un poco “punki” porque no cuentan con grandes medios, pero un espacio en el que poder celebrar la fotografía. La breva, aún verdosa, se encauza a una buena maduración… aunque hasta en estado embrionario puede resultar muy dulce.