VALÈNCIA. ¿Estará concluida la peatonalización de la Plaza de la Reina antes de que acabe la legislatura en mayo de 2019? “Ésa es la pregunta del millón”, admite el concejal de Movilidad Sostenible del Ayuntamiento de València, Giuseppe Grezzi. Invocando la prudencia prefiere no dar fechas porque es consciente de que el tiempo se le viene encima al Govern de la Nau. Para muchos miembros del gobierno municipal los tiempos burocráticos se han convertido en su talón de Aquiles. El calendario les persigue.
La peatonalización de la Reina es una buena metáfora. Cuando todo parecía estar encarrilado, un imprevisto de última hora ha vuelto a retrasar todo el proceso meses. Un proyecto que además llevaba más de una década olvidado. La historia se remonta al año 2000. En sesión plenaria del 31 de marzo el Ayuntamiento de València aceptó el proyecto ganador del concurso de ideas que en su día hizo el Colegio de Arquitectos. Estaba firmado por Miguel del Rey, Íñigo Peiró y Antonio Gallud, y otros colaboradores. No se hizo.
El Govern de la Nau llegó al consistorio y apostó por recuperarlo. Dado el tiempo transcurrido, se decidió sacar a concurso la adaptación de la propuesta original. Y volvió a ganar Miguel del Rey, esta vez con Íñigo Magro. Todo parecía en orden pero la sorpresa llegó cuando una parte de la Unión Temporal de Empresas (UTE), que garantizaba la solvencia económica, entró en concurso de acreedores y eso es una de las prohibiciones dentro de la ley para contratar. Así pues, el ganador fue apartado del concurso, el Ayuntamiento anuló la adjudicación y se acudió al segundo, un proyecto que impulsa el arquitecto José María Tomás, Antonio Escario, Auraval Ingenieros y María Antonia Izquierdo.
“El Ayuntamiento cumple escrupulosamente la legalidad de la contratación en el concurso de redacción del proyecto de la plaza de la Reina˝, explican desde el consistorio. “Nos guste más o menos, la ley de contratos del sector público y la jurisprudencia de los tribunales, así como las reiteradas resoluciones del Tribunal Central Administrativo de Recursos Contractuales y otros, insisten en este sentido y deben cumplirse para asegurar la viabilidad jurídica del proceso licitatorio”, insisten. “Hemos actuado dentro de la normalidad”, aseguraba este viernes el concejal de Gobierno Interior, Sergi Campillo, mientras a su lado el alcalde Joan Ribó insistía de nuevo en la obligación de “cumplir la ley”.
Ya sea rigor o celo, lo cierto es que esta circunstancia ha atrasado la puesta en marcha del proyecto meses, lo que unido a la coincidencia con el periodo estival pone muy cuesta arriba el calendario inicial. “En cierto modo se puede decir que tenemos muchas leyes”, comenta al respecto Grezzi. “Tiene sentido porque se hace para evitar la picaresca, es un sistema garantista y es inevitable, pero la realidad es que somos de los países europeos con más leyes”. Y esas normas y sus protocolos son los que hacen que el Ayuntamiento en ocasiones sea un “paquidermo”, de pasos lentos y muy contados. Una lentitud que ha sido criticada ya por los miembros de la oposición, como el concejal de Ciudadanos Narciso Estellés.
Más suerte parece que tiene el parking de la Plaza de Brujas y su entorno. La Conselleria de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio anunció esta semana que ha aprobado los pliegos que regirán el concurso de ideas para la presentación de proyectos de reurbanización del entorno de la Plaza y el Mercado Central de València. Se trata además de un proceso “innovador”, según lo calificó la directora general de Vivienda, Rebeca Torró.
Una vez aprobado el pliego de condiciones, que se publicará en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana, se podrán presentar propuestas durante tres meses. En octubre un jurado cualificado escogerá un máximo de cinco propuestas que pasarán a la segunda fase y que se expondrán en la web de la Conselleria y en una sala y se celebrará una jornada participativa donde los participantes escucharán las sugerencias y opiniones de la ciudadanía.
Desde ese momento, los participantes tendrán un mes y un presupuesto de 4.000 euros para desarrollar sus propuestas y presentar un anteproyecto. Finalmente, el comité de expertos realizará un informe de evaluación y el equipo ganador será el adjudicatario de la redacción del proyecto definitivo de urbanización del entorno con un presupuesto de 297.660 euros.
Por su parte, la obra del parking ya tiene vía libre, según explica Grezzi, y la obra pendiente que queda no será “muy relevante” ni durará mucho, ya que la mayor parte está hecha. Esto implica que en unos meses se volverán a ver las máquinas, pero que nadie se haga ilusiones. La previsión más optimista es que estará en funcionamiento en otoño… del año que viene. Al menos sí que llegará antes que el final de la legislatura.
Todo ello no quita que en el consistorio haya quien piense que Brujas abrirá muy tarde, que debería estar ya operativo. Con todo, llegará. Son más los proyectos que se postergan que los que se hacen. Las obras que saltan de presupuesto en presupuesto cada año se van acumulando, hasta el punto que el portavoz de Ciudadanos en València, Fernando Giner, atribuye a este proceso buena parte del superávit municipal. Como ejemplo cita el hecho de que dentro del capítulo de inversiones del presupuesto de 2017, a 30 de junio sólo se había autorizado el gasto del 49,49%. De los más de 102 millones consignados, apenas 50 estaban previstos ser gastados. Con un añadido, que una cantidad esté en el apartado de gasto autorizado no significa, ni mucho menos, que esa obra se vaya hacer manera inmediata ya que ése es el primer eslabón de la cadena. Después hay que adjudicar, reconocer la obligación y finalmente pagar.
En el pleno ordinario de esta semana Giner se refirió a lo que llamó los presupuestos de la marmota, en alusión a la película Atrapado en el tiempo, en la que un presentador de televisión se ve obligado a vivir una y otra vez el mismo día. “Ribó dice cada trimestre que este Ayuntamiento tiene superávit y que no para de hacer inversiones. Sin embargo, siempre está hablando de las mismas inversiones que nunca ejecuta mientras la recaudación sí que aumenta cada año”, critica el portavoz de Cs.
Y así, cita casos como el de una partida de 600.000 euros para actuaciones en elcentro histórico, de la que no se ha autorizado ningún gasto; el plan de renovación del alcantarillado, del que se anunció una cantidad, se ha presupuestado la mitad y se ha autorizado sólo la mitad de esa mitad; el plan de urbanización del entorno de Tabacalera, del que no hay nada autorizado… Una inacción que Giner ve especialmente nítida en el bajo cumplimiento de los presupuestos participativos
El portavoz de Ciudadanos lo atribuye a que el Govern de la Nau “parece Juego de Tronos, con sus siete reinos”, uno por cada partido que conforma la coalición de gobierno (PSOE; Bloc, Iniciativa, Els Verds y Gent de Compromís; València En Comú y Podemos). “El sistema que ha hecho Ribó de compartimentos estancos no funciona; las actuaciones municipales afectan a varias concejalías, son transversales”, explica. Un tema de Movilidad es de Urbanismo y también de Policía, y viceversa. Una actuación de Servicios Sociales precisa de la Policía, y una Jardines a Urbanismo.
Es en esa transversalidad donde surgen también muchas de las colisiones entre los concejales de diferentes partidos, con enfrentamientos más o menos sonados. Un Ayuntamiento, el del Govern de la Nau, que ha pasado el ecuador de la legislatura con varias muescas en el debe, y que ahora tiene frente a sí el reto de sobrevivir a la cohabitación sin que el paso de los meses le atropelle. De entrada la Reina parece que no llegará a tiempo.