VALÈNCIA. La crisis del coronavirus ha tenido una serie de efectos adversos bien conocidos por todos: contagios, saturación de los hospitales durante la primera oleada, fallecimientos, y un largo confinamiento que cambió la forma de entender la sociedad. A todo esto hay que añadir, además, el recorte de ciertas libertades y la implantación de un sinfín de cautelas que han impedido una verdadera vuelta a la normalidad. Un paquete de restricciones y de transformaciones que finalmente también han tenido su reflejo en otros ámbitos menos visibles de la vida de los ciudadanos como, por ejemplo, la salud mental.
Y es que, todos los colectivos se han visto afectados en mayor o menor medida por el cambio drástico que ha dado la vida desde la primera aparición del virus: de la tercera edad hasta los más pequeños, pasando también por los adolescentes e incluso por grupos específicos como el de las personas con discapacidad. Es por ello que el Ayuntamiento de Quart de Poblet ha querido poner el acento sobre esta problemática muchas veces silenciada, y ha lanzado una serie de campañas de apoyo psicológico especializadas según el público y franjas de edad.
Sin duda alguna, las personas mayores han sido uno de los colectivos más castigados por la pandemia: no solo han tenido que convivir con la agonía de ser un grupo de alto riesgo, sino que además han tenido que hacerlo en completo aislamiento. Es precisamente el peligro que corren ante la covid-19 lo que ha provocado que muchos ancianos hayan visto reducidos sus contactos con la familia y amigos, una circunstancia a la que también se añade la cancelación de todas las actividades que les ayudaban a mantenerse en movimiento y a relacionarse con otras personas de su edad. En definitiva, su mayor problema es la soledad.
Así, el consistorio ha querido reforzar la atención a las personas mayores con un servicio de atención psicológica que les permitirá afrontar de manera más sana la situación en la que se encuentran, y que a día de hoy no pueden eludir. Este ofrecerá orientación, asesoramiento y tratamiento psicológico especializado, para promover su bienestar y calidad de vida. Así, se dotará a los usuarios de herramientas que les permitirán mejorar sus habilidades de toma de decisiones y resolución de problemas, al tiempo que también se promoverán sus habilidades sociales y se favorecerá su autonomía. Un servicio trasversal que, al final, lo que busca es combatir el deterioro psicológico y emocional al que se encuentran sometidos los ancianos.
Entre los servicios más específicos que ofrecerá esta actividad se encuentra la gestión de los pensamientos y de las emociones, de manera que se ofrecerán herramientas para favorecer la aparición de emociones positivas y bajar las negativas, potenciando siempre la autoestima. Además, el taller también acompañará durante las situaciones de duelo, y ayudará a hacer frente a momentos potencialmente estresantes. Todo ello, según explica el consistorio, con un doble objetivo: mejorar la vida de los usuarios y disminuir las cargas de los cuidadores.
En la cara totalmente opuesta del espectro generacional, los niños y jóvenes también han sufrido a su propio modo las consecuencias de la pandemia. Según señala Carolina Pino, psicóloga del Ayuntamiento de Quart de Poblet, el periodo de confinamiento ha disparado los casos de ansiedad entre las edades más tempranas, al tiempo que también ha favorecido la aparición y cronificación de algunas patologías psicológicas: "A raíz de toda esta situación se han detectado muchas dificultades entre los adolescentes. A esas edades, es muy importante tener un grupo de iguales con el que poder relacionarse. Perder eso ha supuesto la aparición de muchos problemas. Se les ve mucho más introspectivos y también bastante afectados, por lo que incluso han florecido casos de sintomatología compleja como la depresión".
Lourdes Allapont, también psicóloga, coincide con esta descripción y añade: "Ha sido especialmente complicado para quienes estaban en el último curso de una etapa escolar: sexto de primaria, cuarto de la ESO... Ellos han tenido que renunciar a experiencias como la graduación o los viajes de fin de curso, por ejemplo. También ha sido una situación compleja en el caso de algunas familias monoparentales, o cuando los niños no tenían hermanos con los que jugar y entretenerse. A eso hay que añadir que muchos padres han teletrabajado y no podían prestarle tanta atención a sus hijos, que al mismo tiempo tampoco podían llenar ese tiempo con sus amigos". "Cosas como no poder salir a hacer deporte, o simplemente pasear con los amigos, han marcado una diferencia muy grande. En esas edades es muy importante salir y relacionarse con sus compañeros", concluye.
Aunque Allapont también señala que la vuelta a las aulas ha ayudado mucho a mitigar este tipo de situaciones relacionadas con la soledad o la ansiedad. Precisamente, el consistorio aprovechó el retorno de los niños al colegio para poner en marcha una campaña de apoyo psicoeducativo, que enseña a gestionar las consecuencias emocionales de la pandemia. De esta manera, el curso cuenta con tres sesiones orientadas al alumnado y una cuarta para las familias. En cuanto a contenidos, se centra principalmente en cómo devolver la calma a las personas bajo situaciones de mucho estrés, y trabaja ejercicios como la respiración, la conciencia corporal o la identificación de espacios seguros.
"También pusimos en marcha memorias del trauma", explica Lourdes Allapont. "De este modo, invitamos a los alumnos a hablar sobre cómo se sintieron ante situaciones de mucho dolor, como puede ser la pérdida de un familiar, el confinamiento, la separación de los padres o la angustia por vivir en casas muy pequeñas. Los niños y los jóvenes han estado expuestos a situaciones muy complicadas, y es importante que aprendan a identificarlas y a gestionarlas".
Finalmente, desde el consistorio también consideraron importante formar a los monitores que trabajan directamente con niños y jóvenes. Así, pusieron en marcha un taller específico para las personas que trabajan en Quart de Nit: gestión emocional en tiempo de ocio. La primera parte consistió en un relato de las vivencias por parte de los monitores, de manera que expusieron algunos casos con los que se habían encontrado. La segunda, fue una parte más lúdica en la que los trabajadores pudieron aprender a conectar con sus emociones a través de juegos y actividades.
Otro colectivo que también ha acusado de forma grave la incidencia de la pandemia ha sido el de las personas con discapacidad. Muchos de ellos son, en sí mismos, personas de alto riesgo que se han visto obligadas a extremar las precauciones. Esto incluye, por supuesto, reducir las salidas, las actividades y los contactos con otros grupos. "Tienen miedo a perder los avances de los últimos veinte años, especialmente en materia de visibilidad. Antes de que estallara la pandemia, muchos representantes del colectivo acudían a actos oficiales y cada vez más se les tenía en cuenta en la vida diaria. Ahora, temen volver al pasado, cuando prácticamente no tenían espacio en el imaginario público", explica Luis Lillo, psicólogo de Quart de Poblet.
"Sus oportunidades de ocio se han visto muy limitadas durante la pandemia, y también hemos detectado que se han truncado todavía más sus posibilidades de encontrar empelo", añade. "Hay que tener en cuenta las personas con discapacidad suelen ocupar puestos más vulnerables, por lo que han sido los primeros en sufrir recortes".
Por todo ello, y para asegurar que el colectivo no caiga en el olvido durante el tiempo que dure la pandemia, el Ayuntamiento ha lanzado la campaña Que la covid no nos haga invisibles. La principal iniciativa dentro de esta actividad ha sido la elaboración de un vídeo donde es el propio colectivo quien cuenta su experiencia a raíz de la covid-19: cómo se sintieron durante el confinamiento y qué es lo que más les preocupa de cara al futuro. Asimismo también hacen una llamada a la responsabilidad para que esta situación, que tanto les ha afectado en su vida diaria, pueda acabar cuanto antes.
Finalmente, el Ayuntamiento de Quart de Poblet también ha querido asegurarse de que no se producen situaciones de tensión entre los vecinos y las personas que en algún momento han contraído el virus. Así, ha lanzado una campaña informativa que pretende acabar con los bulos e informar a la ciudadanía sobre los verdaderos procesos que sigue la enfermedad. De este modo hace hincapié en la solidaridad colectiva para evitar, en la medida de lo posible, casos de bullying en los colegios, de discriminación hacia negocios o de aislamiento social.