VALÈNCIA. Amanece en el circuito internacional de Fuji. Hace rato que ha pasado el ecuador de las 24 horas de Fuji de la serie Super Taikyu. Esta prueba es la segunda ronda de la ENEOS Super Taikyu Series, patrocinada por Hankook. El aire huele a aceite de cocinar, será porque los equipos están empezando a preparar el desayuno. Muchos no saben que, en el box 27, los mecánicos del equipo Mazda Spirit Racing utilizan aceite de cocina usado combinado con grasas de microalgas para llenar el depósito del coche que tienen en pista.
"La carrera de hoy no solo pone a prueba la destreza de los pilotos y los equipos. También podría cambiar el rumbo del futuro de Mazda".
El Mazda compite en la categoría ST-Q, reservada a vehículos especiales no homologados. En otras palabras, es una categoría para que los fabricantes prueben modelos experimentales. Mazda se ha presentado con el concept Zekken 55 Mazda2 Bio, que consume exclusivamente un biodiésel fabricado con aceite de cocina usado y grasas de microalgas. La carrera de hoy no solo pone a prueba la destreza de los pilotos y los equipos. También podría cambiar el rumbo del futuro de Mazda.
El mundo está migrando rápidamente hacia los vehículos eléctricos de batería (BEV), un cambio impulsado en gran medida por el Pacto Verde Europeo, ligado al objetivo de los países de la UE de ser neutros en carbono para el año 2050. Sin embargo, persisten muchos interrogantes en torno a una estrategia automovilística puramente eléctrica. Para empezar, ¿la electricidad que se emplea para mover esos vehículos se genera a partir de fuentes renovables? Y las materias primas necesarias para fabricar las baterías, ¿son sostenibles y respetuosas con el medio ambiente? ¿Y qué pasa con los países que todavía no cuentan un suministro eléctrico fiable y universal?
Mazda quiere dar una respuesta directa a estas preguntas y a otras muchas. "Nosotros apostamos por un enfoque multisolución, con distintas opciones de motorización dependiendo de las políticas de cada país o región", ha dicho Akira Marumoto, Presidente y Consejero Delegado de Mazda Motor Corporation. Por eso, Mazda ya tiene en su gama de modelos el MX-30 eléctrico y tiene en marcha un programa de desarrollo y mejora continua de sus motores y tecnologías para que sean compatibles con las infraestructuras actualmente existentes en todo el mundo. Pero también explora fuentes de energía alternativas al petróleo.
Mazda está convencida de que los combustibles ecológicos pueden hacer una aportación muy positiva a la descarbonización de la movilidad, ya que se generan a partir de fuentes de energía limpias y son 100% neutros en carbono. Su desarrollo podría facilitar de forma notable la transición hacia una movilidad limpia para el año 2050. Estos combustibles ofrecen una reducción significativa de las emisiones de CO2 a lo largo de toda la vida útil de los vehículos y hacen posible que su funcionamiento sea neutro en carbono. Y no solo son aplicables a los nuevos vehículos electrificados, sino muy especialmente al parque móvil que tenemos en la actualidad: eso es algo que no ofrece ninguna otra tecnología. Además, los combustibles ecológicos serán plenamente compatibles y podrán mezclarse en cualquier proporción con los combustibles fósiles. Eso permitiría irlos sustituyendo a medida que crezca la producción, lo cual facilitaría su adopción.
"Los desarrolladores de motores que forman parte del equipo de competición de Mazda han valorado muy positivamente la alta calidad de este biodiésel de nueva generación".
Las pruebas de este prototipo Mazda2 Bio son una de las líneas de trabajo del enfoque multisolución de la marca. En 2018, Mazda se incorporó a "Your Green Fuel", un consorcio formado en Hiroshima con participación de la industria del automóvil, centros de investigación y administraciones públicas, en el que también participaba Euglena, una empresa japonesa que tiene el objetivo de producir en masa biodiésel de nueva generación y que espera abrir una planta comercial en 2025.
El biodiésel de nueva generación de Euglena se llama "SUSTEO". Se fabrica íntegramente con productos japoneses y está oficialmente reconocido como un gasóleo por las normas industriales japonesas (JIS). SUSTEO es una mezcla a base de aceites y grasas de microalgas del género Euglena y aceite de cocina usado. Esa es precisamente la clave para que este biodiésel sea neutro en carbono: que se produce a partir de biomasa procedente de plantas y microalgas. Cuando se quema este combustible, el CO2 que absorben unas y otras durante su crecimiento compensa el que se emite a la atmósfera, con un balance global neutro. También es único en el sentido de que, a diferencia de los biocombustibles convencionales fabricados a partir de maíz u otras materias vírgenes, no genera problemas de competencia alimentaria o deforestación. Otra ventaja de este biocombustible de nueva generación es que puede utilizarse en los coches que circulan actualmente por las carreteras y distribuirse aprovechando la infraestructura existente.
En estos momentos, el concept Mazda2 Bio es un laboratorio rodante. Mazda decidió probar el nuevo combustible en un vehículo pequeño como este, que cosechó éxitos importantes en la temporada de competición 2021 con un motor diésel Skyactiv de serie, de la mano de un equipo privado. De cara a la temporada 2023, Mazda está desarrollando un nuevo coche de carreras basado en el Mazda3, con un motor más potente.
"Es una iniciativa valiente, que encaja a la perfección con el espíritu pionero del que Mazda siempre ha hecho gala".
Los desarrolladores de motores que forman parte del equipo de competición de Mazda han valorado muy positivamente la alta calidad de este biodiésel de nueva generación, y afirman que "funciona bien con nuestro actual motor Skyactiv-D y se adapta bien a aspectos como el sistema de inyección de combustible".
Es posible que no tardemos mucho en ver coches con motores Skyactiv-D de biodiésel circulando por las carreteras. Es una iniciativa valiente, que encaja a la perfección con el espíritu pionero del que Mazda siempre ha hecho gala.