VALÈNCIA (EP). La Catedral de València y la Dirección General de Patrimonio de la Conselleria de Cultura han acordado iniciar este miércoles una serie de estudios sobre las afecciones en los frescos renacentistas de los ángeles músicos en la bóveda del altar mayor, ante la aparición de eflorescencias -sales que salen hacia fuera por un aumento de la humedad- en varios puntos, con el fin de "procurar la mejor conservación" de estas pinturas realizadas en la segunda mitad del siglo XV por los artistas italianos Francesco Pagano y Paolo de San Leocadio.
El subdirector general de Patrimonio Cultural y Museos de la Conselleria de Cultura, Antonio Bravo, y la directora del Institut Valencià de Conservació i Restauració de Béns Culturals (IVC+R), Gemma Contreras, visitaron ayer lunes la Seo, donde fueron recibidos por el canónigo de conservación del Patrimonio, Jaime Sancho, y el canónigo Archivero, Vicente Pons, así como por el arquitecto titular de la Seo, Salvador Vila y los técnicos que intervinieron en la recuperación de los frescos tras su hallazgo en el año 2004, explica el Arzobispado a través de un comunicado.
Examinada la situación, se acordó por parte de ambas partes llevar a cabo un estudio de los posibles agentes que afectan a las pinturas, con un "análisis fotográfico de termografía, medición de la humedad, comprobación de la estructura y ventilación para procurar la mejor conservación de los frescos", según Sancho. Los estudios se realizarán por la Catedral con la colaboración del Instituto Valenciano de Conservación y comenzarán mañana, miércoles.
Por su parte, la directora general de Cultura y Patrimonio, Carmen Amoraga, que ha asistido a un desayuno informativo del conseller Educación y Cultura, Vicent Marzà, se ha referido hoy a este tema a preguntas de los medios.
Amoraga ha reconocido que hay "una manifiesta alarma porque los ángeles están deteriorados" y ha recalcado que "desde la Conselleria no se tenía constancia porque es el propietario del Bien de Interés Cultural (BIC) quien se encarga del mantenimiento y, a pesar de que
la relación con la Catedral es fluida, nunca nos habían trasladado la existencia de estas humedades".
"Hemos mantenido reuniones y nunca se había puesto de manifiesto este problema por lo que entiendo que ellos también lo desconocían. Lo importante es que ahora se ha detectado, gracias a la ciudadanía, y se va a poner solución desde la Catedral con la supervisión de la administración", ha agregado.
En este sentido, ha apuntado que el cabildo "se ha comprometido a remitir a Cultura un proyecto y contratará a la empresa que considere oportuno pero la administración supervisará y tutelara los trabajos que tengan que ver con estas humedades desde la Dirección General y el Instituto de Conservación".
Precisamente, la responsable de esta unidad, Gema Contreras, que también ha asistido al acto, ha apuntado que las humedades "estaban detectadas desde 2011 con una eflorescencia de sales del mortero". Por ello, se habían instalado --lo hizo un profesor de la Universitat Politècnica de València-- 29 sensores pero "el problema es que desde 2014 no está llegando la lectura de la temperatura y humedad de la Catedral, que debía ser quien almacenara los datos de forma que, si se ve cualquier anomalía, se pueda actuar", ya que la Conselleria se ha puesto "al servicio" de la Seo "para todo lo que haga falta".
La subdirectora de restauración cree las causas pueden ser varias -ha citado entre ellas nitratos, excrementos de paloma, afluencia de personal o humedades antiguas- y ha comentado que para estudiarlo se iniciarán mañana los trabajos de revisión para ver el tejado por dentro y por fuera.
Contreras ha añadido que, aunque puede que se haya dejado pasar "un tiempo excesivo", no se trata de "un problema traumático y se podrá eliminar la sal y recuperar las pinturas". "El problema --ha continuado-- es que debe de haber un foco porque en 2011 ya salieron eflorescencias y ayer detectamos algunas más y eso es lo que más nos preocupa".
En concreto, ha revelado que se han localizado en algunas partes inferiores de los frescos, que coinciden con las esquinas de los ángeles y que pueden deberse a "alguna filtración de los nervios" de la bóveda, aunque es algo que todavía no se puede constatar.
Por eso, ha manifestado, se ha trasladado a la Catedral la necesidad de dar "un paso al frente para intentar atajar el problema y hay que estar muy atentos a la conservación". Ha propuesto instalar cada diez años un andamio para revisar las pinturas de cerca y, en todo caso, "programarlo de alguna manera porque ese problema no se va a solucionar para siempre".