La industria del automóvil está experimentando una nueva revolución industrial. La transformación digital, el internet de las cosas y una conectividad sin precedentes están cambiando no solo el propio automóvil, sino también el modelo de negocio a lo largo de toda su cadena de valor: desde el diseño y la fabricación de vehículos autónomos y conectados, hasta los servicios completamente personalizados de mantenimiento y de atención post-venta.
Un dato muy significativo en este contexto de transformación digital es que en 2020 se estima que cada uno de nosotros tendrá 26 dispositivos conectados a internet. Por tanto, cuantos más dispositivos conectados, mucha más información generada y accesible desde cualquier dispositivo. Asimismo, debemos tener en cuenta que el 90% de la información actualmente disponible en Internet se ha creado en los 2 últimos años, de ahí que se espere un crecimiento aún mayor en este período.
En este sentido, la adaptación a estos cambios, por parte del sector del automóvil puede suponer una ventaja competitiva para aquellas compañías que los sepan gestionar adecuadamente y sean capaces de monetizar los grandes volúmenes de datos generados en torno a la transformación digital y al auge de la conectividad.
Sin embargo, si dicha información no se gestiona y protege correctamente, lejos de ser una ventaja competitiva, puede suponer un serio riesgo de ciberseguridad y un misil directo a la línea de flotación de la compañía, poniendo en entredicho su viabilidad. Desde el momento en el que un vehículo puede conectarse a un Smartphone y a Internet, se expone a que un potencial atacante pueda llegar a acceder y controlar la estabilidad del coche explotando una vulnerabilidad en el Smartphone o en cualquier aplicación instalada en el mismo.
Ya no se trata solamente de proteger la información y sistemas sensibles de la empresa, sino que la ciberseguridad en la industria del automóvil debe abarcar otros aspectos tan relevantes como la propia seguridad del conductor del vehículo conectado y la privacidad de sus datos.
En este contexto de revolución tecnológica, donde además existe una creciente sofisticación de las ciberamenazas y de las técnicas empleadas por los atacantes, la ciberseguridad constituye uno de los principales retos a los que se debe enfrentar la industria del automóvil.
En definitiva, la digitalización y la conectividad son los principales elementos de la revolución tecnológica de la industria del automóvil, y por este motivo la ciberseguridad se convierte en uno de los principales retos a los que se debe enfrentar el sector de la automoción, siendo la propia seguridad del conductor del vehículo y la privacidad de sus datos sus principales preocupaciones.
Para garantizar el éxito y efectividad de la función de ciberseguridad en el sector se deberá conseguir, en primera instancia, el compromiso de la dirección de la compañía. Una vez logrado, se podrá articular un programa de ciberseguridad integral con una clara orientación a la gestión del riesgo y la securización del vehículo y todos sus componentes de los objetivos y la estrategia del negocio, así como la asistencia para el cumplimiento de las obligaciones normativas y legales.
Xavier Ferré es Socio Responsable de automoción y Transporte de EY