La consellera Torró se arrepiente del fichaje de su jefe de Gabinete y lo cesa a los 21 días

VALÈNCIA. El Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV) publicó este jueves el cese de Eloy Olcina como director de Gabinete de la consellera de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad, Rebeca Torró. En el mismo boletín, se informó además que la hasta ahora jefa de Prensa, Alba Garrido, pasaría a ocupar estas funciones en citado departamento liderado por la dirigente socialista.

Una salida que se produce tan sólo 21 días después de que se publicara el nombramiento del citado responsable de Gabinete, en lo que supone un nuevo récord en lo que a permanencia se refiere de una persona en este cargo.

Tal y como informó Valencia Plaza cuando se hizo público el cese de José Luis Fitó, el anterior jefe de Gabinete de esta conselleria, el cargo de jefe de gabinete es uno de los más abrasivos dentro de la estructura del Ejecutivo autonómico. De hecho, la vorágine 'botánica' ha devorado a una treintena de ellos en apenas tres años: la media de permanencia en el puesto se sitúa en 14 meses.

En este caso, las fuentes del Ejecutivo consultadas por este diario se limitaron a confirmar la salida y subrayar que se había reconsiderado la búsqueda de otro perfil. Cabe recordar que Olcina, el director cesado, es un profesional del sector inmobiliario que no provenía de la esfera política.

Curiosamente, todo el paso del citado jefe de Gabinete 'fallido' ha sido accidentado. En el DOGV del pasado 22 de septiembre se publicó su nombramiento en el cargo pero con categoría C2, una por debajo -y lógicamente con menos retribución- de la que a este tipo de puesto le corresponde. Hace apenas una semana, se publicaba en el mismo boletín una corrección de errores fechada el 27 de septiembre en el que se incrementaba su categoría a C1.

Finalmente, y tras apenas tres semanas en el puesto, este jueves se publicaba en el DOGV su cese en el puesto "agradeciéndole los servicios prestados" y se informaba de la designación de Garrido. Una muestra de que la consellera Torró debe acometer una revisión en su procesos de selección en materia de recursos humanos.