VALÈNCIA. La promotora cooperativa de viviendas Ginkgo llegó València en 2016, año en el que empezó a comercializar las 48 viviendas de su Residencial Marxalenes, ubicado junto al parque que le da nombre. Lo destinó a la vivienda de reposición de vecinos del barrio, interesados en los precios mas económicos de la entidad cooperativa -en la que los cooperativistas son los propios promotores y se ahorran el coste del beneficio que obtiene normalmente la firma promotora-.
El proyecto del complejo, actualmente en construcción, contó con una peculiaridad: un total de 10 viviendas dispuestas en planta baja, entre las dos torres que originalmente iban a concentrar la totalidad de las residencias. ¿La razón? En dicho enclave se contempló inicialmente un supermercado que perdió su razón de ser con el posterior posicionamiento de la competencia en los alrededores.
Fue entonces cuando Ginkgo, según explican fuentes de la compañía a este diario, optó por aprovechar ese espacio intermedio para ampliar el número de residencias del complejo. Y su sorpresa fue mayúscula al contemplar que las viviendas unifamiliares fueron las primeras en venderse, por tratarse de unidades con terrazas privativas orientadas al jardín y a la piscina de la promoción.
Con este buen precedente la compañía lo tuvo claro: la construcción de viviendas unifamiliares dentro de la ciudad de València era una oportunidad, de modo que buscó un enclave para acometer un proyecto de estas características. Lo encontró en Nou Benicalap, junto a la rotonda de la Avenida dels Germans Machado, donde tiene proyectado el Residencial Barraques de Lluna, un ámbito en el que las viviendas contempladas en el planeamiento reciben la denominación de 'cases de poble'.
El proyecto resultante consiste en el desarrollo de 32 viviendas unifamiliares dispuestas en cuatro manzanas distintas alrededor de un club social con piscina que dará servicio a todas las residencias, todo en un entorno en el que se integran cinco alquerías protegidas que están siendo rehabilitadas por particulares. "Un chalet en València", publicitaba la empresa, que ya tiene todas las unidades adjudicadas a cooperativistas. La previsión es iniciar las obras en febrero.
La empresa subraya al respecto que los unifamiliares son un producto muy escaso en València. Más allá de las viviendas de planta baja que se encuentran en núcleos históricos como El Cabanyal, Benimaclet o Campanar, entre otros, tan solo se han desarrollado en este formato los adosados de Sant Llorenç, construidos hace unos años junto a la Avenida Alfahuir. En la misma línea la promotora Hábitat está construyendo 48 viviendas a pie de calle en Fuente de San Luis, un proyecto denominado Músico Chapí.
Los residenciales Marxalenes y Barraques de Lluna fueron los dos primeros proyectos de la compañía en la ciudad, si bien esta ya tiene en mente dos más. Se ubicarán en las calles Guillem de Anglesola -donde tiene previsto levantar un edificio de 27 viviendas denominado Residencial Jardín de Ayora-; y en la calle Costa y Borrás de Patraix -junto a Gaspar Aguilar-, donde proyecta una más pequeña de 11 unidades.