VALÈNCIA. (EP) La recreación histórica se convertió en espectáculo este viernes en una fastuosa entrada Morocristiana en Ontinyent (Valencia), donde decenas de miles de personas llenaron los asientos para disfrutar de los boatos de capitanías y embajadas. El recorrido estuvo protagonizado por la defensa del imperio bizantino, la batalla de Guadalete, los diseños bélicos de Leonardo da Vinci o una recreación del imperio otomano.
En la tribuna de autoridades, disfrutaron del día grande de las fiestas el presidente de Les Corts, Enric Morera, y los consellers de Hacienda y Economía, Vicent Soler y Rafa Climent, respectivamente, junto al alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez.
Danza, teatro y música se fusionaron a lo largo del desfile entre la avenida Almaig y la plaza de la Concepció, con carrozas, exhibiciones y el paso de los festeros, detalla el Ayuntamiento en un comunicado.
Abrió la entrada una capitanía cristiana de la comparsa Almogávares, que recordaba el recorrido de los mercenarios desde Constantinopla --capital del imperio bizantino y actual Estambul-- para tratar de frenar el avance de las tropas otomanas. La comitiva incluía un grupo de enseñas de los almògavers, una bestia gigante, la recreación de batallas y la llegada en carroza del capitán, Manuel Penadés.
Seguidamente, la embajada de los Estudiantes exhibió la parte más desconocida de Da Vinci, diseñador de gran cantidad de armas como ametralladoras de múltiples cañones, torres de asedio y morteros. Los vestidos de las escuadras hacían referencia a máquinas inventadas por Leonardo, además de mostrar un laboratorio con una catapulta en construcción, una ballesta gigante traída por dos bueyes o la reproducción de una ametralladora que dibujó en el XV.
La carroza, con el embajador Juan Alonso y la abanderada Susana Calabuig, consistía en una reproducción en movimiento de la máquina voladora que Leonardo da Vinci denominó 'Ornitòpter'.
Ya por la noche, el desfile del bando moro arrancó con la capitanía de los Moros Españoles, que recreaba la batalla de Guadalete del año 711 entre los musulmanes y los visigodos, una contienda que supuso el inicio de la invasión musulmana en la península ibérica. Encabezada por Enrique Galbis, destacó por el uso del fuego y un espectacular ballet formado por más de 100 personas.
Como colofón, la embajada de los Moros Marinos estuvo basada en la casa de Osmà, una familia gobernadora del imperio otomano desde su fundación. El guion se dividía en varias partes recreadas mediante escuadras, con artillería y jinetes sobre camellos que representaban a los soldados de Rumelia (ahora Los Balcanes), Persia (Irán) y Anatolia (Turquía), en marcha a la batalla.
La entrada Morocristiana 2018 de Ontinyent trancurrió con normalidad, sin incidencias destacables y con un público que no abandonó sus asientos hasta pasadas las dos y media de la madrugada de este sábado, destacan desde el consistorio.