VALÈNCIA. (EP) La crisis generada por la covid-19 ha agravado la situación socioeconómica de la población femenina, que se hace cargo de hijos y familiares, y de hecho la mitad de las personas usuarias de Casa Caridad València son mujeres, el porcentaje es el más alto de los últimos 15 años y ha ido creciendo hasta igualarse en un año, mientras que en el periodo 2006 y 2012 la presencia media era de un 70% hombres y un 30% mujeres, según han señalado fuentes de esta entidad benéfica.
Un ejemplo es Valeria, que llamó a la puerta de Casa Caridad esperando a que pudieran acogerla después de varios años de inmensas dificultades para salir de una situación de exclusión social que la dejaba en la calle y sin recursos. Tenía 20 años y se encontró sin apoyo familiar ni social ni ingresos suficientes para seguir. Ella es una de las mujeres a las que atiende Casa Caridad y que suman ya la mitad de las personas usuarias de la Asociación en 2021.
El presidente de Casa Caridad, Luis Miralles, ha señalado al respecto que es "una cifra que demuestra la feminización de la pobreza y el aumento del riesgo de exclusión social de este colectivo", que se ha acentuado debido a la crisis socioeconómica que ha generado la covid-19.
Según los datos de Casa Caridad, en los últimos años la presencia de mujeres en los servicios ha ido aumentando progresivamente. Así, por ejemplo, entre 2006 y 2012 la presencia media era de 70% hombres y 30% mujeres, una cifra que se situó en una proporción 60%-40% en los años posteriores.
De hecho, en 2020 en los centros de acogida el 65% eran usuarios y el 35% eran usuarias y en los comedores sociales era de 60% de hombres frente al 40% de mujeres. Un porcentaje que en un año se ha igualado hasta situarse en 51% de población masculina y un 49% femenina.
La directora gerente de la ONG, Guadalupe Ferrer, señala que la
situación de las mujeres que acaban en la calle es "más problemática y se ve agravada por una serie de dificultades añadidas, como la violencia de género". A esta vulnerabilidad se suman más trabas para acceder al mercado laboral, empleos más precarios y la responsabilidad de los menores y el trabajo doméstico. Por ello, hay que darles "una repuesta adecuada" a sus necesidades".
Al respecto, la responsable de Trabajo Social de la ONG, Cristina Sánchez, ha explicado que la mayor parte de recursos sociales para personas en situación de sinhogarismo están dirigidos a hombres o son mixtos cuando las mujeres precisan de "más servicios específicos". De este modo, en los últimos años, las entidades del tercer sector y las administraciones públicas están adaptando infraestructuras y medios solo para la población femenina".
Casa Caridad lleva trabajando en el empoderamiento de la mujer y la adecuación de los servicios a las necesidades que demanda este colectivo desde hace más de 20 años. En el año 2000 se realizaron obras en el centro de acogida de Petxina para separar por plantas los alojamientos para hombres y mujeres y cuando abrió el Multicentro Social de Benicalap en 2016, con una parte del albergue destinado a familias, el porcentaje de mujeres acogidas pasó del 25% al 40%, hasta situarse en 2021 en el 50% gracias también a la apertura de las viviendas supervisadas del proyecto Fénix en 2018.
En el comedor social, esta realidad también se ha visto reflejada. De hecho, en 2008, según los datos de la Asociación, en el comedor social el 87% eran hombres y el 13% mujeres. Con la gestión temporal a partir de 2012 de los comedores de Santa Cruz y Paterna, destinados principalmente a familias, la proporción de mujeres fue en aumento hasta situarse cerca del 50%.
Además, se les da prioridad para "aliviar" problemáticas adicionales, como la escolarización de los niños: en los últimos años, el porcentaje de familias 'monomarentales' en las escuelas infantiles de Torrent, Benicalap o Petxina ha crecido.
Ante esta situación, han pasado encuestas preguntado qué medidas les gustaría que se tomaran y en base a estos resultados, se diferenciaron las plazas de los centros por plantas de hombres y de mujeres, con baños y duchas diferentes para que estuvieran en un ambiente más protegido".
También se han creado talleres específicos como 'Tejiendo Redes' o el 'Espai Dona', un espacio en el que las mujeres pueden expresar sus inquietudes y se trabaja con ellas en su reinserción social, a la vez que se genera un sentimiento de protección y seguridad.
"Son puntos de encuentro en los que a través de diferentes actividades de ocio o de artesanía se fomenta un buen ambiente, se encuentran libres para expresar sus emociones y se establece una red de apoyo importante entre ellas", añade Cristina Sánchez.
Además, a lo largo de estos días, Casa Caridad ha realizado diversas actividades con motivo del Día Internacional de la Mujer como charlas sobre la prevención en violencia de género, una exposición sobre mujeres pioneras o la elaboración de una pancarta que se ha mostrado en la concentración que las personas usuarias de la entidad han realizado hoy en las puertas de los centros de Pechina y Benicalap.
Por último, la entidad destaca la feminización de la plantilla de Casa Caridad que actualmente cuenta con un 74% de trabajadoras frente al 26% de trabajadores y la elaboración de un Plan de Igualdad y Diversidad.