VALÈNCIA. (EP). La dislalia, o los trastornos articulatorios en el habla, ha centrado este jueves la segunda jornada del monográfico 'Del lenguaje al aprendizaje y viceversa', que se imparte en la sede de los Cursos de Verano de la Universidad de Cantabria (UC) en Los Corrales de Buelna. Un trastorno "de la palabra, no del lenguaje", que afecta al 15% de los niños en edad preescolar y que, si bien en muchos casos se corrige de forma natural, en otros precisa de intervención profesional.
Así lo ha explicado hoy la logopeda de la Escuela Universitaria Gimbernat-Cantabria, María José González, quien además forma parte del grupo de investigación 'Isla de Mouro', en el que participa la Universidad de Cantabria y que ha creado el Magic Mouth Kids, un nuevo método para el tratamiento de los trastornos del habla.
Un sistema nuevo "para trabajar la articulación, para ayudar a aquellos niños que no articulan bien porque no saben dónde están colocados los sonidos, a movilizar los órganos fonoarticulatorios de forma lúdica y divertida", ha detallado González, que ha añadido que la experiencia ha demostrado que los métodos tradicionales, "como los ejercicios con la lengua, tienen un resultado limitado".
De hecho, el Magic Mouth Kids impulsado desde Cantabria para tratar los trastornos del habla se ha aplicado de forma experimental este pasado curso en un colegio de Santander; además, se ha hecho un trabajo de fin de grado de los alumnos de Logopedia "y se han obtenido resultados muy satisfactorios, que aún se están analizando", ha dicho.
En su opinión, en Cantabria la sensibilización entre profesorado y sanitarios "es cada vez mayor, se detecta antes, y se actúa antes", derivando a los niños con estos problemas a los equipos de orientación.
Todo para tratar la dislalia, el trastorno del habla más común, cuya incidencia ronda el 15% en edades preescolares. A medida que van creciendo, disminuye al 3% porque los niños, de forma natural, van adquiriendo esos sonidos', ha explicado. No obstante, la logopeda ha advertido de que cuando los problemas de pronunciación persisten más allá de los 4 años de edad, cuanto antes se intervenga, mejor para el niño. La "señal de alarma" sería cuando a los niños de más de 4 años no se les entiende bien al hablar.