VALÈNCIA. La EMT de València se endeudará para hacer frente a los pagos más apremiantes. Es decir, pagar las nóminas de junio. Una decisión que da buena cuenta de lo delicada que es la situación financiera en el seno de la empresa municipal de transportes. Concretamente, se licitará una póliza de crédito de 27,2 millones de euros, que además de los salarios -donde irá a parar la mayoría del dinero-, se dedicará a pagar a proveedores y afrontar otros gastos corrientes urgentes.
Lo anunció este lunes el alcalde de la ciudad, Joan Ribó, junto con el presidente de la EMT, el edil Giuseppe Grezzi. "La situación de la EMT en este momento necesita recursos económicos con urgencia para poder pagar los salarios ya en junio y con más urgencia en julio", dijo el alcalde. La considerable pérdida de viajeros -que ha alcanzado el 90% en el servicio municipal de autobuses- se ha convertido en un "gran agujero negro" que ha puesto la situación de tesorería al límite.
Según proyecciones de la propia empresa, como consecuencia de la crisis del coronavirus, se dejarán de ingresar hasta 27 millones de euros. Un agujero difícil de tapar sólo con recursos municipales. Por otro lado, ni el ERTE que podría ahorrar 1,5 millones salió adelante -el Ayuntamiento llevará el rechazo de la conselleria de Economía a los tribunales y alega que en Sevilla o Málaga ha salido adelante-, ni el Gobierno central ha permitido todavía el uso de los ahorros municipales, y está ultimándose la línea de ayudas del Ejecutivo de Pedro Sánchez al transporte urbano.
De ahí la necesidad de acceder a una línea de recursos apremiantes y se licitará una línea de financiación urgente a la que podrán acceder las entidades bancarias que lo deseen, que deberán aportar, como mínimo 3 millones de euros cada una, hasta completar el montante total. De este modo, dijo Grezzi, no se limitan sobremanera las posibilidades de acceso a la licitación de los bancos. El Ayuntamiento será el avalista y el dinero se deberá devolver en un año.
Dos ámbitos son los que recibirán el impacto más directo de la crisis. Por un lado, el laboral: el convenio laboral. Los trabajadores ratificaron recientemente el preacuerdo alcanzado entre la empresa y los sindicatos a mediados de marzo para un nuevo convenio laboral que cubra hasta 2022. Un texto en el que se incluye un incremento salarial del 2% -como se le ha aplicado al resto de funcionarios este año- y la mejora de diversos complementos a la remuneración base. Algo cuya conveniencia en este contexto había planteado dudas a los responsables de la empresa municipal.
Sólo falta que el Consejo de Administración de el último visto bueno al documento, para lo que presionan las organizaciones sindicales. Sin embargo, la pasada semana el presidente ya había pedido "responsabilidad" y "altura de miras" ante la complicada situación económica por el impacto financiero que supone el nuevo convenio. Este lunes, fue un paso más allá y concretó que la ratificación del nuevo convenio se aplazará, al menos, hasta septiembre. Entonces, se tomará una decisión según la situación. Eso sí, confirmó la voluntad de mantener en el convenio el incremento del 2% como al resto de empleados públicos.
Por otro lado, se encuentra el campo de las inversiones. Según explicaron los responsables municipales, como consecuencia de la crisis la EMT ha tenido un "ahorro" de 2,3 millones de euros, por menor gasto en combustible y reparaciones y reducción de horas de trabajadores. Pero también se van a aplazar inversiones previstas para 2020. Así, de los 37,9 millones de euros de inversiones previstos en el presupuesto inicial para este ejercicio, finalmente se destinarán 16,7 millones de euros.
Este ahorro de 21 millones de euros se debe a la jerarquización de las inversiones y a los retrasos generados por la crisis. Un ejemplo de ello es la llegada de los nuevos autobuses prevista para este año. Con los retrasos provocados por la crisis en los propios fabricantes de vehículos, se retrasará la llegada de estos autobuses y, en consecuencia, la inversión se reducirá en torno al 50% este año.
Tanto el alcalde como el presidente de la EMT insistieron en la necesidad de contar ahora con "fondos extra" procedentes del Gobierno central para hacer frente a la situación económica de la compañía a partir de la Covid-19 y con aportaciones fijas de manera continua para la financiación siempre del transportes público.
"Madrid o Barcelona tienen una entidad metropolitana que gestiona el transporte público", dijo el alcalde, para comentar más tarde que las partidas contempladas por el Gobierno para el transporte metropolitano "no llegan al Ayuntamiento de València a pesar de que ya tenemos una especie de entidad metropolitana que acaba de nacer y está en fase de desarrollo". "Nosotros en València tenemos un consorcio acabado de nacer pero es como si no lo tuviéramos", planteó. El alcalde confió en que la segunda línea de ayudas anunciada por el ministerio de Transportes para el transporte urbano -no interurbano como era el primero- llegue "pronto" y con el "máximo posible" de ayudas.
Unas declaraciones que no cayeron bien entre los socialistas, especialmente en la edil socialista y vicepresidenta de la EMT, Elisa Valía, quien recriminó a sus socios de Compromís haber generado una "polémica estéril" y "un conflicto donde no lo hay". "¿Por qué es tan difícil decir que los presupuestos del PSOE contemplaban una asignacion al área metropolitana para compensar la situación que tenemos?", se preguntaba la concejala, molesta con los silencios, a su juicio, intencionados de sus socios de gobierno municipal.
"Allá cada uno con su responsabilidad, pero el Gobierno ya ha expresado su compromiso de habilitar un fondo para paliar la crisis en la empresa municipal. Reiterar una y otra vez la mala situación sin decir que hay este compromiso expreso del ministro es de poca responsabilidad", sentenció. Por ello, dijo que los ediles de la coalición valencianista buscan "generar polémica y adulterar el debate".