Posiblemente formar una familia es una de las tareas más importantes que alcanza el ser humano, una auténtica empresa en su más amplio sentido. De ese núcleo de confianza y trabajos compartidos surgen las mejores empresas de nuestro entorno, como así se ha puesto de manifiesto estos días en el XXI Congreso de la Empresa Familiar
Durante estos últimos y gélidos días del mes de octubre, nuestra ciudad y en concreto nuestro Palacio de Congresos ha abierto los telediarios y las portadas de la prensa nacional gracias al XXI Congreso de la Empresa Familiar organizado desde el IEF –Instituto de la Empresa Familiar– fundado en 1992. Dicho evento ha reunido lógicamente a lo más granado del sector empresarial nacional y también ha traído hasta nuestra tierra al Rey Felipe VI, al presidente del gobierno, Pedro Sánchez y al líder del PP, Pablo Casado. Todos ellos intervinieron ante los más de 700 empresarios que llenaban el auditorio y que han debatido sobre los retos de la empresa.
Me parece un gran acierto que se haya elegido nuestra ciudad porque si de algo sabemos y mucho los valencianos es de empresa y de familia, especialmente cuando unimos ambos conceptos: empresa familiar. Nuestro tejido empresarial está repleto de PYMES y también de grandes empresas que empezaron siendo muy pequeñas y pese a su expansión y crecimiento mantienen su carácter familiar no sólo en los mandos de dirección de la misma, sino en lo que podemos llamar el alma de la empresa, es decir, el trato amable y cercano entre los directivos y los empleados.
Como decía en la entradilla, crear y formar una familia es una de las empresas o tareas más importantes que alcanzamos las personas, y requiere de muchas horas de esfuerzo, lucha, dedicación, resignación, pasión e ilusión. Factores todos ellos que se necesita para sacar adelante un proyecto empresarial, por ello muchos nacen en el núcleo familiar –tan olvidado e incluso denostado en los últimos tiempos–. En consecuencia, es importante que desde los colectivos que representan a las empresas familiares se reivindique esa figura tan compleja de ser padre/jefe y madre/jefa e hijo/a empleado/a y convivir así las 24 horas del día. Algo que no es sencillo y que en la mayoría de casos se lleva con gran mérito y valor.
Muchos de los negocios que vemos en nuestra ciudad son empresas donde todos sus empleados son miembros de la familia, algunos llevan varias generaciones pese a la complejidad de nuestra legislación y a la globalización que genera nuevas formas de negocio, como las franquicias. Un entorno que a través de procesos de producción, logística y distribución más técnicos, abarata costes y productos y suponen una competencia dura para el negocio tradicional y la empresa local. Para poder mantenerse, mejorar y competir en este difícil escenario mundial, algunas asociaciones y federaciones vinculadas a la empresa familiar ofrecen formación, cursos, seminarios, unidad entre los diversos sectores. Buenos ejemplos de ello son el IVEFA –Instituto Valenciano para el Estudio de la Empresa Familiar– junto a la Cámara de Comercio y la CEV –Confederación Empresarial Valenciana–, así como la Cátedra de Empresa Familiar de la Universitat de València o la propia Asociación Valenciana de Empresarios –AVE–, lobby que pese al volumen de sus empresas, la inmensa mayoría son familiares.
En estos tiempos donde la clase política goza de un desprestigio ganado a pulso pero que pone en tela de juicio algunas de las instituciones del Estado, una vez más la figura del Rey como símbolo de la Corona y la Jefatura del Estado ha sabido estar donde tocaba, y además acertó a la hora de definir al pueblo valenciano: "fuerte vocación empresarial, abierta al exterior, y con una gran tradición y presencia de empresas familiares, algo que no puede extrañar ni sorprender, ya que esta tierra y sus gentes siempre han dado un gran ejemplo de dinamismo y del espíritu emprendedor". Y añado, y un pueblo leal y honrado.
Los empresarios suelen ser gente con alto sentido común y prueba de ello son los resultados de la Encuesta de Percepción Económica que se realizó durante dicho Congreso y donde al ser preguntados por la visión del modelo estado, ponían como prioritario un ‘Pacto de educación y formación’, seguido de un ‘Pacto de simplificación fiscal y administrativa’. Y en consonancia valoraron como principales riesgos para lastrar la economía el ‘Endeudamiento público y la política fiscal’, seguido de la ‘Falta de reformas estructurales’. Tomen nota los políticos autonómicos y nacionales y fíjense en lo que piensan y piden quienes arriesgan su patrimonio, generan riqueza y se esfuerzan constantemente para innovar y crear puestos de trabajo. Larga vida a la empresa familiar.