VALÈNCIA. (EP) La fiscal delegada de violencia sobre las mujeres de Valencia, Rosa Guiralt, ha explicado este lunes que durante el primer mes de vigencia del estado de alarma por la pandemia de covid-19 "desaparecieron las denuncias" y las mujeres "quedaron calladas" y ha echado en falta que dentro de la información institucional se transmitiera el mensaje de que "no estaban solas", así como una mayor atención presencial.
Así se ha pronunciado Guiralt en su comparecencia ante la Comisión de Justicia de Les Corts para explicar el trabajo realizado durante la crisis del coronavirus y realizar aportaciones de cara a la reconstrucción.
Ha recordado que desde que el 14 de marzo se decretara el estado de alarma "en la Comunitat Valenciana desaparecieron las denuncias de mujeres por violencia de género" y esa situación se prolongó durante cerca de un mes, hasta que a mediados de abril comenzaron a entrar algunas.
Esto les "alarmó", ha subrayado, porque no están acostumbrados a esos números y mientras tanto oía en los medios de comunicación que habían aumentado las llamadas a distintos recursos como la Red Mujer24 horas, la Oficina de Atención a las Víctimas del Delito o la policía o el 016.
La fiscal ha señalado que durante ese periodo de confinamiento las fuerzas de seguridad han estado vigilando y controlando a esas mujeres "de manera muy intensa", sobre todo a las que presentan un riesgo medio, alto y extremo, a las que "no han dejado en ningún momento solas", pero han sido atenciones telefónicas.
"¿Nos hacía falta algo más? Sí. Dentro de la información que se ha dado desde las instituciones a las víctimas decirles no estáis solas, las instituciones están con ustedes" y dentro de las instituciones los tribunales, ha indicado la fiscal.
Por ello, ha preguntado "cómo es posible que las ciudadanas que sufren violencia de género no se enteraran de que los juzgados no están cerrados". "Hubo desinformación", ha lamentado. "Somos un servicio público y estamos para servir a la ciudadanía, que es la que nos paga, le debemos un respeto y estar en presencia para todo aquello que necesiten", ha agregado.
A su juicio, el acceso a la justicia "no se ha garantizado para nada" y en violencia de género "no hay otro remedio que estar delante de ellas, hablar con ellas".
Guiralt ha indicado que, no obstante, en las Oficinas de Atención a las Víctimas de Delito todas las comunicaciones han sido telemáticas y en la administración de justicia ha habido problemas tecnológicos porque la policía no citaba a las víctimas --por falta de plantilla, entre otros motivos-- y solo tenían a los agresores en las comisarías, y las soluciones tecnológicas no respondían adecuadamente.
"Todavía hoy no vienen al juzgado de guardia los detenidos ni se cita a las víctimas, con la ralentización que eso supone", ha advertido la fiscal, que ha agregado: "Hemos estado trabajando como primitivos, no lo hemos hecho bien porque no teníamos medios".
Además, ha hecho hincapié en las consecuencias que implica la atención por medios tecnológicos porque "no todas las mujeres que sufren violencia de género tienen aparatos electrónicos para poder conectarse" y "no puede haber una justicia para unos mejor que para otros".
"Hemos hecho todo lo posible, hemos estado trabajando, nos hemos preocupado por lo que nos teníamos que preocupar y, sin embargo, no ha salido del todo bien", ha admitido, señalando que cada uno, servicios sociales y justicia, debe "mirar su ombligo" y ver en qué podría mejorar. "Ahora vendrá lo que tenga que venir, la hecatombe", ha concluido.
Ante las preguntas realizadas por los grupos políticos, ha indicado que la ralentización de los últimos meses va a hacer que ahora necesiten ayuda "no de la Comunitat, sino del Estado", y ha pedido al Consejo General del Poder Judicial jueces y fiscales de apoyo "para poder sacar el trabajo que durante estos meses no se ha podido sacar".
Asimismo, ha advertido de que "el tiempo de pandemia no ha acabado" y sospecha que "posiblemente tengamos otro confinamiento". Ante esa hipótesis, ha dicho, habría que hacer "todo lo contrario que se ha hecho", dando una atención presencial a las víctimas, que "necesitan que alguien les mire a la cara y les diga dónde tienen que acudir" y también cómo y cuándo.
Entre otras cuestiones, ha abogado por mejorar la formación de jueces y fiscales para poder ponerse en la piel de estas mujeres y entender la situación que viven desde sus propios parámetros. Y esa formación debe llegar, a su entender, desde las propias asociaciones de mujeres.