VALENCIA. La Fiscalía Provincial de Valencia ha abierto Diligencias de Investigación Penal contra el cardenal y arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, como presunto autor de un delito de odio contra los homosexuales y las mujeres. Según el Código Penal, en caso de ser procesado, el cardenal podría enfrentarse hasta a tres años de prisión.
La fiscal encargada de determinar si monseñor Cañizares ha cometido un delito contra el colectivo gay y contra el feminista es la fiscal delegada de delitos de odio, Carmen Andreu. La representante del Ministerio Público deberá investigar la denuncia presentada por el colectivo Lambda de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales que denunció al arzobispo por sus "condenables declaraciones homófobas y machistas contra las personas homosexuales y el movimiento feminista".
Cañizares arremetió durante una homilía contra la "importante escalada contra la familia por parte de dirigentes políticos, ayudados por otros poderes como el 'imperio gay' y ciertas ideologías feministas", subrayando que las "leyes que comentan la ideología de género" (en clara referencia a las legislaciones que abogan por la igualdad efectiva entre hombre y mujer) son "las más insidiosas que ha habido en toda la historia de la Humanidad". Estas palabras, unidas a otras muchas frases poco o nada acertadas del prelado colmaron la paciencia de Lambda, quienes hartos de los desprecios nada velados del cardenal decidieron presentar una denuncia.
Estas palabras llevaron al prelado a recibir una reprimenda del Papa Francisco, quien, según fuentes vaticanas, le recordó que "España está viviendo un momento electoral y político muy complicado en el que la Iglesia debe ser instrumento constructivo, y no elemento desestabilizador".
La Fiscalía investigará si Cañizares ha cometido un delito de odio. Dicho delito está enmarcado en el Artículo 510 del Código Penal que dice textualmente: “Se castiga con penas de hasta tres años de prisión los denominados delitos de incitación al odio o a la violencia, contra grupos o asociaciones, por motivos racistas, antisemitas, ideológicos, religiosos, de raza, etnia o nacionalidad, aplicable también a los que con conocimiento de su falsedad o temerario desprecio hacia la verdad, difundieren informaciones injuriosas sobre estos grupos o asociaciones”.
Pero no todo el mundo está en contra del cardenal, ni condenan sus declaraciones. La número uno del PP de Valencia Isabel Bonig dijo en Las Corts que “estas declaraciones para nada incitan al odio”, algo que la Fiscalía no tiene tan claro. De hecho, Bonig manifestó en declaraciones a Valencia Plaza hace unos días que dentro de su partido hay “muchísima gente homosexual y muchísima gente lesbiana". "Nosotros lo respetamos y lo defendemos”, dijo.
Pero estas frases contra gays y feministas no han sido las primeras fuera de tono del prelado. “¿Esta invasión de refugiados es del todo trigo limpio?”, fueron sus palabras con respecto a la crisis de refugiados que está coloreando la cara de todos los mandatarios europeos.
"No entramos en valoraciones políticas, pero desde el punto de vista moral lo que suceda el 27 de septiembre plantea unas cuestiones de suma gravedad', era su forma de describir las elecciones catalanas y, además, añadió, "Dios quiere la unidad, es lo que le es grato, aunque nos empeñemos en obrar lo contrario, por razones que nada tienen que ver con el Evangelio” durante una vigilia convocada para rezar por la unidad de España.
Pero el cardenal no solo ha arremetido contra la izquierda, el PP también estuvo en su punto de mira con la reforma del aborto de la cual dijo que: "El Gobierno, olvidando sus principios, desdiciéndose de gestos anteriores y volviéndose atrás de las promesas electorales, aprobó una mínima reforma, más real que aparente, de la ley vigente que consagra el derecho al aborto".
El cardenal pide una oración contra la violencia que "obliga a tantos a emigrar de sus pueblos con pateras que se traga el Mediterráneo" y contra "la violencia doméstica", al tiempo que califica al gobierno de Maduro de "tiránica dictadura"