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La acusación popular eleva la petición de pena a 12 años de prisión

La Fiscalía pide seis años de cárcel para Consuelo Císcar por comprar obras falsas para el IVAM

29/11/2019 - 

VALÈNCIA. La Fiscalía Anticorrupción solicita seis años de prisión para Consuelo Císcar por la compra de obras presuntamente falsas del escultor Gerardo Rueda cuando era directora del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM). El ministerio Público también pide cinco años y medio de cárcel para el que fuera director económico del museo Juan Carlos Lledó y otros cinco para el hijo adoptivo del escultor, José Luís Rueda. Los tres están acusados de malversación de caudales públicos.

Por otro lado, Anticorrupción reclama a estos tres acusados una indemnización conjunta de 3,4 millones de euros a favor del IVAM en concepto de responsabilidad civil de los delitos presuntamente cometidos, así como una multa de 144.000 euros a Císcar.

Junto al Ministerio Público hay otras dos acusaciones, la ejercida por la Abogacía de la Generalitat que todavía no ha presentado su escrito de acusación, y la acusación popular representada por Acción Cívica. La popular eleva en su escrito hasta doce años las penas para los acusados, en todos los casos por delito continuado de malversación de caudales públicos en su tipo agravado en concurso medial con los delitos continuados de prevaricación y falsedad documental.

Calificación fiscal

Según el escrito de acusación de la fiscal, al que ha tenido acceso Valencia Plaza, entre los años 2004 a 2011, los acusados Consuelo Císcar y José Luis Rueda “urdieron un plan” al margen de la presidencia y del Consejo Rector del Instituto, consistente en desviar parte de los fondos públicos que recibía el museo, “en la adquisición de distintas obras de arte como si fueran originales del artista Gerardo Rueda, fallecido en 1996, cuando en realidad se trataba de reproducciones póstumas con un valor muy inferior al establecido por el vendedor y abonado por el IVAM”.

Explica la fiscal que, la decisión de adquirir estas obras fue tomada por Ciscar, única responsable de la institución que mantuvo contactos con el vendedor, y se hizo con “el ánimo de beneficiar ilícitamente” al hijo de Rueda, ya que en el momento de la firma de los contratos “únicamente los acusados conocían que las obras no habían sido ejecutadas por el artista en vida, y que debían ser fundidas bajo la dirección de su heredero”.

Asimismo, expone la calificación que Císcar, pese a conocer esta circunstancia, “ocultó la verdadera naturaleza de las obras a la Comisión Asesora de Adquisiciones así como al Consejo Rector”, al que debía dar cuenta de dicha operación. Y añade que previamente a la firma del contrato, “la directora no informó debidamente al departamento de conservación de la operación de compraventa, evitando la revisión del objeto del contrato y la elaboración del preceptivo informe sobre la idoneidad y pertinencia de esta adquisición para enriquecer los fondos del museo, así como ocultando la verdadera naturaleza de las obras y si el precio de la oferta se ajustaba al precio de mercado”.

También explica que varios de los trámites administrativos “fueron simulados para dar apariencia de legalidad” a la compra. Es en ese momento del escrito de calificación cuando la fiscal explica que, Juan Carlos Lledó, que debía dirigir el proceso de contratación, inició dos expedientes en los que “se omitieron deliberadamente los informes preceptivos que dotaban de regularidad a la adquisición, y permitían controlar debidamente el destino de los fondos que se estaban empleando”.
 
Así, los acusados Consuelo Císcar y Juan Carlos Lledó, con conocimiento de que las obras de arte pasarían a formar parte del patrimonio público de la Generalitat Valenciana, y que su adquisición debía regirse por las normas de contratación pública, “decidieron formalizar la adquisición ajustándose a las normas del contrato privado, firmando con Rueda un contrato de compraventa”, lo que les permitió evitar la confección del informe justificativo de contratación pública. Pero además, la Ciscar “omitió de forma intencionada el informe previo justificativo de la idoneidad de adquisición de las obras desde el punto de vista artístico para la colección del Museo, así como de la adecuación de su precio al valor de mercado”.

Las obras

Las obras adquiridas bajo sospecha de ser falsa son siete, a las que hay que añadir otras 44 de las 77 que fueron donadas al museo. El importe total pagado por el IVAM fue de2.584.352 de euros, de entre los que destacan los 207.803 euros pagados por ‘El gran relieve”, cuya escultura original fue donada por el autor al Museo Reina Sofía. De hecho, Císcar aprobó la compra de estas siete esculturas, pagaderos en cuatro anualidades: 146.000 euros con cargo al presupuesto de 2006; 901.518 euros con cargo al presupuesto de 2007; 901.518 euros con cargo al presupuesto de 2008 y 635.316 euros con cargo al presupuesto de 2009.

La donación de las obras, que fue “definitiva e irrevocable”, quedó supeditada a dos condiciones. La primera fue la entrega por parte del IVAM de 300 ejemplares de un catálogo con motivo de las exposiciones que pactaron como segunda condición. Dicha segunda condición era que el IVAM realizase, a partir de 2008, las exposiciones tituladas “Esculturas Gerardo Rueda”, comisariada por Consuelo Císcar, y “Collage Rueda y la Colección del IVAM”, comisariada por Francisco Calvo Serraller, y a sus itinerancias.

Post-morten

Sobre las presuntas ‘chapuzas’ a la hora de falsificar las obras de Rueda, expone la fiscal en su escrito que, de hecho, “tres de las obras adquiridas y fundidas en hierro cromado son monumentales, ampliaciones enormes de originales realizados en vida por el artista en medidas mucho más reducidas, sin que éste a su fallecimiento dejase bocetos, maquetas, instrucciones o pruebas de artista que permitiesen la reproducción fiel de las mismas”.

Los acusados Císcar y Rueda, a juicio del Ministerio Fiscal, “conscientes de que lo que se estaba entregando al IVAM eran copias post-mortem” que precisaban de su fundición previa, pactaron que fuese el propio Instituto el que se hiciese cargo de la ejecución de las esculturas mediante la contratación de la fundición Eduardo Capa S.A, sita en Madrid.

Para ello, el IVAM suscribió con la Fundición Eduardo Capa S.A. un contrato para la fundición de 44 de las 84 obras incluidas en el contrato suscrito con Rueda. Entre estas 44 obras se encontraban seis de las adquiridas por el IVAM y el resto se correspondían con las obras donadas. El precio de fundición de las obras ascendió a 512.524 euros, que fue abonado con fondos públicos del IVAM en tres anualidades.

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