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La fractura entre Ribó y Gómez deja las negociaciones en València al borde de la ruptura

3/07/2019 - 

VALÈNCIA. Este martes fue el día en el que PSPV y Compromís escenificaron la división más palpable en el Ayuntamiento de València. La portavoz socialista Sandra Gómez, reafirmó algo que el alcalde Joan Ribó ya había hecho público: la confianza entre ambas formaciones está "muy dañada". Con estas palabras Gómez dio por suspendidas las negociaciones para conformar un gobierno de coalición, dado que no hay ninguna reunión prevista y el PSPV se encuentra a la espera de un gesto de "lealtad y confianza" por parte de Compromís.

Las conversaciones entre Ribó y la portavoz del PP, María José Català, sobre un aumento de los sueldos en la Corporación municipal sirvieron a los socialistas para acusar a Compromís de negociar "en paralelo" con los populares el primer pleno del mandato -que se prevé el próximo 15 de julio-, donde se aprueban cuestiones organizativa. Según Gómez y otras fuentes socialistas, habrían existido al menos dos encuentros "informales" entre el alcalde y Català. Fuentes de la coalición consultadas por este diario confirman estas citas, pero las enmarcan en la relación habitual entre alcalde y el resto de portavoces.

No obstante, tanto Ribó como Català niegan la mayor: no ha habido negociación alguna. El alcalde acusó al PSPV de "introducir noticias falsas", por lo que pidió "un mínimo de lealtad" para avanzar en las negociaciones para conformar un gobierno de coalición. Con todo, los socialistas protagonizaron una rueda de prensa en la que manifestaron una profunda "decepción" por la noticia y consideraron oportuno darse un tiempo con la coalición valencianista que lidera Ribó.

 FOTO: EUROPA PRESS

Las conversaciones no están rotas, aclararon, la disposición de sentarse otra vez existe, pero Gómez dijo necesitar de un gesto para recomponer los puentes, desgastados a golpe de comunicado estos últimos días. Compromís dijo este martes que espera "que el PSPV quiera retomar las reuniones en los próximos días, después de la rueda de prensa que ha protagonizado su candidata".

La relación entre Ribó y Català no es sino el último capítulo escrito de una novela plagada de desconfianzas. Lejos quedan aquellos días en los que sendos equipos de comunicación trasladaban un comunicado unánime y coordinado, en señal de buena sintonía y del relativamente tranquilo discurrir de las conversaciones entre ambas comisiones negociadoras. Más tarde, al empezar a surgir discrepancias importantes sobre la arquitectura interna del ejecutivo, la unidad se tornó en batalla y ambas fuerzas empezaron a lanzar comunicados unilaterales y en respuesta a los de sus socios.

También existían diferencias en cuanto al acuerdo programático, al contenido del pacto, el 'qué'. Mientras Joan Ribó explicaba en público que este apartado estaba casi cerrado y sin escollos, los socialistas explicaban que se había llegado a un 70%. Uno de los negociadores de Compomís, Amadeu Mezquida, acusaría a los socialistas de bloquear las líneas programáticas y querer hablar sólo de la vicealcaldía para la portavoz socialista.

Fue en pleno debate sobre la estructura del nuevo gobierno cuando se hicieron públicos los encuentros entre Ribó y Català. Pero hasta el momento, los recelos y las suspicacias habían sido norma. Los socialistas acusan a los miembros de Compromís de utilizar la posibilidad de un gobierno en solitario como arma arrojadiza y como herramienta de chantaje para presionar en las negociaciones.

Foto: VP. Sandra Gómez en la rueda de prensa de este martes.

Además, según Gómez, Compromís habría seguido una estrategia centrada en lanzar propuestas a través de los medios de comunicación sin comentarlas en la mesa de negociación. "Estamos cansados de ver propuestas que no se manifiestan en la mesa de negociación, hay falta de sinceridad", llegó a decir la portavoz, que calificó más tarde de "teatro" para "ganarse a la opinión pública con el objetivo de gobernar en solitario".

En las filas próximas a Ribó opinan que la actitud de Gómez y de los socialistas ha sido de deslealtad. No en vano, este martes el comunicado de Compromís señalaba al PSPV por lanzar "toda una serie de comunicados incendiarios" que buscarían "una escalada de tensión hasta romper las negociaciones". Así pues, les responsabilizan de desestabilizar las conversaciones en la esfera pública.

Junta de Portavoces para calmar los ánimos

Tras estos momentos de tensión, el alcalde Joan Ribó convocó una Junta de Portavoces para este viernes, donde se abordarán previsiblemente las cuestiones relativas al pleno de organización. Aquí se incluye, entre otras cosas, el salario de los miembros de la Corporación, el número de asesores por grupo municipal, etcétera. Muchos de estos asuntos no han de aprobarse en el pleno, sino que se suele acordar entre los grupos, el alcalde lo ejecuta y da cuenta de ello en el primer pleno del mandato. 

Esta jornada, prevista como máximo para el 15 de julio, es el plazo límite para que Compromís y PSPV alcancen un acuerdo de gobierno. De no hacerlo, gobernará en solitaro la coalición valencianista con Ribó al frente.

Los dos modelos contrapuestos

Tanto PSPV como Compromís han puesto sobre la mesa planteamientos muy distantes sobre cómo debería ser el ejecutivo municipal. En el encuentro de este martes se avanzó entre poco y nada. La formación del guiño propone una Junta de Gobierno formada por seis miembros de Compromís, alcalde incluido, y cuatro del PSPV. Aquí Sandra Gómez no sería vicealcaldesa, si bien se le ha ofrecido ser la portavoz única del gobierno -ya lo era el pasado mandato junto a la exedil de València en Comú María Oliver-. En este ejecutivo habría nueve áreas.

Acerca de la vicealcaldía, Compromís sustenta que el Acuerdo del Botànic, al que apelan los socialistas cuando defienden este cargo para su portavoz, "en ningún caso apela a la existencia de vicealcaldías". De hecho, la coalición arguye que "en ninguna ciudad donde se ha llegado a un acuerdo entre Compromís y PSPV hay ninguna vicealcaldía"

Los socialistas proyectan una Junta de Gobierno de doce regidores, seis de Compromís -alcalde incluido- y seis ediles socialistas -vicealcaldía incluida-. En cuanto a las áreas de gestión, la fuerza de Gómez propone once. Y como contrapeso a la visibilidad de la que gozaría la portavoz al ostentar la vicealcaldía, los socialistas plantearon que Compromís tuviera la presidencia permanente del Pleno municipal.

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