La Galería Alba Cabrera pasea por ‘Paisajes y más paisajes’ en su nueva colectiva

VALÈNCIA. El próximo jueves 14 de junio la Galería Alba Cabrera expone Paisajes y más paisajes, una muestra colectiva de cinco artistas en la que se crea un paseo por la belleza y serenidad de sus propios paisajes naturalistas. Desde la galería contemplan que cada muestra expone sus historias y emociones particulares, proponiendo diferentes escenarios y explorándolos. La pintura de Fèlix Coll (Mallorca, 1985) es alegre y funciona con colores luminosos y fluorescentes, con una paleta de verdes que nos evoca sugerentes entornos vegetales. Los niños que se ven en sus escenas recuerdan esa relación innata que existe entre la infancia y la capacidad de asombro, invitando así a redescubrir el mundo en el que vivimos desde la sencillez.

Por otro lado Queca Domínguez (Madrid, 1955) propone unos vibrantes bosques en los que uno se puede perder mientras disfruta de eternos amaneceres y arroyos en los que el agua nunca deja de fluir. Idílicos parajes representados a través del trazo firme y decidido de esta artista. Irene Fabra (Paterna, 1990) ofrece una perspectiva genuinamente personal al aproximarnos a la riqueza de su mundo interior con unos paisajes que nacen desde la imaginación. Sus obras son una ventana abierta a lugares únicos que solamente podremos visitar a través de su pintura.

Nekane Manrique (Vizcaya, 1985) construye unas pinturas de paisajes aéreos que consiguen captar la amplitud de la naturaleza. La vista panorámica de estas obras nos muestra imponentes horizontes y majestuosas montañas que nos empujan a reflexionar sobre la relación del ser humano con el medio que habita. Completa la exposición una escultura de Jacinto Moros (Zaragoza, 1959) realizada a base de capas superpuestas de madera y recubierta de formica roja. La obra nos remite originariamente a una raíz, un rizoma, un tronco, unas ramas, energía fluyendo y evolucionando en volutas. Sus líneas curvas, rizadas y orgánicas surcan sinuosamente el espacio tridimensional, evocando con rítmico crecimiento a las ramas de los árboles que a su vez son impulsadas por el viento.

Completa la exposición una escultura de Jacinto Moros (Zaragoza, 1959) realizada a base de capas superpuestas de madera y recubierta de formica roja. La obra nos remite originariamente a una raíz, un rizoma, un tronco, unas ramas, energía fluyendo y evolucionando en volutas. Sus líneas curvas, rizadas y orgánicas surcan sinuosamente el espacio tridimensional, evocando con rítmico crecimiento a las ramas de los árboles que a su vez son impulsadas por el viento. En conjunto estas piezas plasman la grandeza y la delicadeza de unos entornos naturales a los que poder transportarnos. Lugares remotos que nos hacen sentir y recuperar esa conexión. Son obras que, en contraposición con el frenético ritmo de vida imperante, nos invitan a detenernos, respirar y contemplar la magnificencia de nuestro mundo.