El gobierno autonómico ya estudia la fórmula con la que retribuir a los profesionales, atendiendo así a las peticiones de las asociaciones APIV, ADCV y ComunitAD
VALENCIA. Un año del cambio político en la Comunitat y, con él, el del diseño institucional. La transición del concurso especulativo a la llamada a proyecto ha recibido un sonoro aplauso por parte de los profesionales aunque, sin embargo, el proceso no se ha completado todavía. Si bien hasta ahora las asociaciones han participado en los procesos de selección, esta ha sido una labor pedagógica y de control sobre cómo habría de desarrollarse la nueva política tras años de desierto en este ámbito. Ahora es el momento de quitar los ruedines y dejar que la bicicleta vaya sola, difuminándose la presencia de las asociaciones para dejar paso a los profesionales con nombre y apellidos, miembros de un jurado cuya última batalla es la de lograr dejar de ser 'voluntarios'.
La profesionalización del proceso de selección ha resultado en un modelo que, aunque está terminando de definirse, ha dado con una práctica casi ideal a base de prueba y error. Sin embargo, la gran cantidad de proyectos que han implicado a las asociaciones las ha llevado a plantear, como se hace en otras instituciones o entidades privadas, retribuir a los profesionales que forman parte del jurado. Grosso modo, estos participan de un briefing inicial en los que el demandante explica el objeto de la convocatoria y qué se espera del elegido, el estudio del total de dossiers y/o más documentación requerida a los participantes y, por supuesto, la toma de decisión final en consenso con la administración y el resto de miembros del jurado. Aunque hasta el momento ejercían esta labor de forma desinteresada, esto es, sin ningún tipo de retribución, las reuniones recientes con Generalitat Valenciana han dado su resultado pues el gobierno autonómico ha dado la luz verde a modificar este aspecto y ya estudia la forma legal para hacer efectiva las retribuciones.
Así pues, las reuniones mantenidas entre presidencia y la Asociación Profesional de Ilustradores de Valencia (APIV), la Asociación de Diseñadores de la Comunitat Valenciana (ACDV) y la Associació d'Empreses de Comunicació Publicitària de la Comunitat Valenciana (ComunitAD) han dado sus frutos, aunque todavía está por definir la fórmula con la que se implementará. Work in progress. “En lo que llevamos de legislatura, habremos colaborado en unas 10 llamadas a proyecto, asesorando en la redacción de las bases y participando de la composición de los jurados. Es encomiable la buena voluntad de estas administraciones públicas en este sentido pero todavía hay algunas cuestiones que se podrían mejorar: aumentar la dotación presupuestaria de los proyectos, ampliar los plazos de las convocatorias o remunerar el trabajo de los jurados/comités evaluadores”, explica Manuel Garrido, gerente de APIV.
Los ilustradores aplauden una “nueva dinámica” que llega “tras muchos años de incomunicación con las administraciones”. El nuevo proceso implantado por la Generalitat, repetido en cada uno de sus departamentos, supone que para obtener el proyecto los peticionarios han de facilitar en un primer momento una carta de motivación, un portfolio o book de trabajos y un currículo. Esta fórmula dio respuesta a las históricas peticiones de los profesionales, que condenaron durante años la mala praxis del Partido Popular a la hora de encargar las campañas institucionales. Más allá de los productos generados desde los despachos de la administración, algunos de ellos de dudosa calidad, los concursos contaban en muchas ocasiones con políticos como únicos miembros del ‘comité’ e invitaban a los participantes –profesionales o no- a enviar propuestas finalizadas sobre las que se elegía una, quedando el resto de trabajos en un cajón.
“Las asociaciones profesionales debemos estar ahí y defender las buenas prácticas profesionales y la dignificación del sector pero, si hacemos una media de 2 horas por cada proyecto (recuerdo un jurado para el IVAJ que se alargó 5 horas), las personas que integran los jurados están invirtiendo mucho tiempo que dejan de dedicar a sus propios trabajos y eso es algo que se debería retribuir económicamente; aunque fuera de una manera simbólica”, añade el gerente de la asociación de ilustradores. Esto supondría, según indica, que los representantes no tengan por qué ser siempre los presidentes o gerentes de las asociaciones y pueda abrirse a otros profesionales para “garantizar así la pluralidad y las distintas sensibilidades de jurados diferentes”.
En la misma línea se expresa Rafa Armero, presidente de la ADCV, quien considera que la retribución pulirá la confección de cada comité permitiendo que prime el perfil profesional y su vinculación al tipo de proyecto demandado. "Hasta el momento hemos hecho una labor educativa para ir puliendo de primera mano el proceso, estamos aprendiendo todos los días. Es importante [la retribución] para que también se vayan reciclando los profesionales que participan en el jurado y que las asociaciones dejemos de estar de una manera tan presencial, aunque seguiremos alerta", explica.
Como ejemplo pone el de un concurso, precisamente, con una naturaleza diferente al resto. El sistema de selección de la falla municipal de 2017 optaba por reproducir el sistema llevado a cabo, también, para la selección de autor de la campaña publicitaria festiva, ejecutada por Ibán Ramón. Este caso, indica Armero, es un ejemplo de cómo "cortar el cordón umbilical" pues, aunque la presencia de la asociaciones citadas se mantuvo, la concejalía de Cultura Festiva optaba por incluir a otro tipo de profesionales que encajaban con ese proyecto concreto. Sin embargo, y aunque el Ayuntamiento de Valencia también ha empleado el sistema, todavía no estudia la retribución al jurado. "Siempre que tenemos la oportunidad hablamos de este tema, pero la Generalitat tiene más maduro el tema. Al final creo que todos lo harán", indica el presidente de los diseñadores.
Si la retribución de los miembros del jurado es uno de los grandes 'flecos' por resolver, el segundo es el de mejorar las condiciones económicas para los profesionales que ejecutan el encargo. "Es cierto que el algún momento hemos tenido que debatir para que sea más digno. Ellos saben que cada año tienen que mejorar porque, al final, muchos se presentan porque saben que es mejor que antes, por dar una oportunidad al nuevo proyecto, no tanto por la ganancia económica", añade Rafa Armero, una petición que se ha realizado desde las asociaciones y, también, a título personal por parte de los creadores que han trabajado en estos meses para la administración. "Hay que conseguir que se remunere el trabajo del profesional, alejarse del proceso especulativo. Lo bueno es que se está contagiando a otros niveles, ya no se está quedando aquí. Los resultados de las llamadas a proyecto son muy positivos, la administración sigue apostando porque ha visto las ventajas".
Dos jurados, uno popular y otro formado por técnicos de la institución, valorarán las propuestas de una convocatoria que busca un diseño “creativo e icónico”