VALÈNCIA. El Institut Valencià de Conservació, Restauració i Investigació (IVCR+i) ha llevado a cabo trabajos de limpieza, integración cromática y protección de dos obras expuestas en distintas salas del Palau de la Generalitat, dañadas por el paso del tiempo. Se trata de la puerta renacentista de acceso a la Sala Nova desde el Salón de Reyes, con sus tres lienzos, y del frontal del altar, expuesto en la capilla del Palau.
Con el fin de proteger y mantener en buen estado de conservación el patrimonio de la institución, la Generalitat, a través del IVCR+i, ha llevado a cabo actuaciones de repintado, eliminación de polvo y suciedad y mejora de los mecanismos de protección, para que las obras luzcan en los salones del Palau con un aspecto renovado.
La puerta renacentista de jaspes grises y rojos que da acceso a la Sala Nova desde el Salón de Reyes del Palau de la Generalitat, obra de Joan María y Joan Baptista Abril, es una de las obras restauradas. La puerta está compuesta por tres nichos rectangulares separados por pilastras, en cada uno de los cuales se encuentran tres lienzos pintados al óleo que han sido objeto de las actuaciones del IVCR+i.
Los lienzos, que representan los tres brazos de la antigua Generalitat -una Virgen con el Niño que representa el brazo eclesiástico, San Jorge como el brazo militar y el Ángel Custodio, que representa a la ciudad o al brazo civil- presentaban un estado de conservación deficiente, con deformaciones y acumulación de suciedad ambiental, grasa y polvo, que habían incidido en los lienzos durante siglos.
Sin embargo, el mayor problema, según los técnicos del Instituto Valenciano de Conservación, era la acumulación de intervenciones de épocas anteriores y sus efectos. Por ejemplo, en el caso de la Virgen entronizada, se había hecho una limpieza "muy agresiva", que había afectado a las veladuras. Además, la resina que se aplicó en la anterior restauración había alterado la superficie del lienzo y encogido la pintura, lo que "es ya irreversible".
Todo ello se ha podido conocer gracias a un proceso de documentación fotográfica y diversos análisis científicos, como fase previa a la restauración. El proceso en sí mismo comenzó con la eliminación de los bastidores a los que estaban sujetos, con el fin de poder limpiar en profundidad el reverso de los lienzos.
Asimismo, se procedió a pegar las zonas despegadas y a eliminar los restos de suciedad, barnices y repintados, y finalmente se decidió proteger las obras con un barniz sintético, además de anclarlas al muro mediante un sistema de imanes sencillo, reversible e inocuo para la obra.
En cuanto al frontal del altar del Palau, la actuación de conservación que se inició en 2017 y ha culminado este año se centró, sobre todo, en la eliminación del polvo, que se había acumulado en la superficie del bordado, dificultaba su lectura y estaba comenzando a afectar al estado de las fibras.
El frontal consiste en una superficie bordada de sedas e hilos metálicos tendidos, elaborado en el siglo XVI por Phelip de la Torre e hijos, con un diseño atribuido a Joan de Joanes que muestra, en el centro, la figura de Dios, medallones con los bustos de San Marocs y San Lucas en los laterales. Asimismo, en él se representan tres sellos que simbolizan los "brazos" de Les Corts, un ángel, que custodia el reino, y San Jorge lanceando al dragón.
No es la primera restauración a la que se somete este frontal para paliar los efectos del paso del tiempo durante sus quinientos años de vida. Entre los años 1999 y 2000 fue objeto de actuaciones para mejorar su estado en el Centro Técnico de Restauración. Su ubicación actual en la capilla del Palau se decidió en 2006, con lo que la obra recuperó su papel original de frontal de altar.
La actuación sobre el frontal ha tenido como objetivo eliminar el polvo acumulado y devolver la unidad a la pieza. Además, se ha diseñado un nuevo sistema expositivo consistente en una caja-marco para proteger la obra y sujetarla con mayor facilidad, mediante el uso de escuadras ligadas directamente a la obra.