VALÈNCIA. (EP) La Generalitat no contempla la posibilidad de abrir los casales y locales de las comisiones falleras hasta que no pase el día de San José, el próximo 19 de marzo.
Así lo ha indicado la consellera de Sanidad, Ana Barceló, en la rueda de prensa posterior a la comisión interdepartamental, donde se han decidido las próximas restricciones que estarán en vigor hasta el 12 de abril.
Según Barceló, a partir del día 20 se reunirán con las agrupaciones para valorar la posibilidad de abrir estos espacios para realizar gestiones administrativas.
El presidente de la Junta Central Fallera de València, Carlos Galiana, insistió este martes a Sanidad que permitiera abrir los casales "única y exclusivamente para labores administrativas y de documentación".
La Interagrupación de Fallas ha reclamado que se considere "de manera urgente" la posible apertura de los casales de falla como centros culturales y han pedido a los gobernantes que actúen ante una fiesta que "se desangra" y que es "motor económico" de la Comunitat Valenciana.
Su presidente, Guillermo Serrano, en una comparecencia este jueves, ha argumentado que las comisiones necesitan realizar actividades administrativas para el cierre del ejercicio con las pertinentes normas sanitarias y ha reclamado que las instituciones "crean que las Fallas son cultura", según un comunicado.
"Pese a la ansiedad y la frustración" ha hecho un llamamiento a la "calma" y ha invitado a los falleros a "mostrar su desazón desde sus balcones o desde sus redes sociales", pero no con concentraciones innecesarias "que sólo podrían complicar la situación sanitaria en un momento clave" como el inicio de la campaña de vacunación masiva "que tanto necesitas las Fallas para su celebración".
Serrano ha valorado que "desde el minuto uno" han trabajado para que el colectivo y el tejido falleros tuviera la "mejor solución a los problemas" de la pandemia desde "el diálogo y la moderación" y ha reivindicado que se han "adaptado" y lo seguirán haciendo "con el único fin de volver a plantar" las fallas cuando sea posible.
Ha lamentado que durante este tiempo han sentido "la empatía" de gran parte de la sociedad pero también "un recelo injusto" y ha pedido a las instituciones que "entiendan" que la fiesta "tiene una inmensa parte cultural".
"No se puede enarbolar la bandera de que somos Patrimonio Cultural de la Humanidad y luego tratarnos como si fuéramos una fiesta vulgar y sin importancia", ha sostenido.
Ha recordado que han realizado más de quinientas actividades y actos en las que se ha cumplido las normas de las autoridades sanitarias, que "no conllevaron ningún contagio, ni brote" porque las fallas son "cultura segura" y que siguieron un protocolo solicitado por el propio colectivo fallero a Salud Pública.
Igualmente, ha incidido que a propuesta de las fallas se generó una mesa de seguimiento de sanidad y fallas, "con el fin de crear un plan sanitario que contenga todos los escenarios y condicionantes para una futura celebración de unas Fallas seguras".
Como muestra del trabajo de esta mesa de seguimiento, el próximo 17 de marzo tendrá lugar la primera conferencia de alcaldes de municipios que plantan falla, con la presencia del president de la Generalitat, Ximo Puig, según ha anunciado.
Ha hecho un llamamiento a las instituciones para transmitirles las bondades de una fiesta que contempla "la red asociativa más importante de Europa" y ha lamentado haber pagado "un peaje que no sabemos si tiene justificación".
"De tenerla, nos bastaría con que la expusieran públicamente. Algo que hasta el día de hoy no ha pasado", ha lamentado y ha indicado que "por fin" el próximo día 23 de marzo podrán explicar "las virtudes y fortalezas" de una fiesta "motor económico de la Comunitat Valenciana" pero sin "reconocimiento ni visibilidad suficientes".
Ha deseado que "el silencio de las calles en marzo de estos dos últimos años haga más ruido que el propio bullicio festivo" y ha añadido: "La Valencia sin fallas a la que se apelaba como reivindicación utópica, ya existe, la tienen delante y quedarse parado ante tal destroza, no puede ser posible para nuestros gobernantes".
"Quizás el sonsonete de los 800 millones y los que fueron 100.000 falleros que hoy son menos de 90.000, les suene a alguna fábula inventada, pero es el relato de una fiesta, la cual debería ser orgullo de sus gobernantes, que se desangra, herida por la nulidad de ingresos y la falta de empatía", ha asegurado.