La Generalitat ofrece dos mil camas para tratar a heridos en la guerra de Ucrania

VALÈNCIA. La Comunitat Valenciana empieza a articular su respuesta a la guerra entre Ucrania y Rusia, tras la invasión puesta en marcha hace una semana por Vladimir Putin. Una reunión de coordinación en el Palau de la Generalitat este martes con la participación del president Ximo Puig y de varias consellerias sirvió para poner en marcha las primeras medidas entre las que destaca el ofrecimiento de 2.094 camas para tratar a heridos en el conflicto, incluidas varias en  el Hospital La Fe, que tiene una unidad especializada en quemados graves. 

Además, los refugiados que lleguen tendrán un SIP provisional para agilizar su atención sanitaria, se habilitará una línea especial del 112 para atenderlos (también a los ucranianos que ya estuvieran aquí) y a través de los colegios de abogados se les ofrecerá asesoramiento legal. Puig ha cifrado en veinte mil los ucranianos que residen de manera controlada en la Comunitat Valenciana aunque ha apuntado que esa cifra puede estar ya cerca de los treinta mil. Este miércoles hay prevista una nueva reunión de la comisión mixta de ayuda a los refugiados.

Por otra parte, la Generalitat coordinará el envío de un convoy humanitario para el que hizo un llamamiento a la colaboración de la ciudadanía y las empresas y que se enviará a Polonia para que desde su frontera con Ucrania se pueda canalizar el envío final de la ayuda.

Puig ha explicado que ya se ha enviado a la base militar de Torrejón de Ardoz material farmacéutico por valor de 300.000 euros, fruto de un convenio previo de 600.000 euros con la ONG Farmamundi. Además, también se está abierto a movilizar esa misma cantidad del convenio de Cruz Roja y a usar parte de los cerca de dos millones de euros con los que está dotado este año el fondo de emergencias.

Cortocircuitar las relaciones políticas

Puig ha anunciado además que este miércoles se reunirá con "los sectores económicos y sociales" afectados para establecer la "respuesta económica" a la crisis. El jefe del Consell ha apuntado que las relaciones económicas con Rusia no son tan "importantes" como las que hay con otros países.

"Cuantitativamente no tiene una gran trascendencia pero sí que lo tiene la guerra en general. Hay sectores concretos que sí que tienen una relación más clara, como la cerámica", ha concretado.

En cualquier caso, Puig se ha mostrado favorable a "cortocircuitar" toda "relación política" con Rusia pero ha advertido de la necesidad de que esas medidas afecten a sus dirigentes pero no a la ciudadanía. "No hay que hacer 'rusiofobia' porque hay muchos rusos en contra de la guerra. No se trata de satanizar países o pueblos, no hemos de castigar a los pueblos sino centrarnos en los dirigentes", ha reclamado.