BRUSELAS. De nuevo, ha sido España la que ha dado la voz de alarma ante el grave problema de seguridad alimentaria que está provocando la guerra de Ucrania. En esta ocasión, y con motivo del Consejo Europeo extraordinario que se celebrará en Bruselas la próxima semana, uno de los temas a tratar es el espectacular aumento del precio de los fertilizantes que afectará a los productores agrícolas en general y a los valencianos en particular, como ha confirmado la Unió de Llauradors i Ramaders.
El Gobierno español, que hace tiempo puso sobre la mesa del Consejo Europeo la factura de la luz, ha vuelto a adelantar el problema con que se van a encontrar en breve los agricultores europeos, tras advertir el progresivo aumento en el precio de los fertilizantes de uso agrícola. El Consejo Europeo, que se reúne de forma extraordinaria en Bruselas el lunes y martes, tratará este tema dentro del capítulo de seguridad alimentaria.
Fuentes de Moncloa han explicado que el presidente Pedro Sánchez propondrá distintas soluciones a nivel global y que, al mismo tiempo, no perjudique a los países en desarrollo. En el caso concreto de los fertilizantes, España pide que se incluya en las conclusiones la decisión de animar a su producción en los países de la Unión Europea “para no vernos con problemas por su escasez” inmediata.
En estos momentos, Ucrania está pidiendo que se le ayuda en la exportación de los cereales, pero el problema es genera, ya que la guerra tiene bloqueados sus puertos y las principales vías de comunicación con el exterior. El problema con los fertilizantes, se solucionaría a corto plazo con el apoyo a la producción en todos los Estados miembros. "España lo está subrayando, igual que hizo en su día con productos médicos y sanitarios al principio de la pandemia, cuando advirtió sobre la escasez de las mascarillas”, indican representantes gubernamentales.
El aumento de producción de fertilizantes en la Unión se ha puesto ahora en el punto de mira, para evitar que se convierta en un grave problema, no sólo de escasez, sino por el aumento de precios que repercutirá en el encarecimiento de todos los productos de la cadena alimentaria, al incidir en la producción agrícola.
La clave está en impulsar las ayudas a la producción de fertilizantes a través de programas y fondos europeos. Fuentes españolas señalaron el aprovechamiento de los fondos de las Política Agrícola Común (PAC), para evitar caer en la dependencia de fertilizantes producidos en el exterior.
De otro lado, y como parte de la respuesta solidaria de la UE con Ucrania, la Comisión Europea presentó un conjunto de acciones para ayudar a Ucrania a exportar sus productos agrícolas. Tras la invasión rusa de Ucrania y su bloqueo de los puertos ucranianos, los cereales ucranianos y otros productos agrícolas ya no pueden llegar a sus destinos. La situación está amenazando la seguridad alimentaria mundial y existe una necesidad urgente de establecer rutas logísticas alternativas utilizando todos los modos de transporte pertinentes.
En este sentido, cabe recordar otra propuesta de la Comisión ya aprobada por el Parlamento, sobre la exención arancelaria de productos ucranianos importados por la Unión Europea. Fuentes de Moncloa señalaron que ello no tiene que afectar especialmente a la producción agrícola española, ya que no es un problema de competencia, sino de que Ucrania tiene bloqueada completamente la exportación.
Efectivamente, durante el pasado Pleno del Parlamento Europeo, se aprobó levantar durante un año los aranceles sobre todas las exportaciones ucranianas a la Unión Europea. La propuesta también prevé la suspensión durante un año de todas las medidas antidumping, además de la salvaguardia de la UE en vigor sobre las exportaciones de acero ucranianas y productos agrícolas sujetos a contingentes arancelarios.
La portavoz de los Socialistas y Demócratas de Comercio Internacional, Inmaculada Rodríguez-Piñero, ha manifestado que, “frente a la agresión de Rusia, estas medidas ayudarán a mantener abierto el acceso de Ucrania al mundo y a impulsar la economía ucraniana. Por eso estamos haciendo todo lo posible para profundizar en las relaciones comerciales entre Ucrania y la UE”. Y añadió que «la concesión a Ucrania de contingentes arancelarios cero es un mensaje fuerte y positivo, y contribuirá a aliviar la difícil situación de los productores y exportadores ucranianos ante la invasión militar rusa”.
En 2021, las importaciones totales procedentes de Ucrania ascendieron a 24.000 millones de euros, de los cuales unos 5.000 millones de euros estarían ahora sujetos a las normas comerciales liberalizadas. Hay que recordar que unos 2.500 millones de euros de importaciones de acero ucraniano estaban sujetos a los derechos antidumping. Una vez que entre en vigor vel Reglamento, previa aprobación por el Consejo, ello supondrá un beneficio de 65,6 millones de euros para los exportadores ucranianos.
Respecto a los "carriles de solidaridad" para garantizar que Ucrania pueda exportar cereales, también servirán para importar los bienes que necesita, desde ayuda humanitaria hasta piensos para animales y fertilizantes. La comisaria de Transporte, Adina Vălean, dijo que “unos 20 millones de toneladas de cereales tienen que salir de Ucrania en menos de tres meses utilizando la infraestructura de la Unión”.
A pesar de los esfuerzos inmediatos de la UE y sus Estados miembros para facilitar los cruces fronterizos entre Ucrania y la UE, miles de vagones y camiones están esperando la limpieza en el lado ucraniano. El tiempo medio de espera actual para los vagones es de 16 días, mientras que es de hasta 30 días en algunas fronteras. Todavía se almacena más grano y se retiene en silos ucranianos listos para su exportación.
Entre los desafíos se encuentran los diferentes anchos de ancho de vía ferroviario: los vagones ucranianos no son compatibles con la mayor parte de la red ferroviaria de la UE, por lo que la mayoría de las mercancías deben transbordarse a camiones o vagones que se ajusten al ancho de vía estándar de la UE. Este proceso lleva mucho tiempo y las instalaciones de transbordo a lo largo de las fronteras son escasas.
Para ello, habrá que coordinar y optimizar las cadenas logísticas, poner en marcha nuevas rutas y evitar, en la medida de lo posible, los cuellos de botella. Estas medidas implican conectar e integrar mejor la infraestructura de Ucrania con la de la Unión Europea en un trabajo de reconstrucción, tema que también se abordará en el próximo Consejo Europeo. Además del apoyo en defensa, ayuda humanitaria y asistencia financiera, los jefes de Gobierno tratarán el tema de la reconstrucción de Ucrania, algo ya previsto por la Comisión en su plan RePowerEU, no sólo a largo plazo.
De otro lado, el Consejo propondrá de nuevo las inversiones en defensa en común. Lo que antes sólo se había hecho a nivel OTAN, ahora se hará a nivel Unión Europea. Ello implica consorcios industriales y delegación del gasto en defensa con un presupuesto mínimo del 2%. Esta nueva inversión en capacidades de defensa exigirá que se produzca sin disfunciones, es decir, que sean sistemas compatibles entre Estados, algo que algunos gobiernos han adelantado que se debe analizar.
Otro tema a tratar es el de la energía. Algunos Estados miembros siguen insistiendo para controlar los precios de la energía, como España, que fue pionero en septiembre al poner el tema sobre la mesa. El Consejo de marzo dio buenos resultados para España y Portugal por la posibilidad de limitar el precio del gas y bajar la factura de la luz.
Esta medida se aprobó como excepción y de forma temporal para ambos países, por el escaso nivel de interconexión de la península ibérica con el resto de la Unión, lo que implica que no exista distorsión del mercado ni que afecte a la libre competencia. No obstante, se trata de una medida excepcional y a corto plazo, pero no es una solución definitiva.
Por ello, la Comisión presentó el 18 de mayo el Plan Repower EU, con el objeto de reducir la dependencia energética de Rusia. No obstante, en el próximo Consejo no se prevé la toma de grandes decisiones, sino un debate político sobre interconexiones eléctricas, impulsar los conductos gasísticos que sirvan para hidrogeno o el gasoducto con Italia. Este país se convertiría en el mayor importador de gas argelino tras la crisis de este país con España por su acuerdo con Marruecos sobre le Sáhara Occidental.