VALÈNCIA. La familia Pastor se dio este lunes una tregua. Los fundadores de Urbem, que llevan una década acaparando titulares por el interminable conflicto accionarial que vive la promotora -de especial actualidad la semana pasada-, celebró en el hotel Primus sus 40 años de historia. Fue un acto en el que puso en valor su longeva trayectoria -con más de 2.500 viviendas construidas- en un sector en el que la vida media de las empresas es bastante inferior a la suya.
El evento fue sencillo, con unas breves palabras del iniciales fundador, José Pastor, recordando los comienzos de la empresa. Le siguió un coloquio entre sus hijas y herederas Vicenta y Maribel sobre el presente y el futuro de la mercantil y un vídeo que resumió la andadura de la compañía y exhibió impagables fotografías para el recuerdo. El acto contó una notable asistencia del sector inmobiliario y el resto del empresariado valenciano (un total de 170 personas, según cifró la empresa).
Asistieron el concejal de Desarrollo Urbano de Valencia, Vicent Sarrià; el responsable de Urbanismo en el Ayuntamiento, Rafael Rubio; el presidente de los promotores valencianos, Antonio Olmedo; la presidenta de la Asociación de Empresarias y Profesionales de Valencia (EVAP), Eva Blasco; el presidente del Instituto de la Empesa Familiar (Ivefa), Francisco Vallejo, y su antecesor, José Bernardo Noblejas; el presidente de la feria inmobiliaria Urbe, Juan Valero; los promotores Pedro Villa (Urbitra) y Teresa Puchades (Avanza Urbana), o el arquitecto José María Tomás, entre muchos otros.
El origen de la compañía, según explicó José Pastor a Valencia Plaza, deriva de cuatro generaciones previas de albañiles en su familia. Su padre, José Pastor Calatayud (1910) aprendió trabajando para terceros tras haber logrado el título de maestro de obra antes de la Guerra Civil, y tras la contienda, con hitos en su trayectoria como haber sido el oficial más joven de la construcción de la Finca Roja de València, inició su andadura en solitario.
Formó una compañía primigenia con seis socios, según explica el empresario, cuya primera promoción tuvo lugar en la calle Mariano Ribera, por alrededor de 1950. Fue en esta empresa donde un joven José Pastor se empapó del negocio, en el que entró a los 14 años.
Al deshacerse esta firma y jubilarse su padre, José Pastor emprendió su camino en solitario. Lo hizo "en unos tiempos (1971) en los que se construía tanto que te quedabas sin cemento o albañiles". Precisamente de estas carencias nació la alianza de Urbem. "Yo estaba haciendo un edificio para una cooperativa de Hidroeléctrica Española, y a mis vecinos de obra, que también estaban construyendo al lado, tuve que dejarles material y personal. De esa colaboración nació la empresa", relata.
Se trataba de Francisco March Dionis y Juan Miravalls Llopis. Los tres, ya juntos, asumieron la construcción de un edificio más grande para Álvaro Noguera en una fase inicial de la compañía, en la que "aún no había despachos". Todos estaban al pie del cañón. "March llevaba la grúa, le gustaba mucho, y Miravalls asumía la vigilancia. La constitución de Urbem como tal se produjo en 1977, a la que se incorporaron los empresarios Juan Enguídanos -con cerca de un 7%- y José Pastor padre, con un 5%.
"Fue con esa composición cuando ya me pude dedicar al negocio de la gestión, a buscar solares, a hablar con concejales, negociar con los ayuntamientos... éramos un gran equipo. Enguídanos era un encargado de obra excelente", recuerda.
Tras los Pactos de la Moncloa del mismo año 77 Urbem, como tantas firmas, cabalgó la ola de la construcción de obra pública. "Se hicieron obras casi de urgencia. Nosotros construimos entre 7 y 8 institutos, unos 14 o 15 vertederos, alguna carretera... En esa época crecimos y estuvimos apunto de comprar la constructora del Instituto Nacional de la Industria (INI). Pero vi que pasaban cosas muy raras y me alejé de la obra pública. Creo que se entiende lo que quiero decir después de todo lo que se ha visto", desliza el empresario.
Centrada ya en la construcción de viviendas, Urbem lograría "hitos como el desarrollo de la Avenida de Francia". "Los terrenos eran de Dragados, del Banco Central y de Industrias Canarias. La compraron unos árabes: Prima Inmobiliaria", cuenta el dirigente. Querían un socio valenciano y solo accedió José Pastor, que se convertiría en presidente del PAU Avenida de Francia -aún no existía la figura del PAI-. "Eran tiempos de Ricard Pérez Casado en la alcaldía de València, al que le sucederían los primeros años de Rita Barberá", indica.
En dicho ámbito Urbem construiría dos grandes bloques y el hotel Primus, que le permitió una diversificación crucial para superar la crisis en la que cayó el sector y el resto de la economía en 2008 -a pesar del duro concurso de acreedores que tuvo que atravesar-. Sobre las recesiones se pronunció Vicenta en su intervención: "La del 93 la veíamos como algo durísimo, un tiempo en el que tuvimos que alquilar viviendas, que era algo así como un pecado para un constructor. Pero la última de 2008 fue lo más", relató.
Pero primó la mirada hacia delante, hacia la nueva promoción de Malilla, hacia la profesionalización del la promotora, sobre la que habló Miguel Esparza, gerente de la compañía. Apenas hubo espacio para las malas noticias en el acto, aquellas que, según José Pastor, comenzaron tras la muerte de Francisco March, cuando una desordenada sucesión familiar concluyó con la entrada de la filial de la Cleop de Carlos Turró.
Hubo solo una mención a su sempiterno enemigo por parte del empresario: "Me voy a ir de este mundo muy tranquilo porque tengo continuidad, dos hijas maravillosas con ganas de trabajar. Vamos a seguir nosotros, no ellos -ya sabéis de lo que hablo-", concluyó.