VALÈNCIA. El incremento de impuestos en València ciudad continúa levantando polvareda entre colectivos agraviados. Si este jueves eran las familias numerosas las que advertían de posibles medidas legales si finalmente se aprueba la subida en la factura del agua, ahora también es el colectivo de hosteleros el que se queja del "incremento generalizado de los impuestos", por lo que ha solicitado al gobierno municipal una reunión de carácter urgente para intentar suavizar el impacto de la subida en el sector.
Así lo asegura el secretario general de la Federación Empresarial de Hostelería de València, Rafael Ferrando, quien declara que el sector hostelero ve "con preocupación y malestar" las informaciones que han ido apareciendo en prensa respecto a la reforma impositiva del gobierno municipal de la ciudad. "Estamos disconformes con una subida generalizada de impuestos", sentencia. Son varios los gravámenes que incrementan y que afectan al colectivo: el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), el Impuesto de Actividades Económicas (IAE), la tasa de alcantarillado -la factura del agua-, la tasa de las terrazas, e indirectamente el Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO).
En cuanto al incremento de la tasa que pagan los locales con terraza, Ferrando cree que es una subida "desproporcionada". A finales de 2016 se aprobó un incremento sustancial, con incrementos del 170% para los locales más céntricos, del 66% para los cercanos al antiguo cauce del río Turia, y un 4% para el resto. Y como se trataba de importantes incrementos, el consistorio pretendía ir subiendo año tras año la tasa de forma progresiva para alcanzar el aumento completo en cinco años.
En 2017 se hizo, pero en 2018 y 2019 se mantuvo congelada. Así pues, sólo se ha subido por el momento uno de esos cinco escalones. Y en 2020 se quiere implantar el segundo. Un aumento que afectará a 500 establecimientos de la ciudad de la siguiente manera: un 42% a la zona centro, un 17% en el cauce del río, y un 1% al extrarradio. Sobre ello, Ferrando opina que el incremento de golpe es desproporcionado y puede tener consecuencias negativas en el sector. No sólo por la propia subida del gravámen, sino porque "se suma al resto de impuestos".
El IBI, por su parte, subirá de media un 3% a todos los inmuebles de la ciudad dado que el Gobierno aumentará en esos términos los valores catastrales, y el gobierno municipal no lo compensará rebajando su tramo del impuesto como ha venido haciendo en los últimos años. Además, el IAE, que pagan las empresas con facturación mayor a un millón de euros, se revisará al alza, incrementando los recibos un 17% de media, unos 400 euros.
Lo mismo pasará con la tasa de alcantarillado. Cuando se apruebe a finales de este año, constará de una parte fija que dependerá del calibre del contador, y otra variable, calculada en función del consumo. Es esta segunda parte la que más revuelo ha causado, puesto que el consistorio quiere aplicar diferentes tramos de consumo, cada cual con una tasa diferente. Ahora, la tasa asciende a 0,3 euros/m3 de agua consumido. Pero cuando cambie, quien consuma menos de 6 m3 verá reducida la tasa a 0,28 euros/m3, y quien consuma entre 6 y 12 m3, la verá crecer hasta los 0,33 euros/m3. Y así progresivamente tal y como muestra la tabla inferior.
De esta manera, el litro de agua será más caro para quien más litros consuma. Una medida que, además de las familias numerosas, señala a la hostelería, un sector en el que el agua se manifiesta primordial, dado que, insiste el secretario general de la FEHV, "es un sector muy turístico".
En ese sentido, la suma de todas estas subidas ha asustado al sector. "Si uno de los principales generadores de empleo es la hostelería y el turismo, este incremento impositivo supone una merma para el sector", lamenta Ferrando, quien apunta que la Federación ya ha solicitado una reunión con el gobierno municipal, y en concreto con el concejal de Hacienda, Ramón Vilar. El propósito es, primero, manifestar el descontento y la inquietud de los hosteleros y afear que el sector se haya enterado por la prensa; y en segundo lugar, "tratar de buscar una alternativa". "Si hay que subir los impuestos porque la vida sube, tenemos que intentar que sea una subida proporcional y mesurada", subraya Ferrando.
El portavoz de Cs, Fernando Giner, criticó este jueves después de reunirse con la Asociación Empresarial de Cafés-Bares y Cafeterías de Valencia y provincia, junto al concejal de Cs, Rafa Pardo, que “además de existir más de 2.000 licencias atascadas de terrazas por la falta de gestión del bipartito, ahora nos encontramos con que quienes reciban una licencia, tras un largo tiempo de espera, la tendrán que pagar a un precio desorbitado”. Giner explicó que Ribó reconoció en el pleno de julio, a preguntas de Cs, que el Ayuntamiento tiene 2.371 expedientes relativos a la instalación de terrazas de hostelería sin un plazo concreto de resolución.
“La subida de impuestos de Compromís y el PSOE no asfixiará sólo a los autónomos y a los empresarios, sino también a las familias de clase media”, dijo el portavoz naranja, quien incidió en que "el afán recaudatorio de Ribó", con la tasa de mesas y sillas, provocará un aumento de la recaudación del Ayuntamiento de 133.000 euros al pasar de 2,32 millones de euros a 2,45 millones de recaudación. “Engrosar las arcas públicas a costa de los autónomos y de las familias de clase media no tiene ningún sentido”, apuntó al respecto.
Por su parte, el concejal de Cs Rafa Pardo censuró que "Compromís y PSOE están asfixiando a nuestros hosteleros y autónomos con subidas masivas de impuestos y retrasos injustificados en la concesión de licencias, dañando continuamente la generación de actividad económica y creación de empleo en nuestra ciudad".