VALÈNCIA. La implantación de un sistema de retorno de envases SDDR en España como supondría un coste adicional de 1.784 millones de euros para el conjunto del sistema y de 96 euros por familia en comparación con el sistema actual de recogida selectiva a través de contenedores (SCRAP). Esta es una de las principales conclusiones del informe sobre la sostenibilidad de un sistema de depósito para determinados envases de bebidas como el que prepara la Conselleria de Medio Ambiente para la Comunitat, elaborado por la Cátedra Unesco de la Universidad Pompeu Fabra.
La principal conclusión de este informe, que según sus autores es el de alcance más completo realizado hasta ahora en Europa sobre la sostenibilidad de este sistema, es que el SDDR supone un "paso atrás" en materia medioambiental, ya que lo que se gana se hace a base de procesos que contaminan mas que los anteriores.
Además, supone más costes para la sociedad en general y requiere "más tiempo y mayor incomodidad" para la gestión de los residuos.
El estudio, que analiza el impacto económico, ambiental y social del sistema, se basa en la hipótica convivencia del sistema SCRAP y el SDDR, ya que el segundo incluiría al 57% de los 2,5 millones de toneladas de envases.
Los costes adiciconales derivados de la introducción del nuevo sistema tienen en cuenta los 1.508 millones de euros que costaría la manipulación de los residuos en el punto de venta, ya que la mayoría (54%) tendrían que ser gestionados de forma manual en los puntos de venta, y también el incremento de 138 millones de euros que se daría en el sistema SCRAP por pérdida de eficiencia respecto a la situacion actual.
Para el ciudadano, el cambio supondría 1,5 veces más impacto en espacio en el hogar por la acumulación de envases y 6 en tiempo, aunque se reduciría el littering (abandono de envases).
El estudio concluye que solo una análisis que incluya los tres enfoques de la sostenibilidad (económico, ambiental y social) y que involucre a todas las partes implicadas sería "apto" para una decisión política para la implantación del SDDR.
El estudio, cuyo coste no ha sido facilitado al no estar cerrado, ha sido financiado por varias organizaciones entre las que se encuentran Ecoembes, Ecovidrio, la Federación de Industrias de Bebidas (FIAB). Aunque los autores han destacado el "esfuerzo" porque sus conclusiones sean aplicables a varias situaciones, se basa en el pliego publicado por la Agencia Catalana de Residuos para la introducción del SDDR en Cataluña. En el caso de la Comunitat, no se contempla la obligación de obligar al canal de hostelería a gestionar envases vendidos en otros establecimientos, algo que sí tiene en cuenta el estudio de la Cátedra Unesco.