VALÈNCIA. A día de hoy, primeros de octubre de 2019, no queda nadie que guarde un poco de optimismo con respecto al mercado bursátil, al Ibex 35, a las subidas de bolsa, a España y al futuro que nos aguarda. Vivimos tiempos de hastío, de cansancio, y lo que es peor, de confusión. Conocemos los problemas que nos acosan desde el lado nacional, tanto políticos como económicos. Sabemos que España no ha salido totalmente de la crisis debido a la poca altura de sus políticos y a sus problemas endémicos: oligarquÍas, medios de comunicación maniatados, proclamas neocomunistas y una argentinización del pensamiento y del discurso que no augura nada bueno
Pero en el lado internacional tampoco las cosas pintan muy bien, ralentización económica, recesión en Alemania, la eterna guerra comercial, el Brexit y, por tanto, la volatilidad extrema en los mercados. Encima, los bancos centrales han decidido hacer eterno el QE y los tipos bajos con lo que los depósitos están muertos y la búsqueda de rentabilidad está cada vez más complicada para el inversor
Ante esto, ¿qué hacemos?, ¿cómo actuamos?, ¿qué decisiones tomamos para conformar una cartera con sentido y que nos proporcione rentabilidad? Algunos inversores, frente a estas preguntas y cansados de sufrir, han vuelto al ladrillo, que ha tomado tracción en los últimos tiempos, o han buscado soluciones de private equity -del que cada vez se habla más en nuestro país-, que ha obtenido rentabilidades muy atractivas en los últimos años y que -al no cotizar- nos permite vivir más tranquilos. Otros siguen anclados en sus ideas de siempre: “compra bolsa y nunca vendas, todo irá bien” o “lo que mejor funciona es un 60%- 40% de toda la vida: 60% bolsa y 40% bonos”.
No se crean nada. Mi teoría es que las cosas han cambiado, el mercado ha cambiado, el mundo ha cambiado y hay que adaptarse. Entre esos cambios que anuncian un nuevo paradigma global están:
Todos estos cambios nos van a afectar pero ¿cómo debemos enfrentarlos? Cuando las cosas cambian nadie sabe dónde van. No te dejes engañar por los que tienen todas las respuestas, los que están seguros de todo, los que no dudan. Los verdaderamente inteligentes dudan, o como dijo Borges "la duda es uno de los nombres de la inteligencia".
Los sabios dudan porque ven las diversas opciones, los diversos caminos posibles, lo que no significa que no sean capaces de tomar decisiones. En todo caso, cualquiera que diga que siempre sabe lo que hay que hacer o quiere venderte algo o es simplemente tonto.
Lo inteligente es una cartera multiactivo y multifactorial. Lo inteligente, lo verdaderamente inteligente cuando las cosas están en proceso de cambio es tener una cartera multiactivo y multifactorial.
Por multiactivo queremos decir que incluya algo de renta variable global, algo de renta fija global, materias primas, oro y también private equity y algo de inmobiliario, bien a través de socimis o directamente si tenemos suficiente patrimonio.
Por multifactorial nos referimos a no acumular en nuestra cartera cinco fondos value que en realidad hacen lo mismo o cinco de renta fija que compran lo mismo. Diversificar por estilos como value y growth, renta variable global, gestión indexada a través de ETFs nos ayuda a no caer presa de los momentos como éste en el que el value lo hace peor que el growth, la gestión indexada mejor que la activa y así.
De esta forma, aceptando la incertidumbre y sacando partido de ella, podremos capear con sentido el temporal de un cambio de paradigma en los mercados marcado por la irrupción de la tecnología y de un nuevo poder global: China.
Lorenzo Serratosa es cofundador de Kau Markets EAFI