El economista jefe de Lazard Frères Lazard tiene claro que el Reino Unido no se hundirá pero a su divisa todavía le queda recorrido bajista para reducir el déficit por cuenta corriente
MADRID. Las últimas encuestas sobre la confianza muestran una buena resistencia de la economía británica a la incertidumbre generada por el referéndum del 23 de junio. Tras una fuerte bajada en julio, el índice PMI compuesto ha repuntado en agosto y ha continuado recuperándose en septiembre, alcanzando su nivel más alto desde enero de 2016, en 53,2, al calor del impulso de un sector manufacturero que parece agradecer la depreciación de la libra.
La media del índice PMI compuesto para el conjunto del tercer trimestre ha sido del 51,3, es decir, inferior en un punto a la del trimestre precedente. Según los indicadores indirectos de PIB de septiembre manejados por el NIESR, el crecimiento se ralentizaría en el tercer trimestre, aunque no se hundiría, pasando de un ritmo anualizado del +2,7% en el segundo trimestre al +1,6%.
Aunque las estadísticas económicas han sido, contra todo pronóstico, más bien esperanzadoras, la libra esterlina está bajo presión y ha caído tras el referéndum casi un 15%, tanto frente al euro como frente al dólar. Tras haberse mantenido relativamente estable frente al euro entre los meses de julio y septiembre, la libra se ha depreciado rápidamente a comienzos de octubre.
El endurecimiento del tono por parte de Theresa May sobre la estrategia de salida de la Unión Europea en su discurso pronunciado durante el congreso del Partido Conservador, cuando aún no se han abierto las negociaciones, es sin duda el causante de este movimiento. La Primera Ministra ha afirmado que buscará garantizar a las empresas la máxima libertad para comerciar en el seno del mercado único europeo, pero al mismo tiempo ha anunciado que no cederá un ápice en el control de la política migratoria, dos objetivos a priori contradictorios que aumenta la probabilidad de un 'hard brexit', es decir, una retirada del Reino Unido de la Unión Europea sin mantener su acceso al mercado único.
Dicho esto, las negociaciones no han comenzado todavía, y la salida de la Unión Europea del Reino Unido no debería producirse antes del primer trimestre de 2019. Y es que Theresa May ha anunciado que su gobierno aplicará el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que activa formalmente el proceso de salida de la Unión Europea (proceso que se supone no puede superar dos años de duración), de aquí a finales de marzo de 2017.
En cualquier caso, creemos que el movimiento bajista de la libra esterlina está lejos de haber llegado a su fin. A pesar de su depreciación, el tipo de cambio efectivo de la libra esterlina está solo en niveles ligeramente inferiores a los de 2011-2013 y hará falta sin duda una bajada suplementaria para reducir el déficit por cuenta corriente, que sigue siendo muy importante (-5,7% del PIB sobre el acumulado de doce meses a finales del segundo trimestre de 2016).
Julien-Pierre Nouen es economista jefe de Lazard Frères Gestion