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La madurez de María Herreros: "la verdadera valentía es atreverse a mostrarse vulnerable"

5/03/2017 - 

VALÈNCIA. Podríamos hablar de la rica trayectoria de María Herreros en los últimos años, pero su presente y futuro es tan emocionante que casi mejor poner un link a su página web y así pasamos a lo inmediato. La artista valenciana pisa la galería Pepita Lumier (C/Segorbe, 7) con un nuevo proyecto que ha dado la vuelta al Sol para llegar a un punto de no retorno. De Saturn's Return, lema de la exposición, se puede extraer que es causa o consecuencia de un periodo de madurez, una colección que, confiesa la autora, ha resultado la más íntima de cuantas ha firmado. La selección, formada por unas treinta obras entre dibujos en blanco y negro, piezas en color y porcelana, se presenta como la calma después de la tormenta, ese momento en el que das con la respuesta a una complicada operación matemática. El alivio, sí, pero no de la perfección, sino de la aceptación de que el ideal no existe. Y entonces llega la paz. Si Saturno completa un giro cada 29 años, Herreros toma la cifra para hablar de crecimiento y emoción a partir de una serie de personajes que el espectador conocerá por primera vez en la galería. Ni Marilyn ni Brigitte, en esta ocasión las caras son anónimas, una decisión consciente que, explica, no es baladí. Reivindica la vulnerabilidad y la caída de muros (también en términos de género) que desemboquen en pequeñas revoluciones sustentadas en la empatía. Hablamos con María.

-Hace unos días compartías un vídeo de Nina Simone en el que decía que el deber de un artista es "reflejar el tiempo en el que vive", ¿qué dice Saturn's Return de nuestro tiempo?
-Curiosamente es la primera exposición en la que he sacado mi lado más íntimo, normalmente utilizo personajes con los que proyecto mis propias ideas. Hay una frase de Godard que dice: el documental va sobre otros y la ficción sobre mí. Cuando no trato personajes, hablo de un tema social o actual. En esta exposición, sin embargo, no hay otros personajes o tema social, es la primera vez que he hecho algo intimista y emocional. He descubierto que si uno no se mira a si mismo, si no se conoce, no está completo para ser útil en el mundo. Es la única vez que me he permitido esto. En ese sentido la exposición refleja un momento emocional actual, un momento concreto de la vida de la gente. 

-El punto de partida es el ciclo de Saturno alrededor del Sol, de 29 años, un número curioso. Tener 29 años puede relacionarse con un periodo de crisis, la despedida de una juventud que es hoy en día más larga que antes.
-Totalmente, esa es la clave. Es un punto de inflexión vital importante porque es un momento en el que ya no tienes una base, no tienes un paracaídas, pasas de ser cuidado a cuidar tú a alguien, es una juventud tan alargada que es cuando te sientes solo, no tienes ese soporte. Saturn's Return trata de ese punto de inflexión, ese punto de la vida en que rutinas y maneras de comportarse infantiles que alargamos muchísimo dejan de servirte y tienes que analizarte a ti mismo. Al final, es cuestionarse tu identidad. 

Foto: EVA MÁÑEZ.

-En ese proceso, ¿con qué te has topado?
-Me ha servido mucho, es un proceso duro. Me ha costado mucho mirar en mi interior y verme a mi misma, da miedo. Uno siempre proyecta en otros para no lidiar con sus propias emociones, con aquellos problemas sin resolver... He descubierto que tengo que depender más de mi misma, que no puedo volcarme siempre en los demás. La verdadera valentía es saber que el bienestar tiene que venir de uno mismo.

-Es difícil ubicar el punto de inicio exacto de un proyecto, pero en este caso sí se ubica en la residencia artística en Nueva York, ¿cómo ayudó a fomentar esa reflexión?
-Estaba en un lugar muy inspirador, tranquilo, relajante. Realmente me sirvió mucho para reflexionar. Yo estaba volviendo a pintar después de muchos años de dibujar y dedicada puramente a la ilustración, tenía todavía inseguridad con respecto a la dirección que estaba tomando con mi obra. Entonces decidí que lo que quería hacer era diseccionarla y separarla, hacer con mi obra lo mismo que hacía con mis emociones: separar lo que proyectas a los demás y lo que eres tú misma. Esa fue la manera de proyectar estilística y creativamente la idea.

"Estaba volviendo a pintar después de muchos años de dibujar [...] tenía todavía inseguridad"

-Hablas de tu primera exposición íntima. Cuando el público vea la exposición, ¿qué quieres que sepa de María Herreros?
-Quiero hablarles de un momento vital muy concreto: mío, suyo, de gente que tengo alrededor, que ellos tienen alrededor... Quiero transmitir la idea de que los puntos de inflexión, que al fin y al cabo son crisis, son épocas bonitas y necesarias. Si las posponemos es por miedo y al final acabas alargando temas de la infancia, cosas que no te permiten avanzar. Quiero que vean las crisis de identidad como una oportunidad de cambio, mostrar la valentía de mostrarse vulnerable. 

-Se habla mucho de éxito y poco de fracaso.
-Porque parece que la fortaleza y la valentía es mostrarse siempre poderoso, y una de las claves que me llevaron a desarrollar esta exposición fue descubrir que la verdadera valentía es atreverse a mostrarse vulnerable. Ocultarlo demuestra ser más débil. La sensación que se extrae es esa, es algo universal. Al final creo que esa seguridad viene con la edad. 

Foto: EVA MÁÑEZ.

-¿En qué cambia usar de vehículo personajes de cine, conocidos, a caras anónimas?
-Me permite que el público se vea en estos retratos, porque no es un personaje de ficción, icónico. Pueden verse en esas miradas a si mismos, no están condicionado. Puede parecer una tontería, pero para mi es un salto importante, siempre utilizo a personajes de los que tenemos información para hablar con ellos y estos están desnudos, tienes que quedarte puramente de las emociones. Con la pintura, además, me siento más libre, es un vehículo muy apropiado para transmitir puramente emociones.

-Además, estas piezas giran en torno a varias esferas de porcelana.
-Cuando estaba reflexionando sobre mi trabajo, en el momento de preparar la siguiente pieza, decidía la gama en unos papeles que coloco al lado, en los que yo iba haciendo mis manchas para ver qué sensaciones me daban. Era un momento tan agradable... empecé a coger mucho gusto a este proceso, era algo casi automático, pintaba por sensaciones. Empecé a fijarme en esos papelitos, que eran básicamente estudios de color, y a darles más protagonismo. Era perfectos para reflejar ese punto de inflexión, porque es donde vuelco el momento en el que estoy reflexionando. 

"He llegado a un punto en mi vida en el que estoy muy en paz con mis ideas sobre el feminismo"

-Hablamos de la crisis desde un punto de vista universal, pero también del artista. En una entrevista en 2013 decías: "no es una época de mucha libertad, la actual, aunque pudiera parecer lo contrario. Se hace más evidente cuando salimos de nuestra burbuja. No se fomenta en libre pensamiento". ¿la suscribes? 
-No es por darme la razón, pero creo que se ha acentuado. Es evidente el giro de derechas en los gobiernos, eso siempre va acompañado de menos acceso a la cultura. El pensamiento crítico no es bienvenido en esas situaciones, pero la parte buena es que nosotros podemos usar eso para rebelarnos. Estamos menos apoyados, pero tenemos una motivación. Con este contexto, desde el punto de vista profesional yo me considero afortunada, tengo la suerte de hacer lo que quiero en prácticamente todos mis trabajos. No lo entiendo desde un punto de vista egoísta. Si hago lo que creo que es honradamente mi mejor trabajo, será lo mejor que voy a ofrecer. Tengo suerte también en el terreno editorial de contar con Lunwerg, con quien hago el libro que he querido, el siguiente igual... me siento afortunada.

-¿Qué nos puedes avanzar del próximo proyecto editorial en el que estás trabajando?
-Hay varios temas sociales que me mueven mucho, pero uno de ellos es la problemática de género. He llegado a un punto en mi vida en el que estoy muy en paz con mis ideas sobre el feminismo. Nosotras mismas cometemos contradicciones, pero ahora estoy muy tranquila con eso. Sin embargo, he descubierto algo que todavía me desagrada y es que el machismo ha provocado que haya muchos otros clichés sobre los hombres. Nosotras los soportamos y ellos también. Me apetece mucho abordar el feminismo desde un punto de vista global y conciliador. Ahora se habla mucho del tema pero estamos excluyendo a los hombres, y los clichés con los que se les educa les mina muchísimo, algo que provoca a la larga crisis de identidad, depresión y muchos conflictos interiores. Si consiguiéramos ver el tema de género de una manera global ellos no esperarían de nosotras ciertas cosas y viceversa. Al hilo de esto, me gustaría sacar un libro de personas que han sido muy activas en este sentido, la mitad hombres y la mitad mujeres. Quiero hacer una defensa, por explicarlo de una manera básica, de los hombres buenos. Tantas épocas de represión a la mujer ha hecho que malpensemos, cargan todos con un sentimiento de culpabilidad previo a cometer ningún error. No es justo ya. Las mujeres no necesitamos a los hombres para revolucionarnos sexualmente pero sí quiero que estén, sería mejor. 

-Recuerda esta visión a la reciente campaña impulsada por la ONU, 'HeForShe'.
-Exacto, era una campaña preciosa. En esta exposición ya se ve la paz, pero antes de ella tiene que haber conflicto. Lógicamente cuando empiezas a crecer y ves que se esperan de ti ciertas cosas, hay un enfado natural. Encontrar esta paz es algo bonito, responde a una segunda madurez, al haber desahogado ese enfado y volverte práctica. No quiere decir que dejes de luchar, sino que eres más objetiva en tu lucha, y parte de eso es darte cuenta de que no todos los hombres tienen la culpa. Ser lista quiere decir buscarles como aliados, no estar en una guerra abierta en la que se malgasta energía. 

-¿Dirías que hay una realidad específica para la mujer artista hoy en día?
-Sí, pero, ¿sabes qué pasa? Que son cosas muy ambiguas, difíciles de definir porque en teoría yo no tengo más problema que otro artista hombre para exponer en una galería, para publicar en una editorial... en la práctica no tengo más problemas que ellos, pero todos sabemos que si tú te has educado de manera en la que se esperan de ti ciertas cosas siempre estarás más predispuesta a la belleza ideal, a ser más complaciente... y eso afecta en tu obra, en tu manera de negociar los precios, contratos... Son cosas difíciles de ver, pero está hay y hay que verlo para contarlo.

-En muchos casos los mitos, especialmente los que traslada Hollywood y la época dorada del cine, representan los clichés de la mujer o del hombre, ¿tiene que ver la renuncia a estos personajes con esto?
-Sí. Con los personajes que he usado del cine he querido contar historias para, por ejemplo, ver lo nocivos que son ciertos clichés... los personajes que tienen un pasado que conocemos me sirven para contar una historia, pero con los de Saturn's Return lo que quería era que la gente no supiera nada de ellos y se puedan ver como en un espejo. Evito contar una historia, no hay narrativa, solo emociones. Esto me permite que la gente se proyecte en ellos porque no hay nada que se lo impida. 

Foto: EVA MÁÑEZ.

-Siempre se recurre a las palabras "personal" o "característico" para definir tu obra,  algo ambiguo. Como espectadora, ¿qué ves en el universo María Herreros?
-Quiero pensar que es una obra empática. Mi objetivo es captar las emociones de las personas, lo intuitivo. Por eso los rasgos morfológicos no son tan importantes para mi.

-¿Qué o quién te inspira?
-Trato de inspirarme de disciplinas distintas a la mía, porque me enriquece más. Si estoy continuamente consumiendo imágenes de artistas coetáneos a mí... Es algo que ya hago sin querer, así que trato de limitar ese tiempo. De música he sacado guiones para un cómic, de películas saco fotogramas, de fotografía prácticamente todas las referencias que dibujo. Mi feed visual es fotografía, moda y pintura clásica. 

-Hace unos días se inauguraba en València una exposición en torno a la obra de Julian Opie y su comisario la relacionaba con el estado actual de la pintura, con la necesidad de crear una marca, la comunicación en redes sociales... Tú convives desde el principio de tu carrera con estos elementos, ¿cómo te relacionas con ellos?
-Hay una obsesión por definirse con un estilo muy concreto, hacer un branding. Ahora miramos las imágenes de manera muy rápida y queremos que en tres segundos se identifique de quién es, que se nos reconozca todo el tiempo. Esto es porque leemos poco y miramos muchas más imágenes, Instagram está muy bien, pero debe ser un cebo para que leas y te informes más sobre la obra. Tengo un estilo bastante identificativo pero no creo que sea necesario para un artista, es lo que me nace. Mi personalidad como artista no es solo la manera en la que muevo el lápiz o cómo doy una pincelada, también son mis temas. El estilo te lo pueden copiar, pero el original tiene alma. No es solo algo estético, son los temas que utilizo, cómo los trato, los personajes que selecciono... es tu carácter. Esas cosas llegan más.

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