Sí, la guerra continúa. El Grupo Wagner pensó que podría asaltar la muralla del Territorio Kremlin en un intento por desestabilizar desde dentro el Gobierno del presidente ruso Vladimir Putin en mitad de la guerra con Ucrania. Lo que comenzó como una protesta de mercenarios por falta de municiones, acabó con un motín, mientras los blindados desfilaban a 250 kilómetros de Moscú en el solsticio de verano del año III d.C. -después de la Covid-.
Putin apagó rápidamente el amago de rebelión y reafirmó públicamente su compromiso con los esfuerzos de guerra rusos en Ucrania, al tiempo que declaraba como “día no laborable” el lunes siguiente a la crisis. “Todo tranquilo por aquí”, eran las noticias que llegaban de Moscú. Sin embargo, el levantamiento había expuesto las debilidades del gobierno ruso, mientras los funcionarios ucranianos describían la rebelión como la "primera etapa del desmantelamiento" del régimen de Putin.
En este contexto, los líderes de la UE-27 se reunirán en el Consejo Europeo a finales de esta semana para discutir la guerra de Rusia contra Ucrania, y el continuo apoyo financiero y militar de la UE al gobierno de Kiev. La reunión también albergará una discusión estratégica sobre China.
El conflicto del Ucrania ha desvelado una Europa dividida, que no mira más allá de sus fronteras exteriores. Una encuesta de Datapraxis y YouGov sobre 11 Estados miembros de la Unión Europea -Austria, Bulgaria, Dinamarca, Francia, Alemania, Hungría, Italia, los Países Bajos, Polonia, España y Suecia-, explora las actitudes de los ciudadanos hacia la defensa europea, así como las relaciones con Rusia, China y Estados Unidos.
Rusia es vista en gran medida como un "adversario" y "rival" de Europa, quince meses después de su invasión de Ucrania, con un 64% de los encuestados que piensa en Rusia como el "adversario o" rival de Europa. La proporción promedio de encuestados que ven a Rusia como un "rival" o "adversario" ha aumentado de alrededor de un tercio a casi dos tercios, desde 2021. En particular, las mayorías en Dinamarca (74%), Polonia (71 %), Suecia (70%), los Países Bajos (66%), Alemania (62%) y España (55%) piensan en Rusia como un “adversario” de Europa, mientras que sólo el 37% en Italia y el 17% en Bulgaria lo hacen.
El único país donde la mayoría (51%) de los ciudadanos expresó la opinión de que debería ser “totalmente cooperativo” fue Bulgaria. Muchos en Austria (36%) y Hungría (32%) también apoyaron esta opinión.
Sin embargo, existen preocupaciones sobre la actividad económica china y los movimientos de poder blando en la UE-27. Muchos europeos se oponen a la idea de que los chinos sean propietarios de infraestructuras clave en Europa, como puentes o puertos (65%), empresas tecnológicas (52%) o periódicos (58%).
Para el 41% de los europeos, las entregas de armas chinas a Rusia serían una línea roja y una razón para imponer sanciones a Beijing, incluso si eso perjudicara a las economías occidentales. En Bulgaria, Hungría y Austria, una proporción significativa de ciudadanos ven beneficios en cooperar con Rusia. La mayoría de los encuestados en Bulgaria (62%) y Hungría (59%), y un tercio de los de Austria ven a Rusia como un “aliado” o “socio” de su país.
Existe un fuerte deseo de que Europa amplíe sus propias capacidades defensivas y se aleje de la dependencia de las garantías de seguridad estadounidenses. El European Council on Foreign Relations (ECFR) encontró que casi las tres cuartas partes (74%) de los europeos creen que Europa no siempre puede confiar en los EEUU para su seguridad y que necesita cuidar su propia defensa, mientras que sólo el 8% dice que esto es innecesario para proteger Europa.
Los europeos ven una ventaja en tener relaciones con el principal aliado internacional de Rusia, China, una posición que les pone en desacuerdo con algunas figuras europeas de alto nivel, como Ursula Von der Leyen. La encuesta ECFR revela que una pluralidad de encuestados (43%) considera a China un "socio necesario" de su país. Esta posición los acerca más a las posiciones políticas del alemán Olaf Scholz y el francés Emmanuel Macron.
Y, mientras los europeos pensamos que el futuro de Europa se dirime entre nuestras fronteras, el Real Instituto Elcano desplaza el eje del equilibrio en el mundo hacia el Este, con un interesante seminario que se celebra este martes en Madrid sobre las relaciones entre la Unión Europea y Corea del Sur: “NATO and European-Republic of Korea global cooperation on security”.
Bajo la dirección de Charles Powell, la colaboración del coronel y agregado de defensa en la Embajada española en Seúl, Ángel Gómez de Ágreda, y de la Fundación Coreana, un importante grupo de expertos hablarán sobre la base del acercamiento político y estratégico entre la OTAN y sus socios de Asia-Pacífico (AP4).
Tras un duro invierno, con los misiles en prueba de Cora del Norte sobrevolando Seúl y la costa japonesa, la interconexión estratégica entre Europa y la región del Indo-Pacífico revelará los desafíos relacionados con los aspectos de seguridad "suave" y "dura", incluida la seguridad cibernética y marítima, la cooperación industrial y la seguridad en la península de Corea. Entre los expertos invitados, destacan el profesor Ramón Pacheco Pardo, la experta en defensa aeroespacial de Airbus María Ángeles Martín, Hideshi Tokuchi (GRIPS), Jina Kim (Hankuk University), Myong- Hyun Go (Asan Institute) y Yoon Jung Choi (Sejong Institute).