VALÈNCIA. Los eurodiputados de agricultura y medio ambiente han debatido la nueva política De la granja a la mesa, que apuesta por un producto ecológico y de proximidad con todos los requisitos fitosanitarios, lo que contrasta con la laxitud con la que la UE controla algunas importaciones de terceros países, lo que deja en situación de desventaja a los productores locales, que estarán sometidos a controles adicionales. Frente a la propuesta la Comisión Europea, que se votará en octubre, La Unió reitera la pérdida de competitividad del sector agrario valenciano con esta nueva estrategia agrícola que no tiene en cuenta los acuerdos de libre comercio.
La Unió considera insensato que se avance por parte de las instituciones sin existir estudios que aborden de forma integral los efectos de la misma y que, los pocos que hay, indiquen que afectará de forma negativa al sector agrario europeo.
Los agricultores valencianos critican que los objetivos marcados por la estrategia De la granja a la mesa, que supone la visión de la Comisión Europea sobre hacia dónde debe evolucionar el sector agrario europeo, “son del todo arbitrarios y no disponen de base científica o técnica que diga, ni siquiera, que son alcanzables sin mermar la capacidad productiva de los agricultores y ganaderos, y su competitividad frente a países terceros con los que se comercializa”.
Los eurodiputados de los Comités de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria y Agricultura aprobaron el pasado viernes el informe sobre una estrategia De la granja a la mesa por 94 votos contra 20 y 10 abstenciones, presentada por la Comisión en mayo de 2020. Consideran importante para ofrecer dietas justas, respetuosas con los animales, saludables, de alta calidad y asequibles a los consumidores europeos.
Pero, exigen a la Comisión que el texto final de esta estrategia incluya la necesidad de una mayor sostenibilidad en todas las etapas de la cadena alimentaria donde todos, desde el agricultor hasta el consumidor, tienen un papel que desempeñar. También es necesario un cambio en el consumo hacia dietas más saludables. Se debe abordar el consumo excesivo de carne y alimentos altamente procesados con alto contenido de sal, azúcar y grasas. Se espera que el informe sobre la estrategia De la granja a la mesa sea debatido y votado durante una de las sesiones plenarias en octubre.
La Unió recuerda que algunos de estos objetivos son lograr que el 25% de la superficie agraria sea ecológica en 2030 (8,5% en 2019 según Eurostat), reducir en un 50% plaguicidas o reducir en un 50% el uso de antibióticos. La propuesta de la Comisión conllevaría caídas de las producciones europeas de alrededor de un 14%, que serían sustituidas por unas importaciones que no cumplen con los requisitos ecológicos que revientan los precios. La mayor parte de las evaluaciones de impacto realizadas hasta la fecha, si bien ninguno realiza un análisis integral de los objetivos y políticas planteadas, indican que el sector agrario europeo saldrá perjudicado con esta estrategia.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (EE.UU.), que fue el primero en dar a conocer una estimación del impacto de la estrategia europea, consideraba que la misma podría acarrear una disminución de la producción agrícola en la UE de entre el 7% y el 12%, aumentos de precios al consumidor, una caída de hasta el 16% en los ingresos agrícolas brutos y en la balanza comercial agraria.
El último informe conocido, del Centro Común de Investigación, dependiente de la Comisión Europea, recoge unos resultados similares, con caídas en la producción de cereales (15%) y otros herbáceos, así como de carne (14%) y lácteos (10%) por lo que las importaciones aumentarían en consecuencia. “Ante estos resultados, no entendemos cómo se pretende seguir adelante con la estrategia y pedimos a los eurodiputados que atiendan a los informes que alertan del peligro para la soberanía alimentaria europea”, reclaman desde La Unió.
La asociación de agricultores valencianos recuerda que, “mientras se plantean estas grandes exigencias a la agricultura europea, por el otro lado se negocian acuerdos comerciales como el de Mercosur, que permitirían el incremento de importaciones agrarias de terceros países que ni de lejos alcanzan las exigencias actuales que sí se requiere a la agricultura europea, ni en el plano medioambiental, de bienestar animal, ni siquiera de derechos humanos muy frecuentemente”.
La Unió pide a los eurodiputados que exijan “que cualquier avance que se imponga a los agricultores europeos deba ir acompañado de medidas que impidan una competencia desleal de países terceros que no cumplen con las mismas exigencias”. Así, la organización, que ya se dirigió a los eurodiputados españoles en la Comisión de Agricultura en el inicio de los debates para ponerles de manifiesto estas advertencias, considera que el Parlamento Europeo, debe mandar un mensaje contundente pidiendo una revisión integral de la estrategia y un estudio de impacto exhaustivo y total de la misma, como ya hizo el Consejo de ministros de Agricultura de la UE.