VALÈNCIA. (EP) El Hospital Clínico y el Hospital La Fe de València han administrado la nueva terapia 'CAR-T' a 26 pacientes desde que se aplicara por primera vez en la Comunitat hace un año, a 17 y 9 personas, respectivamente. Algunos de ellos son de comunidades vecinas.
Hay 11 hospitales en España, estos dos en la Comunitat Valenciana, acreditados para llevar a cabo este nuevo tratamiento de terapia génica avanzada para determinados casos de leucemia y linfoma.
Los resultados conseguidos hasta ahora en estos pacientes son "muy esperanzadores", aunque es pronto para confirmar resultados a largo plazo, resalta el jefe de Hematología y Hemoterapia del Clínico, Carlos Solano, en un comunicado de la Conselleria de Sanidad.
Por su parte, las reacciones adversas de medicamentos han sido "muy leves", apunta el responsable de Farmacia Hospitalaria del Hospital La Fe de València.
'CAR-T' es una forma de inmunoterapia personalizada y dirigida específicamente al tumor que ha demostrado una eficacia clara con una tasa de curación elevada. Constituye un nuevo tratamiento para pacientes con ciertos tipos de linfoma o leucemia que no han respondido a otros tratamientos y que se consideraban incurables hasta la actualidad.
Esta terapia supone que puedan tener opciones de curación al menos entre un 30% y un 40% de los pacientes que no tenían otra alternativa terapéutica.
En concreto, se extraen linfocitos T del paciente y se les introduce un gen en el núcleo con la ayuda de un virus modificado. Esto hace que los linfocitos expresen en su superficie un nuevo receptor capaz de reconocer de forma muy específica las células del tumor y combatirlo.
Los linfocitos de cada paciente se extraen en el centro hospitalario y posteriormente son enviados a la planta de producción centralizada en Europa o Estados Unidos donde se realiza la modificación genética.
Allí se preparan para que se 'expandan' en laboratorio y posteriormente se devuelven al centro y se infunden al paciente. Antes del tratamiento se le aplica una quimioterapia no intensa con el fin de preparar el organismo para que estos linfocitos no sean rechazados y ejerzan su función.
Se trata de un procedimiento que requiere de gran coordinación de varios servicios (Hematología, Farmacia Hospitalaria, UCI o Neurología) y justifica que el Ministerio de Sanidad haya seleccionado para su administración a centros con experiencia en el uso de terapias antitumorales complejas, incluyendo el trasplante de progenitores hematopoyéticos.