VALÈNCIA. Los perfiles profesionales son cada vez más diversos y las universidades deben adaptarse a las necesidades del mercado laboral. Es por ello que el número de nuevos grados y dobles grados se ha disparado un 44% en los últimos diez años en España, tanto en las universidades públicas como en las privadas, que se encuentran en fase de expansión y compiten por la captación del alumnado.
Sin embargo, aunque la oferta de titulaciones ha aumentado, el ingreso estudiantil ha sufrido una caída del 6,2% desde 2014, lo que deja un escenario repleto de ‘microtitulaciones’ que cuentan con menos de 25 alumnos en el primer año. Entre estas, un 47% son nuevas, lo que pone en duda la viabilidad de incrementar el número de pequeñas titulaciones, ya que suponen costes para las universidades.
Por ello, Francisco Pérez, director de investigación del Ivie, advirtió este jueves en la presentación online de la novena edición U-Ranking sobre la necesidad de seguir su evolución y “eliminarlas” en caso de que no atraigan “suficiente demanda”. Justificó la baja inversión en estas carreras en un ejercicio de “prudencia para evitar errores” y destacó la importancia del papel de los orientadores a la hora de explicar el contenido de estos grados a los alumnos.
De cualquier modo, el estudio -que cubre más de 20 indicadores de docencia e investigación en 72 universidades públicas y privadas a nivel nacional- deja claro que ha habido un crecimiento en titulaciones nuevas en casi todas las ramas, entre las que destaca la de Ciencias Sociales y Jurídicas con un incremento del 60% con una clara tendencia hacia los dobles grados.
De hecho, la oferta se ajusta al nivel de empleabilidad de cada área, pues es elevada en ámbitos como el de economía, matemáticas o farmacia, en los que hay múltiples opciones de trabajo. De la misma forma, las posibilidades de estudio se han ampliado de manera notable en el sector artístico y jurídico debido a la digitalización, aunque en estos campos el informe remarca la necesidad de “mejorar la calidad de los empleos”.
Con todo, la rama de Ciencias de la Salud queda al margen de este aumento en la oferta de grados, pues en general los estudiantes se decantan por las carreras tradicionales como Medicina o Enfermería, en las que el mercado laboral no requiere, por el momento, de grandes cambios en los perfiles de los profesionales. No es este el caso de áreas como filología o geografía, que no cuentan con nuevas ofertas por la baja empleabilidad.
Así pues, el informe evalúa la aparición de grados en cada universidad, que son más de 1.300. Sin embargo, en realidad son 190 los que aparecen por primera vez en el Sistema Universitario Español (SUE) desde 2010. Esto se traduce en un 13% de grados innovadores entre el total de las incorporaciones, siendo Madrid y Cataluña las comunidades que más carreras nuevas acaparan, con un 70% del total.
De esta información se desprende la duda de si la duplicidad de carreras supone costes innecesarios, aunque para Joaquín Aldás, investigador del Ivie, esto no es “un problema siempre que haya demanda en las dos universidades”. Sería el caso del grado de Ciencia de Datos, que es una de las incorporaciones más recientes en la Universitat Politècnica de València (UPV) y en la Universitat de València (UV).
La Universitat Politècnica de València se encuentra en el segundo de los doce niveles que presenta el ranking, junto con la Autónoma de Barcelona. Por su parte, la Universitat de València se sitúa en cuarta posición, en una escala liderada por primera vez por la Carlos III de Madrid y la Politècnica de Catalunya, que han ascendido al primer nivel junto con Pompeu Fabra, que todos los años mantiene el liderazgo.
Asimismo, destacan las universidades de Deusto y Navarra en tercer puesto, lo que es un claro indicador de la expansión de las instituciones privadas en los últimos años, que han ganado terreno a las públicas en materia de docencia. En términos globales, el rendimiento en este ámbito de las privadas es superior en once puntos, con un 110% frente a un 99% del resto.
Con todo, las públicas superan con creces a las privadas en investigación e innovación, con un 106% frente a un 59%, siendo la Pompeu Fabra, la Autónoma de Barcelona y la Politècnica de Catalunya las tres primeras. Así, en términos globales las públicas continúan en cabeza, pero las privadas acortan cada vez más la distancia destinando más recursos a la oferta de grados.