VIENA (EFECOM). Los mercados mundiales de petróleo estarán esta semana atentos a los debates de la OPEP en Viena, donde el grupo de trece países celebra su primera conferencia ministerial del año, marcada por el reciente repunte de los precios del crudo.
La reunión convocada para el jueves por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) debería en principio establecer el nivel de la oferta conjunta de crudo para la segunda mitad del año.
Pero los observadores no esperan cambios en el bombeo de los trece miembros, que según el último informe de la organización alcanzó en abril los 34,4 millones de barriles diarios (mbd), aunque no descartan por completo alguna sorpresa.
Habrá que ver si las divisiones en el seno del grupo que en los últimos dos años han impedido un consenso para limitar la producción podrán ser superadas al menos para nombrar a un nuevo secretario general de la organización en sustitución del libio Abdalá El-Badri, cuyo mandato expira en julio.
Desde noviembre de 2014, la postura de Arabia Saudí y otros emiratos del Golfo Pérsico de defender su cuota de mercado -y la de la OPEP- en detrimento de los precios, contrasta con la de países miembros como Irán, Venezuela o Argelia, favorables a reducir la oferta para apuntalar las cotizaciones.
El intento reciente, en abril en Doha (Catar), de acordar una congelación de la producción de los principales exportadores de esa materia prima, incluidos no miembros de la OPEP como Rusia, fracasó porque Riad rechazó un compromiso sin su tradicional rival, Irán. Ese encuentro fue el primero desde el levantamiento en enero pasado de las sanciones impuestas a Teherán durante años por su controvertido programa nuclear.
El país persa se había negado a reducir su bombeo al menos hasta que vuelvan al nivel que tenían antes del embargo internacional a sus exportaciones.
"Desde Doha no hay ninguna nueva postura política, si no lo lograron allí (un acuerdo para limitar la oferta)", no se ven indicios de que puedan alcanzar un consenso en Viena, explica a Efe el analista Alexander Pögl de la consultora vienesa JBC Energy.
Además, la situación del mercado ha evolucionado hacia un cauteloso optimismo, en el sentido de que la estrategia saudí de favorecer precios bajos para reducir la rentabilidad de producción y eliminar así parte de la oferta rival parece estar dando resultados.
El precio del barril del crudo Brent, que se había desplomado hasta los 27 dólares a principios de este año, desde los más de 100 dólares de mediados de 2014, superó esta semana los 50 dólares.
Los expertos no descartan que los precios vuelvan a bajar pues atribuyen la reciente subida a las interrupciones de suministros más o menos puntuales, a raíz de los sabotajes en Nigeria y el conflicto armado en Libia, así como los cortes en Venezuela y en Canadá. No obstante, creen ver en el horizonte un reequilibrio entre la oferta y la demanda mundial de "oro negro".
"A diferencia de en las tres reuniones anteriores (de la OPEP), ahora se ve una tendencia al alza, con un sentimiento general de la industria algo mejor pues en la segunda mitad del año se espera un menor exceso de la oferta", resume Pögl las razones que pueden disuadir de un recorte del bombeo.
El temor de Riad es que las cotizaciones altas faciliten la reanudación de la producción rival, en especial las de extracciones no convencionales como el petróleo de esquisto en Estados Unidos, cuya producción se ha reducido en los últimos meses.
El auge de la tecnología de la fracturación hidráulica usada para extraer el gas y crudo de esquistos en EEUU, el mayor consumidor de petróleo en el planeta, fue uno de los factores que provocó el descalabro de los precios.
En su último informe sobre el mercado, la OPEP estima para este año un consumo planetario de 94,18 millones de barriles de crudo por día (mbd), superado por un bombeo mundial de 95,13 mbd. Pero ha destacado que ese exceso de oferta se ha reducido a la mitad respecto al año 2015, cuando era de 2,1 mbd. Mantener esa tendencia de menor oferta dejando las cosas como están es la decisión que se espera de la conferencia de la OPEP en Viena, reconoce Pögl.
No obstante, "nadie puede descartar" completamente una sorpresa en ninguna de las dos direcciones posibles: ni una congelación de la producción ni un incremento, dice.
Explica que Irán está bombeando en torno a los 3,3 mbd, con un potencial de alcanzar los 3,7 mbd a fines de 2016, por lo que está ya cerca del nivel que tenía antes del embargo petrolero y podría participar en un acuerdo.
De hecho, el director de Asuntos Internacionales de la Compañía Nacional Iraní de Petróleo (NIOC), Mohsen Oamsari, aseguró el pasado día 7 que su país estaría "en condiciones" de unirse a un plan internacional de congelar la oferta de crudo.