VALÈNCIA. La economía americana se presenta todavía en buena forma y la Reserva Federal (FED) acaba de anunciar una subida adicional en los tipos interés. Sobre el papel todo parece justificado y con una tasa de desempleo del 4,3% y un crecimiento económico esperado de 2,3% anual caben pocas dudas. Por ello sorprende todavía más que el mercado de deuda americana parece estar interpretando algo distinto que la FED. Vayamos por puntos para analizar esta situación:
Lo que sabemos es que el precio y la rentabilidad de un bono se comportan de manera inversa. Si sube la demanda por dicho papel sube su precio y baja su rentabilidad hasta vencimiento y viceversa. Existen bonos americanos de corto plazo como también de larga duración. La curva de tipos americanos normalmente tiene una pendiente positiva, es decir, que la deuda de duración corta rinde a una tasa menor que la de duración larga. La pendiente positiva tiene su lógica cuando pensamos en que el inversor exige mayor compensación cuando mayor es el tiempo de tenencia y cuando dicho periodo aumenta el riesgo de inflación.
En un entorno económico, tal y como lo proyecta ahora la Reserva Federal con el anuncio de subida tipos y el muy probable comienzo de retirada de estímulos, deberían haber pasado dos cosas con la curva de tipos: en primera instancia deberían haber subido los de duración corta, y también algo más lentos los de largo vencimiento. Si además la proyección es de inflación ligeramente al alza, la inclinación de la pendiente positiva debería haber aumentado especialmente en el lado largo de la curva. ¿Pero así realmente ha ocurriendo? Pues no.
Si comparamos la curva de diciembre 2016 con la de ahora se aprecia una clara moderación con respecto a la inclinación de la curva o dicho de otra manera: el diferencial entre tipos cortos y largos se ha reducido. En diciembre el mercado de bonos americanos proyectaba ‘reflación’ por el efecto Trump. Ahora, la parte corta (tipos cortos) se incrementó debido a la política monetaria más restrictiva pero la parte larga claramente se estancó lo que no deja de ser algo significativo.
Por ahora solo es una señal a tener en cuenta y la conclusión que se puede sacar no sería otra que la siguiente: en el mercado de deuda americana ya no están tan convencidos de la supuesta ‘reflación’ que iba a traer consigo Donald Trump. En vez de una aceleración en el crecimiento, más bien se proyectaría ahora mismo un ligero estancamiento.
En caso de persistir esta situación durante las próximas semanas ya sería algo más inquietante por lo que sugiero echar de vez en cuando un ojo sobre este magnífico registro. No es por nada que el mercado de deuda americana tiene fama de tener bastante mejor ‘olfato’ que el mercado de renta variable a la hora de intuir tendencias económicas…
Christian Dürr es responsable de Asesoramiento Patrimonial en Ética Patrimonios EAFI