VALÈNCIA. El abandono de la carrera por el liderazgo provincial del PSPV del presidente de la Diputación de Valencia, Jorge Rodríguez, se produjo este martes después de una reunión con el líder del partido, Ximo Puig, y de un pulso interno y constante mantenido a lo largo de varias semanas. Tras esto, el camino se allana notablemente para la aspirante favorita, Mercedes Caballero, diputada y próxima al secretario de Organización federal, José Luis Ábalos.
Si bien es evidente que Rodríguez ha cometido varios errores estratégicos en su misión de convertirse en secretario general provincial, resulta indiscutible que la propia coyuntura, la rivalidad estratégica y las desavenencias personales con algunos dirigentes han conformado un cóctel que ha terminado por sacar de la carretera al presidente de la Diputación.
En este punto, la trayectoria en el PSPV y la influencia de varios dirigentes ha sido decisiva en generar el clima necesario para que Rodríguez dé un paso atrás. Empezando por la rival a batir: Caballero es una aspirante hábil y experimentada, pero el respaldo de Ábalos la convierte en una contendiente de entidad, a la que hay que sumar su discurso como precursora en la Comunitat del 'sanchismo' y el 45% logrado en la provincia por Rafa García -su candidato- frente a Puig en las primarias autonómicas.
Un problema añadido para Rodríguez ha sido su nula sintonía con el ex vicesecretario de Organización, Alfred Boix, con quien mantuvo discrepancias en la campaña de las primarias de Puig -en las que estaban en el mismo bando- que se agravaron posteriormente por diversas causas y terminaron en la ruptura de relaciones. Boix, junto a su primo el ex vicesecretario de Relaciones Institucionales, José Manuel Orengo, posee un predicamento importante en La Safor y ya advirtieron internamente de que no apoyarían a Rodríguez.
El sucesor de Boix en el área de Organización, José Muñoz, ha tenido como prioridad en el proceso alcanzar el consenso y evitar una batalla que quemara los débiles puentes con Ferraz. En ese punto, y aunque en privado ha admitido en más de una ocasión que Rodríguez era un buen candidato, toda su labor ha ido dirigida a encontrar un consenso con Ábalos y evitar una confrontación.
Por otro lado, tampoco pudo contar Rodríguez con el apoyo del vicesecretario general del PSPV y portavoz en Les Corts, Manolo Mata, quien dejó un mensaje de sintonía con Caballero en la presentación de su candidatura. Fuentes del partido señalan que el destacado parlamentario ha apoyado internamente a la dirigente próxima a Ábalos; un respaldo importante sobre todo en círculos de València ciudad, donde Rodríguez tenía más complicada su implantación.
Tampoco se mostró dispuesto a apoyar a Rodríguez el secretario general de la FeSP-UGT, Luis Lozano, un veterano de los procesos socialistas con buena relación con Boix y también con Ábalos. El cierre de filas desde este sector dejaba al presidente de la Diputación con un difícil margen de crecimiento en València ciudad, dado que la portavoz socialista en el consistorio, Sandra Gómez, tampoco le aseguraba su apoyo.
Precisamente en este punto se concentra otra de las tesis -que ningún bando negociador confirma- que incide en que el consenso en la provincia también incluiría un pacto de no agresión en la capital, donde Ábalos tiene una fuerte implantación y podría incomodar las aspiraciones de liderar el PSPV local de la 'ximista' Gómez.
Por último, otro de los escollos para Rodríguez era un competidor generacional de relevancia: el alcalde de Mislata y vicesecretario de Acción Territorial, Carlos Fernández Bielsa, quien además de su propio poder en determinadas localidades importantes que podría haber necesitado el presidente de la Diputación, tampoco hubiera celebrado que se volcara el apoyo hacia uno de sus posibles rivales en el futuro.
En definitiva, una confluencia de intereses que ha supuesto una coyuntura nefasta para el presidente de la Diputación, quien ha terminado por arrojar la toalla y descartar medirse en las primarias que tendrán lugar en el mes de noviembre.