VALÈNCIA. Vox ha celebrado este jueves su mitin central de campaña en València en el Museo Príncipe Felipe de la capital, congregando a más de 4.000 personas en un acto notable para una formación que a día de hoy no cuenta con representación en Les Corts Valencianes.
Así, la formación de extrema derecha ha reunido con su receta ultraespañolista a un público heterogéneo en el que no faltaban desde los pensionistas hasta los jóvenes, incluidos primeros votantes, o familias al completo. Unos perfiles variados en edad que, eso sí, se asemejan a los que históricamente han poblado los mítines del PP o, más recientemente, los de Ciudadanos. O lo que es lo mismo, los asistentes no parecían ajustarse a un movimiento del voto fuera del bloque de derecha, si no a un nuevo reparto entre las tres fuerzas políticas en liza dentro de ese grupo.
Ahora bien, nunca se sabe y, tal vez por ello, el líder de Vox, Santiago Abascal, ha realizado en su intervención varios guiños a los votantes socialistas con la esperanza de atraerlos a su proyecto.
Antes del plato fuerte, la intervención del candidato a la Presidencia del Gobierno, han pasado por el escenario el aspirante a la Generalitat, José María Llanos, y el número uno por Valencia al Congreso, Ignacio Gil Lázaro. Todo ello con el responsable de Relaciones Institucionales y tres de la lista al Ayuntamiento, Chimo Díaz, como maestro de ceremonias.
En cuanto a Abascal, ha reivindicado que ante las elecciones generales del próximo domingo "solo hay dos opciones": la "continuidad histórica" de España o "el caos de un frente popular" que "une a comunistas, separatistas y señoritos de Barcelona".
El líder de Vox ha sostenido además que en estos comicios no están en juego "tres o cuatro cositas irrelevantes". En esta línea, ha asegurado los españoles están "hartos de ver a una España postrada y acomplejada" y que digan que "la unidad nacional se puede negociar". Frente a ello, ha sentenciado que "es innegociable y se defiende con todas las consecuencias".
En su discurso, ha reiterado en varias ocasiones que "la dictadura 'progre' agoniza" y ha señalado que "se piensan que el obrero está preocupado con el heteropatriarcado, el agricultor por el lenguaje inclusivo o el estudiante por la custodia compartida de las mascotas". Frente a ello, ha asegurado que Vox va a "ganar" porque "tienen un empeño enfermizo en decirnos cómo tenemos que vivir y sentir". "Ya han prohibido Caperucita por machista y acabarán prohibiendo El Quijote por islamófobo", ha dicho en tono jocoso.
Por otro lado, ha criticado "el fallido estado de las autonomías" que "nos empobrece y nos hace mirar con sospecha al vecino de la provincia de al lado". "El estado de las autonomías es la garantía para acabar con la pluralidad de España", ha agregado. En cuanto a la inmigración, ha defendido que solo quieren "preguntar al que toca en nuestra puerta qué pretende y qué quiere aportar".
Por otro lado, el recinto utilizado por Vox para el acto disponía de un aforo para 5.500 personas. Una apuesta ambiciosa por parte del partido de Abascal que, aunque no ha llenado hasta los topes, sí ha conseguido una imagen potente en València.
Ahora bien, las colas en torno al Museo Príncipe Felipe difundidas por redes sociales no han sido tales a una hora del mitin. Se ha podido entrar al recinto sin problema en ese momento si bien, no obstante, se ha cortado el acceso a media hora del inicio del evento pese a que existía espacio para que entraran más asistentes.
Esto ha permitido a Abascal salir fuera antes de iniciar el mitin para arengar a los que supuestamente no tenían cabida en el recinto. Posteriormente, en la recta final del acto, se ha permitido la entrada a las personas que habían quedado fuera dado que existía espacio suficiente para que pudieran disfrutar del evento en directo.