La reconocida obra de teatro europeo 'Sigue la tormenta' recala en Russafa

VALÈNCIA. Una nueva entrega del Ciclo de Compañías Nacionales y el inicio de la programación familiar componen la oferta de este fin de semana de Sala Russafa. Las relaciones humanas centran el protagonismo de ambos espectáculos. Por un lado, el drama intergeneracional entre dos profesionales del teatro con Shakespeare de fondo y por el otro, el peculiar vínculo que existe entre una anciana y el fantasma con el que convive.

Sigue la tormenta, programada para el 14 y 15 de octubre, de los zaragozanos Tranvía Teatro, narra el encuentro entre un joven y exitoso director de teatro que pretende llevar a escena un montaje de EI Rey Lear, y un actor retirado desde hace 25 años en La Borgoña francesa. Como ocurría en el clímax de la tragedia shakesperiana, es testigo mudo de las diferencias que surgen entre ambas generaciones, dos formas de ver el mundo y un interesante viaje a la esencia del alma humana.

Se trata, en palabras de su directora, Cristina Yáñez, de “uno de los grandes textos contemporáneos europeos. Una obra muy bien escrita, de conflicto potente, que el espectador va descubriendo poco a poco. Está escrita en secuencias muy concretas, todas ellas precedidas por una frase de Rey Lear, de W. Shakespeare”. Y añade que la pieza “habla de teatro, del sentido del teatro y del oficio de los actores, de los directores…, pero que al mismo tiempo recurre a hechos históricos para hacer reflexiones universales y actuales sobre el ser humano cuando éste está sometido a grandes dilemas”.

Cristina Yáñez (Premio Adolfo Marsillach 2012 por la Asociación de Directores de Escena) escogió este texto del autor francés Enzo Cormann “por su humanidad, su reflexión sobre la sociedad y las personas”. Un drama en el que están presentes temas como “la desmemoria histórica, la banalidad del mal, el mirar para otro lado ante los hechos terribles, los fanatismos o la culpa”.

Los actores Mariano Anós y Daniel Martos encarnan a los dos protagonistas en un tour de force interpretativo que la propia Yáñez no duda en calificar como “un duelo intenso. Es un teatro de palabra y de actores, que exige de ellos una interpretación elaborada. Hay momentos para el conflicto grave, y también para la sonrisa y la ironía, la complicidad, el juego… Anós despliega ante su oponente un gran abanico de emociones, historias, reflexiones… y Martos da vida a un personaje ingenioso, provocador y exitoso, pero con una tormenta interior que no tardará en aparecer”.

En 2017, Tranvía Teatro cumple 35 años de una trayectoria en la que acumula más de 50 espectáculos y ha superado las 3.000 representaciones, tanto en escenarios españoles como a nivel internacional.

 La programación del Ciclo de Compañías Nacionales de Sala Russafa continuará la próxima semana con el estreno en la Comunitat Valenciana de Un encuentro con Miguel Hernández (21 y 22 de octubre), de la compañía extremeña Teatro Guirigai, un recorrido por la vida del poeta alicantino través de cuarenta de sus poemas.

Una temporada más, Sala Russafa mantiene su compromiso con el teatro para todos los públicos y esta misma semana arranca su oferta familiar con El caso del fantasma percusionista (14 y 15 octubre), de los jerezanos La Gotera de Lazotea, compañías de títeres con 36 años de trayectoria.

Los andaluces regresan al teatro de Ruzafa, donde ya conquistaron el Premio del Público de Sala Russafa al Mejor Espectáculo para niños y niñas 2011-12 con La mata de albahaca. Y otra de sus producciones que pasó por la sala, Garbancito en la barriga del buey, ha sido reconocida como Mejor espectáculo de títeres FETÉN 2017, en la cita estatal más importantes sobre las artes escénicas para niños y niñas.

 Su nueva pieza, El caso del fantasma percusionista, es una obra para títeres de guante con una partitura original de piano a 4 manos. En el escenario se recrea una casa en la que cohabitan dos inusuales compañeros de piso: la anciana Doña Mercedes y el fantasma Anselmo. La convivencia no es fácil y ambos se afanan en conseguir que el otro abandone la vivienda. Para ello no repararán en idear todo tipo de trastadas: lanzar agua con almidón sobre la sábana con que se cubre el fantasmita, tocar la batería a horas intempestivas