Uno de los parámetros más importantes que todavía no está recuperándose como debiera -el empleo- requiere del apoyo monetario establecido por la Reserva Federal (FED), además de por las ayudas del Gobierno americano
MADRID. Otra semana -la pasada- clave para los mercados financieros donde la publicación más importante fue el IPC de Estados Unidos correspondiente al mes de junio, que se anunció el pasado jueves. Coincidente además con los testimonios del presidente de la Reserva Federal (FED), Jerome Powell, que aprovechó la circunstancia para recalcar las políticas monetarias actuales.
Si bien los mercados esperaban una leve reducción de los precios desde el 5% visto en mayo hasta el 4,9% esperado, volvimos a sorprendernos con una nueva cifra récord del 5,4%. El transporte volvía a ser uno de los parámetros clave de este componente qué más se ha incrementado y qué más han influenciado en el resultado final.
El comportamiento que observamos en el momento de la publicación una hora antes de que abrieran los mercados americanos estuvo alineado con lo que en una situación normal de mercado se podría esperar: el inicio del 'tapering' y la retirada de estímulos monetarios. Sin embargo, en cuanto abrió el mercado, este ya conocía parte del discurso de la FED y volvía a impulsar a los mercados recalcando que la actual política monetaria seguirá estando vigente. En este sentido considera que uno de los parámetros más importantes que todavía no está recuperándose como debiera -refiriéndose al empleo- requiere del apoyo monetario establecido por la Reserva Federal y por las ayudas del Gobierno americano.
Por lo tanto, nos quedamos como estamos pero con un dato aún peor si cabe de inflación del que ya tuvimos el mes anterior. Además se suma que algunos gurús financieros -reputados inversores- están poniendo énfasis que la inflación no será un factor de corto plazo como el propio presidente de la Reserva Federal ha declarado expresamente en más de una ocasión, sino que supondrá uno de los mayores problemas de la economía estadounidense para el medio plazo.
Concretamente estaremos pendientes de las nuevas emisiones del Tesoro Estados Unidos, que deberá apretarse el cinturón para ofrecer unos cupones que realmente compense la inversión; si tuviéramos que elegir a día de hoy una emisión nueva o comprar un bono en el mercado secundario -sabiendo que estos segundos ajustan su precio y rentabilidad en función de las nuevas emisiones- siempre serán mucho más interesantes; y es que uno de los factores de riesgo que caracterizan a los bonos y a la renta fija es la duración.
Si un bono recién emitido tiene una duración de 10 años mientras que un bono en el mercado secundario de las mismas características que ya lleva un tiempo cotizando y tiene una duración de 7 años, por ejemplo, a la hora de componer una cartera de este tipo de activos será más interesante acudir al segundo que al primero; y, por lo tanto, cada vez que será más difícil al Gobierno de Estados Unidos financiarse.
El reloj sigue avanzando mientras el cocodrilo permanece a la espera justo debajo de la pasarela, haciendo una pequeña referencia a Peter Pan.
Darío García es analista de XTB