TRIBUNA LIBRE / OPINIÓN

La reunificación española

2/07/2018 - 

Dos bloques de hormigón han sellado la frontera del diálogo entre España y Cataluña. Somos vasallos de las dos Españas creadas tras el 1-0, la occidental y la oriental. Quizá los depuestos gobiernos español y catalán no sirvieran para frenar las disputas identitarias derivadas en un conflicto de la España invertebrada. Los ladrillos sirven para cementar los pilares de la convivencia, no para el levantamiento de muros. España debe reunificarse. Balzac sacralizó la barra del bistró como el parlamento del pueblo, donde podían cruzarse e intercambiar opiniones los pobres, ricos, lugareños y extranjeros. La ciudadanía debe recuperar la normalidad en los bares, en las calles y en los balcones. Rebajar la tensión identitaria. Frenar el misticismo de símbolos. La reunificación debe pasar por un nuevo reparto del poder peninsular. Un ejercicio democrático de la reformulación del castellanismo y catalanismo. Pensar siempre en conjunto, en el de la ciudadanía. La justicia, el derecho y la solidaridad, tres elementos básicos que garantizan la cohesión en la vida comunitaria de un territorio. 

En el plano político los interlocutores han variado. Se abre una nueva etapa de diálogo tras la moción de censura de Pedro Sanchez a Mariano Rajoy. La marcha de la sagrada nómina deja abierto un espacio a la esperanza. Hemos finalizado la legislatura de la amargura. El bloque occidental debe aferrarse a la prudencia intelectual o moderación política. Paso a paso. Es el momento en que la periferia e izquierda española tomen la palabra y ocupen la bancada principal del congreso y hablen de tú a tú al resto. Hace unos días, leía una entrevista al ex líder de Izquierda Unida Gaspar Llamazares quien valoraba la situación del conflicto territorial con estas palabras. Mi querida izquierda irreconocible, tropiezan en la misma piedra del nacionalismo confundido entre el referéndum con democracia y la defensa de la constitución con el autoritarismo. La reflexión de Llamazares es prudente y lógica. 

El conflicto territorial debe acogerse a lo que en términos artísticos se denomina Arm's Length (principio de independencia respecto al gobierno). Desfosilizar figuras del pasado. Apadrinar ilustres personajes de la cultura o el deporte, como portavoces de un renovado discurso entre occidente y oriente. Se necesitan mediadores de talento y sabiduría. Son tiempos de pretemporada, podemos federarnos y recetar fármacos genéricos a una sociedad agripada. Restaurar temporalmente la convivencia territorial, pero como decía Isaac Newton, he visto lejos porque me subí a hombros de gigantes. Gigantes y no cabezudos.

Debemos erradicar del debate social a la policía del pensamiento, jubilarlos sin pensiones vitalicias. No continuar con la mentalidad que permaneciendo en el siglo XXI, sigue anclada en las ideas siglo XIX. La identidad constituye una frontera, un límite y una limitación.. No se puede seguir resistiendo para vivir en la marginalidad. Los mitos son necesarios para la construcción cultural de la patria, pero la excesiva insistencia en ellos, produce monstruos no amables, como el reduccionismo y el victimismo.


Pedro Nebot es socio fundador Expoescritura