Esta pieza se podrá disfrutar el próximo lunes, día 28 de febrero, en formato de lectura dramatizada, en la Sala SGAE Centre Cultural de Valencia (Blanquerías, 6). Será a las 18 horas y la entrada es gratuita, si bien es imprescindible confirmar asistencia
VALÈNCIA. En la ciudad de València, a mediados de los años 80. Barrio obrero con tintes de España cañí. Copla, baile, viejas fotografías y cintas de casete. En ese contexto se desarrolla La calle era nuestra, una pieza tragicómica de autoficción escrita a seis manos (las de los tres componentes de la compañía Emergidas: Rocío Ladrón de Guevara, Laura Valero y Fernando Soler) y que cuenta la historia de una mujer de 36 años que vive en constante búsqueda de su propia identidad. La calle era nuestra es también la obra que ganó por unanimidad el V Premio de Dramaturgia Russafa Escènica 2021, por su “trabajo textual, así como el imaginario y la poética del argumento”, en palabras del jurado.
Convocado por Russafa Escènica. Festival de Tardor y la Fundación SGAE, a través de su Consejo Territorial de la Comunidad Valenciana, el premio permitió a sus creadores desarrollar el texto para convertirlo en una obra de mayor duración. “Desde el primer momento queríamos que esta pieza se conviertiese en una pieza larga y, de hecho, tenemos mucho material reservado para poder crearla”, explicó Rocío Ladrón de Guevara al recibir el galardón. Y añadió: “Esperamos que esta calle que era nuestra sea ahora de todos”. El Premio de Dramaturgia Russafa Escènica fue creado con el objetivo de consolidar la actual dramaturgia valenciana, incentivando la creación artística y apoyando en su trabajo a las autoras y autores teatrales. En sus cuatro ediciones previas el galardón cayó en manos de Lara Salvador, por Qué sabe nadie (2020); Roberto Hoyo, por Lázaro (2019); Marian Villaescusa, por Shhhh! (2018); y Miguel Serrano, por La dislexia de los conejos (2017).
Interpretada por Rocío Ladrón de Guevara y Laura Valero, bajo la dirección de Fernando Soler, la obra La calle era nuestra se plantea como una ficción basada en una historia familiar autobiográfica narrada por su protagonista: Rocío, una mujer de 36 años de clase media. A partir de su relación con su madre adoptiva, Pilar, y apoyándose también en los personajes de su infancia y juventud, Rocío se planteará diversas cuestiones, como la necesidad de construir un futuro sólido cuando su pasado no lo fue o el mero significado de la palabra madre. Por el camino, atravesado por todo tipo de luces y sombras, en ese trayecto que va del banco de la cocina al descampado de un barrio obrero en el que empezó a tejer su realidad, Rocío deberá destapar viejas heridas y componer el puzzle de su vida con pedacitos de su propia historia.
La compañía de teatro Emergidas nace en 2021 con la pieza breve La calle era nuestra. El nombre apela a la edad y experiencia profesional en las artes escénicas de sus integrantes: Rocío Ladrón de Guevara, Laura Valero y Fernando Soler. En un contexto de precariedad, donde tres autores profesionales emergentes nunca dejan de serlo, nació La calle era nuestra. La obra con la que estos eternos emergentes ganaron en 2021 el V Premio de Dramaturgia Russafa Escènica. Rocío Ladrón de Guevara es diplomada en Interpretación en la Escuela de Teatro y Cine Off de Valencia, y ganó el Premio a la Mejor Actriz en la 27ª Mostra de Teatre Ciutat de Dénia. Coautora, codirectora e intérprete de Sobreviviendo a la adolestreinta y creadora de Hacemos el amor o a fer la mà, es también soprano con nociones de danza contemporánea y jazz. Ha participado, de hecho, en musicales como Chicago y Cabaret. Además, ha sido dirigida por, entre otros, Jerónimo Cornelles, Chema Cardeña y Marcos Sproston. Con este último, en Las mañas, obra de Paco Zarzoso que se alzó con el I Premi Íntim, convocado por Cabanyal Íntim y la Fundación SGAE. Ladrón de Guevará es también la fundadora y productora de Katrina Teatro, que estrenó El árbol de la esperanza de Laila Ripoll.
Laura Valero es licenciada en Arte Dramático por la Escuela Superior de Arte Dramático de Valencia y en Bellas Artes por la Universidad Politécnica de Valencia. En 2012 entró en la Jove Companyia d’Entrenament Actoral (actualmente, Teatre de l’Abast), donde se especializó en teatro físico. Desde entonces, ha trabajado en compañías como L’Horta Teatre (con Martina i el bosc de paper), Bramant Teatre (Tío Vania) o Tribu del Erizo (Vago), entre otras, además de trabajar en producciones como Valenciana, la realitat no és suficient, de Jordi Casanova, y Adiós, dueño mío, de Magüi Mira. Fernando Soler es diplomado en Interpretación en la Escuela del Actor y graduado en Dirección en la Fundación Shakespeare. Es fundador de Caterva Teatro, con la que ha producido, interpretado y dirigido Paciente y Bios, de R. de la Fuente, entre otros títulos; y de la compañía La Pajarera, con la que creó Ni buena, ni noble, ni sagrada: Bankia y Como un lobo el corazón. Ha dirigido también otras piezas como El aumento, de G. Perec, y Princesas, hadas, putas y artesanos, de P. Sánchez. Desde 2018, forma parte del equipo docente de la Escuela del Actor.