“¿Qué es eso de Internet?” La frase flotó en el aire de la cocina, mezclándose con los efluvios de un arroz con acelgas. Faltaban casi veinte años para que finalizara el siglo XX y nos asomábamos sin saberlo a la transformación digital. Mi madre, ávida de conocimiento como era, me conminó a averiguarlo. Hoy, me habría preguntado: “¿Qué es eso de Metaverso?”. Y la frase se colaría entre las rendijas de la persiana, que dejaban pasar los rayos de sol, un poquito, en la sobremesa de un café hecho con cafetera italiana, mezcla 20% de Brasil, 40% de Colombia y un 40% de Madagascar, con una cucharadita de azúcar y otra de cariño.
No se podía saber. Pero la Tieta lo intuyó porque había visto nacer internet y había predicho la llegada de ELLA junto al CaosPrevio. El universo digital se había hecho cada vez más ambicioso y devoraba todo lo que vida le mostraba a su paso, como una termita va destruyendo desde el interior nuestra memoria con el paso de los años, implacable. Algunos ya lo sabían. Muchos lo intuían. Y otros lo temían. Era el futuro imperfecto, el devenir de los tiempos, el paso hacia adelante, el salto al infinito. Bucear en el vacío era el quehacer al que nos iba abocando la vida virtual, cada vez más condicionada por la aldea global, por las redes, los buscadores, los servidores, los programas operativos…
No se podía saber, pero el gobierno de la Unión ya estaba preparando el camino, mientras intentaba defenderse de la hegemonía de LaGranFábrica. Llegó con el 5G, como el virus de la pandemia que asoló la economía mundial. No se podía saber pero algunos predijeron lo que iba a pasar mientras le daban vueltas a la cucharilla de café en el centro de gravedad de una taza blanca, pequeña, con una asa minúscula pero suficiente como para engarzar el dedo índice y el pulgar. -Esto ya no existe, David. El café se toma en cápsulas sobre la lengua, que vas degustando como un caramelo. Es uno de tantos sucedáneos a los que nos llevó el control de la seguridad alimentaria y los productos transgénicos. El agua llegó a ser más cara que el petróleo o el gas, tan escasa como el litio, necesario para fabricar los semiconductores. El cambio climático hizo de las suyas cuando las grandes potencias productoras como India y China siguieron, más allá de 2050, sin descarbonizar su industria.
-Hola Laura, vuelvo a conectarme en cuanto pueda. Tengo problemas con las redes desde el Territorio-Anatoilia. Es como hace 50 años, cuando las redes fueron yendo y viniendo, mientras nos atrapaban y dejaban caer lo mínimo que quedaba de humanidad. La primera en desaparecer fue Facebook, aunque en realidad fue una reconversión digital para absorber el pequeño hilo de vida real que nos unía a la realidad. La humanidad, pendiente de un hilo, sucumbió. Porque era más fácil. Porque era más divertido. Porque la vida virtual te hacía escapar de la vida real.
Lo denunció ante el Parlamento Europeo una ciudadana, Frances Hugues. La seguridad on line, la transparencia de los algoritmos y la mitigación de riesgos en relación con la propuesta de Ley de Servicios Digitales (DSA) estaban en juego. El Comité de Mercado Interior y Protección del Consumidor debatía en esos momentos la propuesta de DSA, presentada por la Comisión Europea en diciembre de 2020. Este proyecto de ley tenía como objetivo “crear un espacio digital más seguro en el que se protegieran los derechos de los usuarios y mejorar la transparencia de los algoritmos moderando de la publicidad dirigida al consumidor”.
-“Cuando algo es gratis, el producto eres tú”, solía decir la Tieta. ¿Recuerdas, David? Bien, pues habíamos pasado de ser el producto a ser el cliente. Y apareció Metaverso. En sus inicios, en el Año I d.C. -después de la Covid-, poco se podía augurar. Hoy, nos parece un juego de niños, como el precursor Súper Mario Bros, de finales del siglo XX. Second Life -ex Facebook-, Ray Ban Stories, Oculus, Nvidia, Roblox EpicGames, el 5G y las nuevas gafas de realidad aumentada, World Warcraft… La diversión estaba servida. Un mundo virtual paralelo se abría a nuestros pies. Y, para acallar las bocas que pretendían regular y proteger a los ciudadanos, el creador de Facebook, Mark Zuckerberg, anunciaba la creación de 10.000 puestos de trabajo sólo en Europa, para empezar…
-Dicen los tratados de neurobiología que, “para sobrevivir en el mundo, un organismo debe poder adaptarse a un ambiente en constante cambio”. Y esto era el metauniverso, la siguiente generación de internet, que describía una experiencia inmersiva y multisensorial. Perdona, Laura, esto me recuerda que tenemos una cita pendiente, más allá del holograma…