VALÈNCIA. Orihuela, Almoradí, Elche o Benferri son solo algunos ejemplos de municipios de la Comunidad Valenciana que el año pasado asignaron una partida económica para abrir un proceso de participación ciudadana y consensuar así el reparto de sus presupuestos públicos de cara al ejercicio 2019. Aunque la mayoría de los consistorios no lo aplican aún, parece lógico que sean los propios vecinos y contribuyentes quienes determinen dónde debe ir a parar el dinero público y decidan aquellos proyectos de atención prioritaria en lugar de delegar esta decisión en las autoridades locales.
Ya en poblaciones mayores, La ONU premió el año pasado al de Madrid por su plataforma digital de participación ciudadana, Decide Madrid. Elegida entre un total de 111 candidaturas de todo el mundo, el reconocimiento se obtuvo en la categoría de ‘Hacer que las instituciones sean inclusivas y garanticen la participación en la toma de decisiones’.
Decide Madrid está basada en un software libre de código abierto y uso gratuito desarrollado por el propio ayuntamiento que se conoce por el nombre de Consul. La plataforma ha sido ideada y promovida por Pablo Soto, programador informático y concejal en el equipo de Manuela Carmena. Tras el éxito en Madrid, Consul se ha internacionalizado y se utiliza ya en 33 países y 100 instituciones, los Ayuntamientos de Valencia, Alicante y Castellón entre ellos.
También el Ayuntamiento de Barcelona cuanta con su plataforma open source para la participación ciudadana, Decidim Barcelona, a través de la cual se han formulado ya 13.665 propuestas con la participación de cerca de 32.000 ciudadanos.
Las referidas no son las únicas soluciones disponibles en el mercado que propician la apertura de procesos participativos de todo tipo. De hecho “es un mercado en auge” afirma Jordi Ribalta, director general de Civiciti, la plataforma que trabajó con el Ayuntamiento de Benferri.
La empresa, surgida como una spin-off de Scytl, especializada en la transformación de la industria electoral, pasó el año pasado de contar con 10 clientes a 117 y confía en multiplicar por tres los datos de facturación al cierre del ejercicio actual. “Una vez que hagamos de la participación un hecho cotidiano, estoy convencido de que esto llega para quedarse. Nosotros, en algunas poblaciones, empezamos con una participación de 3-4% y ahora van ya por el 50%”. Civiciti, además de trabajar con Gobiernos y corporaciones de todo tipo, ofrecen su plataforma web con herramientas de análisis de big data a distintos colectivos, desde colegios hasta asociaciones o procesos asamblearios.
No obstante, recuerda Jordi Ribalta que no se trata solo de una cuestión de preguntar a los ciudadanos o usuarios cuáles son sus preferencias, sino de procurar la transparencia en todo el proceso y seguir también la trazabilidad del cumplimiento de esos compromisos que se adquieren. Por eso incluyen en su solución una analítica de datos que ayuda a interpretar la información y apoyar, en función de los resultados de la consulta, la toma de decisiones . “Para que esto tenga sentido, la comunicación tiene que ser bidireccional”.
También la startup Kourum surge en el mercado como una consultora para facilitar la gestión de los procesos consultivos trabajando, entre otros, con el Ayuntamiento de Elche. Lo hacen con tecnología propia que ya ha sido premiada en diversos certámenes. Según Matías Nso, fundador de Kuorum “la participación tiene muchas ventajas. Los seres humanos, como muchos mamíferos, somos animales gregarios y la participación nos ayuda a aumentar los niveles de compromiso, de motivación y de sentimiento de pertenencia al grupo. Por eso empresas y gobiernos intentan, cada vez más, abrirse a la participación. Pero la mayoría de las veces fracasan”, afirma. Según sus análisis, solo un 20% de los ciudadanos se consideran involucrados en los procesos de toma de decisiones “y esto ocurre porque no se gestionan bien o no se sabe cómo evaluar los resultados del proceso”.
En Kuorum evalúan a participación conforme a tres criterios: “formación, información y diseño de servicio. Muchas veces, en los ayuntamientos se piensa que el diseño es lo más importante, pero en Kuorum estamos convencidos de que es tanto o más importante que en los procesos participativos se informe y se forme a la ciudadanía. Si estos tres criterios no se cumplen, la tecnología no tiene sentido”, sostiene. Ellos dicen ofrecer una solución llave en mano que empieza “con el asesoramiento al cliente, desde la selección de las temáticas para el proceso hasta la evaluación de los resultados”.
Pero al margen de los proyectos que incentivan consultas públicas o internas en las organizaciones, surgen también iniciativas que ponen en la participación el foco de su razón de ser. Es el caso de la startup Paisaje transversal, pionera en España en poner en práctica el urbanismo participativo. Esta oficina de innovación urbana pone en acento en combinar la participación ciudadana con la visión técnica. Para ello han creado una plataforma digital y una herramienta que denominan Indicadores Participativos (INPAR) cuya función es establecer conexiones entre las valoraciones técnicas y las opiniones ciudadanas.
Desde 2011 han desarrollado más de 70 proyectos de planificación estratégica, regeneración urbana o mejora del espacio público. Asimismo, Paisaje Transversal recibió en 2015 el premio a la Excelencia de la Economía Social Madrileña, y en 2016, el Premio Arquia Innova Próxima, premio nacional para jóvenes arquitectos en su apartado de innovación. Guillermo Acero, Jon Aguirre, Jorge Arévalo, Pilar Díaz e Iñaki Romero, todos ellos arquitectos urbanistas, son los integrantes del equipo y fundadores de un proyecto que, en definitiva, persigue restituir en la conciencia colectiva el concepto de plaza pública.
La compañía tecnológica castellonense alcanza los 16,8 millones de euros de ingreso anual recurrente, revaloriza su acción un 70% hasta los 32 millones de euros de capitalización y su área de ciberseguridad crece un 46% gracias a su avance en Latinoamérica